Capítulo 9- EL COMIENZO DE UN DESASTRE
Habían ya pasado dos días de aquella extraña mañana, Kaidan no hablaba mucho, solo bajaba a comer y volvía a encerrarse en su habitación. No salía del castillo y tampoco me deja salir a mí, debía hablar con él.
Anoche mi abuela me había llamado, al enterarse dijo que trataría de regresar antes y que probablemente en 4 días más estaría aquí.
El día se pasó bastante rápido, aunque lo único que hice fue leer y leer, quería, más bien necesitaba más información, ¿y si esa tal mafia había asesinado a mi padre también?, no quería preguntarle a Kaidan, eso sería muy incómodo y de seguro a él lo dejaría más traumado de lo que ya parecía estar.
Aburrida de haber pasado la tarde en mi habitación, me decidí a bajar e ir a conversar un rato con Nelly, creo que Kaidan había tenido la misma idea que yo, ya que estaba sentado en la mesada de la cocina conversando tranquilamente con ella.
-Hola- Me saludaron ambos.
-Hola- Dije sin dejar de mirar a Kaidan. -¿Te decidiste a dejar el nido?- Le pregunté haciendo referencia a que al fin había salido de su habitación.
-Eso creo, decidí volar y ser libre-. Respondió el sonriendo.
-Eres un niño, infantil- Me burle.
-Ustedes ya se llevan mejor por lo que veo- Nos dijo Nelly. –La primera vez que los vi juntos parecía que se iban a matar, supongo que el compromiso les hizo bien-
-¿Qué compromiso?- Pregunté, Kaidan tardó en reaccionar.
-Ningún compromiso- Dijo mirando mal a Nelly.
-¿Cómo que ningún compromiso?, ¿Qué ustedes no se van a casar?- Preguntó ella confundida, esas palabras me dieron a entender que no había estado soñando.
-¿Entonces no fue un sueño?- Le pregunté seria a Kaidan, él se llevó la mano a la cabeza.
-Hay Nelly, metiste la pata- Kaidan salió de la cocina serio. –Sígueme Nat, debeos hablar-
Seguí a Kaidan hasta ¿su habitación?, el cerro la puerta y camino hasta su cama para sentarse en ella.
Nunca había entrado en la habitación de Kaidan, era el doble, más bien dicho el triple de grande que la mía. La paredes eran oscuras, una cama que digamos entrarían cuatro personas sin problema, dos buros a los costados de esta, una gran, gran , gran televisión en la pared enfrente a la cama, y obviamente un balcón, un closet gigante, el baño, también había un escritorio con una computadora y otros juguetes de él que no se ni para que servían.
-¿No hay otros lugares donde podamos hablar?- le pregunté, en parte era incomodo estar en su habitación con él ahí, tirado en su cama.
-Aquí hasta las paredes escuchan Nat, y la gente habla cosas que no tiene que hablar-Me dijo, seguía acostado.
-Como sea, ¿nos vamos a casar?- Le pregunté sentándome en su cama.
-Si- Dijo serio.
-¿Hay alguna manera de que lo envite?.- Pregunté, estaba confundida y la verdad no sé qué me pasaba, pero no me molestaba tanto tener que ser su esposa. Digo, ya que podría hacerle la vida imposible a diario, por ejemplo obligándolo a dormir en el suelo todas las noches.
-No lo creo, el consejo, formado por duques, condes y otros miembros importantes como reyes y reinas ya lo han decidido Nat, debemos casarnos, sé que te molesta pero lo siento, no puedo hacer nada-Me dijo el parándose y golpeando la pared con su puño. –Yo solo quiero que seas feliz- Me dijo, y luego entro a baño rápidamente cerrando la puerta, como si le diera vergüenza lo que acababa de decir.
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La hija de un Rey.
أدب المراهقين..."Las princesas no son historia vieja"... Tras encontrarse un testamento que exige el cambio de gobiernos, volviendo así al reinado por parte de Reyes y Reinas, la abuela de Nat, la reina, se debe presentar frente a su nieta después de 12 años...