Capítulo 14- ¿Y TÚ QUIEN ERES?
¡¿Qué?!- Exclamé, me sentía rara, decepcionada, como si mi corazón se hubiese partido en dos, me tiré en la cama, solté un largo suspiro y miré a Kaidan. –Dime que es broma- Le dije suave, en un tono casi imperceptible.
-No lo es Natalia- Dijo el, levantándose para sentarse a mi lado. –Debo, yo debo ser su esposo, de otra manera ellas te harán daño-
-No, no, y no, por favor, si deben encontrarnos lo harán, si deben hacernos daño nos lo harán, ellas formen parte o no, influya o no, si Camila se convierte en tu esposa... moriré de otra manera-
-¿Estas diciendo que te suicidaras?- preguntó confundido. Es increíble cómo puede llegar a ser tan estúpido pensé.
-Si serás idiota- Le respondí, ganándome una mirada confusa – No tengo dos centímetros de cerebro como tú, me refiero a que te quiero y verte casado con otra dolería muchísimo- Le explique, el rio un poco supongo le había causado gracia mi tono -Es un tema grave Kaidan, ponte serio - lo regañé sonriendo, era increíble como en momentos así aun podía hacerme sonreír.
-Tengo una idea- Dijo sonriendo
-Cu...- Comencé a preguntar cuando la puerta de mi habitación se abrió dramáticamente.
-¡NATALIA!- Gritó mi abuela antes de correr a abrazarme, por un segundo imagine que era Camila o Ruth quien estaba tras la puerta pero no, era mi abuela, ¿qué hacía aquí?. -¿Kaidan? ¿Qué haces aquí?- Preguntó ella confundida. –¿Están bien?, Ruth me llamo para informarme que te ibas a casar con Camila, obviamente después que me negué a firmar los papeles me dijo lo de su trato con ellos...-
Mi abuela hablaba tan rápido con Kaidan, intentando buscar una solución en segundos, que yo prácticamente no existía allí. Era difícil imaginarme que el chico el cual había provocado tantos sentimientos en mí se tendría que casar con otra para protegerme, lo cual era más difícil aun de creer.
-Nat, tu descansa mañana hablaremos- Me dijo Kaidan saliendo de la habitación con mi abuela tras.
Luego de que ambos se fueron y me mandaron dormir de una manera no muy agradable y con mil dudas en mi cabeza de que iría a pasar, podría decir que tuve una larga noche de insomnio teniendo un fuerte deseo por poder cambiar las cosas, aunque eso era solamente posible en mi mente, ¿qué esperaba? ¿Qué en el altar alguien llegar a salvar el día? No Natalia, eso solo pasa en las películas, había más posibilidades de que Kaidan saliera corriendo antes de decir "Acepto" y lo mataran a los 5 metros porque corre más lento que yo de que alguien "Salvara el día".
Y así se pasó lo que podría definir como la noche más larga de mi vida. Ya estando el sol alto en el cielo, decidí salir de mi cama para tomar una larga ducha y luego bajar a desayunar colocando una de mis mejores falsas sonrisas.
-Buenos días- Dije al sentarme en la mesa, en donde solo estaban Camila y Ruth, no era fácil mirarlas luego de saber que me querían matar. Ninguna de las dos lucia muy contenta, algo seguramente había sucedido.
-Buen Día- Respondió fríamente Ruth. Camila en cambio no dijo nada, permaneció callada.
-Nat querida- Mi abuela llamó mi atención antes de sentarse a la mesa. – Después de desayunar ve a arreglar tus cosas- ¿Será posible?, ¿mi abuela había llegado para salvarnos de un futuro miserable a ambos?, ¿todo etaria bien?.
-¿A dónde vamos?- Pregunte emocionada.
- Iras tu sola- Me corrigió Kaidan, apareciéndose a mis espaldas. –Nosotros nos quedaremos para solucionar algunos detalles de la boda- Dijo sentándose al lado de Camila. Puedo jurar que esas palabras me partieron en dos, nuevamente, y la sonrisa que le dedico a la chica luego de sentarse a su lado, aun mas, ¿Y si Kaidan no sería infeliz cansándose con ella?.
Trate de mantener la calma y fingir que no me importaba. –¿A dónde iré entonces?- Pregunte sonriendo.
-Londres- Respondieron los dos a la vez.
No quise hacer más preguntas delante de Camilia y Ruth, por lo cual me limite a levantarme de la mesa sonriendo e informarle a mi abuela que subiría a arreglar mis cosas, tal y como ella me había indicado.
A los segundos de estar en mi habitación la puerta se abrió demasiado rápido, provocando que mi corazón se acelerara más de lo que ya estaba. – Te voy a extrañar taaanto- Dijo Emma dirigiéndose a abrazarme. – No puedo creer que ya te tengas que ir- Continuo diciendo, apenada.
-Si, ni yo- le respondí triste. –Aún no sé nada, ni siquiera a donde voy realmente o la razón-
-Juro que no puedo creer que la única persona que aquí dentro me caía bien ya se tenga que ir-
-Envíame postales de la boda- Le dije fingiendo una sonrisa.
-Todo va a estar bien Nat- Se limitó a decir, como que si supiera algo más y no lo quisiera decir.
-NATALIA- era nada más y nada menos que Kaidan parado en la puerta de mi habitación. –Apúrate que en 20 minutos te llevaremos al aeropuerto- Me dijo fríamente y se fue.
-Así de bien- le respondí sarcásticamente, ya con lágrimas en los ojos a Emma.
...
(En el aeropuerto) Mire a mi abuela y luego a Kaidan, antes de pedirles una explicación comprobé que no hubiera monos en la costa, es decir que no estuvieran Camila o Ruth por ahí.
-¿Pueden explicarme que está pasando?- Pregunte bástate confundida, y enojada a la vez.
-Amanda, ya nos tenemos que ir- Le dijo Kaidan a mi abuela.
-Te vas a Roma, estarás dos semanas allí, en casa de unos muy buenos amigos míos, luego volverás a casa, nosotros estaremos bien, vamos a solucionarlo todo, por mientras cuídate y no te preocupes, se fuerte Nat- Me dijo rápidamente mi abuela, luego me abrazo y Kaidan volvió a insistir con que se tenían que ir.
- Cuidado con todo el mundo Natalia, no confíes en nadie- Concluyo el, ya alejándose.
Vi a lo lejos un muchacho, tal vez de mi edad, alto, con la piel muy blanca, su aspecto daba un poco de miedo, tal vez por lo fuerte que parecía, físicamente parecía Kaidan, pero a la vez completamente diferente. Daba la impresión de que se estaba acercando a nosotros y cuando estuvo frente a mí lo comprobé.
-El cuidara de ti- Fueron las últimas palabras de mi abuela antes de darse la vuelta e irse tras Kaidan.
-¿Y tú quién eres?- Pregunte desinteresada.
- Quien te salvará la vida princesita, tal vez obligado, pero lo haré- Dijo arrogantemente, no precia tener muchas ganas de ayudarme ni de estar siquiera cerca de mí.
-Y no me dirás tu nombre, chico malo- le respondí burlándome de su arrogancia.
-No te aconsejo bromitas, soy Sebastián- Dijo serio, yéndose adelante, esperando que lo siguiera como un perrito indefenso.
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SEBASTIAN ARRIBA--Cody Christian
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La hija de un Rey.
Teen Fiction..."Las princesas no son historia vieja"... Tras encontrarse un testamento que exige el cambio de gobiernos, volviendo así al reinado por parte de Reyes y Reinas, la abuela de Nat, la reina, se debe presentar frente a su nieta después de 12 años...