La hija de un Rey.

Capítulo 5

Capítulo 5- SERAS MI ESPOSA 

Llegue tan solo un poco sudada ya que hacia bastante calor, estábamos en pleno verano, era imposible que no hiciera calor. El desánimo llego a mí al recordar que tenía biología a primera y que la profesora que me había tocado este año me odiaba, supongo que porque fui la única que salvo su "examen sorpresa" con excelente nota. Las clases habían comenzado ya hace una semana y ayer debía haber sido mi primera clase de educación física pero mi cabeza me falló y no pude asistir.

Hoy era viernes, así que tendría el fin de semana para conocer más a mi abuela y al castillo, ya que me faltaba recorrer más de la mitad, averiguar más sobre la "realeza", y pensar en alguna "bromita" para Kaidan.

Vaya vida la mía, un día soy una chica normal y al otro me entero de que soy la hija de un Rey, sigo intentando despertarme de esta "pesadilla", pero creo que ya tendré que comenzar a acostumbrarme. Pensar que todo lo hago por él, era el sueño de mi padre verme sentada en su trono, ocupando mi respectivo lugar, gobernado tal y como debe ser. Supongo que mi padre ya sabía de ese maldito testamento, al igual que mi abuela y cada persona con sangre real en el mundo.

Iba caminando tranquilamente por el pasillo, dirigiéndome a mi salón, ya que aunque ni yo me lo creía había llegado temprano, creo que por primera vez en mi vida.

-Aula dos, cinco, siete...- Me decía a mi misma mientas caminaba por los pasillos hasta encontrar mi salón de biología. -Aula número 8- Di un gran suspiro y entré.

Me llevé una sorpresa al entrar al aula, ahí habían solo unos pocos estudiantes hablando, unos 5 para ser exacta, divididos en dos grupos. Fue entonces que comencé a recordar lo que me había pasado el viernes pasado, el primer día de clases. Mi querido hermano había cambiado mi alarma y el reloj de mi celular para que pesara que llegaría tarde, llegando entonces 15 minutos antes o sea más temprano. Pero ¿Por qué Kaidan salió tan temprano?, ¿él tampoco se habrá dado cuenta de la hora?.

-Vaya McCurthy, llegando temprano- Kaidan estaba detrás de mi, con una sonrisa burlona.

Yo aún no había entrado totalmente, si no que estaba en la puerta mirando aquel salón casi vacío.

-Tu, ¿tu sabias que llegaríamos tan temprano?.

-Si, solo que tu insististe que nos fuéramos y ya que-

-¿Te diste cuenta que prácticamente trague mi desayuno y que ahora tengo la comida a punto de salir de una manera no tan agradable por mi boca?- Dije

-Bueno entonces aléjate de mí, no quiero que mi precioso uniforme se manche de tu vomito-

-Eres un completo imbécil-

-No, soy el prostituto inexperto, SEXY, que promocionaste en el baño de chicas-

-¿Nat?- Oh no, no, no, yo conozco esa voz, era Sam, Samantha Reiggod, mi mejor amiga, la "fanática loca" abobada por el idiota que tengo enfrente. -¿Tu, tu conoces al príncipe?- Preguntó la chica de largos cabellos negros, con cara de asombro.

-El, el estaba buscando, buscando el, el baño de, de chicas- Dije.

-¿De chicas?- Pregunto Sam sorprendida.

-Si para hacer sus necesidades supongo- Respondí.

-De chicos, McCurthy, de CHICOS- Respondió el con enfado.

-Mucho gusto príncipe, soy Samantha Reiggod, fiel admiradora- Sam le extendió la mano y el la tomo enseguida, delicadamente, los cachetes de Sam inmediatamente se tiñeron de rojo intenso, obviamente estaba sonrojada.