Capítulo 7

11.2K 915 114
                                    



LEO


Volvimos a Roma inmediatamente después de la llamada de Fabio, tan pronto llegué a casa me quedé dormido en el sofá mientras leía los informes de lo que hasta ahora se había averiguado. Me desperté con la sensación de que alguien me miraba, y al abrir los ojos me encontré a mi madre mirándome preocupada.

- ¿ Qué pasa ? - pregunto incorporándome.

Ella se sienta en el sofá y me muevo hacia un lado para dejarle más espacio.

- Creí que nunca volvería a verte así hijo, tan preocupado, tan atormentado - suspira - cuándo Helena se fue, pensé que te perdería, pero lo único que me reconfortaba era la esperanza de que ella volviera a ti. Y ahora estoy aterrada Leonardo - dice con tristeza en sus palabras - y no sé como reaccionar con todo esto. Mi familia se destruye delante de mis ojos e incluyo a los Ferragni también.

La miro a los ojos y veo que está a punto de llorar.

- Mamá - cojo su mano - me siento como un maldito zombie, sin vida, sin ganas de nada. Lo único que siento es ira, quiero matar a cada persona que me esconda su paradero. Ella es lo único bueno que hice en toda mi vida - niego con la cabeza - no, te lo debo a ti, gracias a que conociste a Elsa yo conocí a la mujer de mi vida, no te ofendes mamá, tu eres la más importante pero ella lo es todo para mi - digo sonriendo.

Me abraza con fuerza e inhalo su olor, de pequeño cuando tenía pesadillas recuerdo que su olor siempre me calmaba. Nos separamos y acaricia mi cara con cariño.

- Ve a recortarte esa barba, que pareces un vagabundo. No querrás que Helena te vea así cuando la traigas de vuelta - sonríe y beso su frente levantándome del sofá y haciéndole caso.

---------------------

Mi móvil suena y veo que es Ben. Respondo al momento.

- Recuerdo lo que dijo Helena - dice tan pronto contesto al teléfono.

- Dime.

- Dijo que si algo le pasaba tu sabrías como decorar su vestidor, ¿ lo entiendes ?

Para nada, no recuerdo que quiere decir.

- Joder, ahora mismo tengo la cabeza con demasiadas cosas, tan pronto pueda iré a casa de los Ferragni. No dejes que nadie entre en la habitación de Helena, ¿ Ivy hizo ya lo que tenía que hacer ? - pregunto.

- No, lo hará mañana. Dijo que le pondrían un vendaje más fuerte en el brazo y que así podría usarlo mejor - responde con una carcajada. Ivy me caía bien, si Mircella tenía algo que ver con esto se lo haría pagar muy caro.

- Bien, mantenerme informado - digo cortando la llamada.

Bajo al despacho de mi padre y me encuentro con Fabio, llevo cuatro días sin verlo y me doy cuenta que tiene tan mal aspecto como yo.

- ¿ Algo nuevo ? - pregunto.

- Nada, mandé a los policías que trabajan para nosotros de cada ciudad para que averigüen dónde está. No sé dónde buscar más, me quedo sin opciones - dice con voz desesperada.

Creo que tenemos una charla pendiente. En el despacho no hay nadie así que tomó una rápida decisión.

- Ven, tomemos una copa, ambos necesitamos una ahora mismo - digo pasando primero.

- Si, a ver si beber da alguna idea - responde arrastrando los pies al caminar. Nunca le había visto así, Fabio siempre era el pilar, nunca se derrumbaba y entiendo perfectamente cómo se siente. Joder, Helena estaría orgullosa de mí en estos momentos.

Lealtad (Crónicas de la mafia #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora