Capitulo 9

9K 297 4
                                    

La luz en su ventana le avisaba que había amanecido. Aunque no le hacía falta, su despertador ya le había avisado hace más de quince minutos que debía despertarse. Se sentó sobre el borde su cama y estiró los brazos. Cuando de pronto, un mensaje en su celular.
Lo cogió de inmediato y abrió el mensaje.

De: Justin
“Text: Buenos días gatita. Tienes una deuda conmigo, no lo olvides”

Y sonrió. Mientras sentía ese alboroto en su estómago que solamente le permitía sonreír y sonreír más. Se tiró sobre la cama de nuevo, con el celular en la mano y colocándoselo sobre el pecho… casi sobre su corazón…que era el que sonaba justo en ese momento con fuerza. ¿Pero quién era ese tipo? ¿Por qué había aparecido justo ahora? ¿y por qué… por qué le empezaba a gustar tanto? Se mordió los labios mientras pensaba ella misma una respuesta. Sin encontrarla…pensó mejor en responderle el mensaje.

“¿Hoy a las ocho, te parece? No olvido la deuda, tonto.”

+++++++++++++

Mientras manejo, mi celular suena en mi bolsillo. Dejo una mano tras el volante y con la otra saco el móvil. Un mensaje. Lo leo. Es ella. Veo su nombre en la pantalla, así que detengo el auto en el aparcamiento para evitar problemas. Chaz me ha visto desde la esquina, donde quedé en recogerlo para llevarlo a casa de su padre, por lo que corre para alcanzarme.

De :_______________. 
Text: “¿Hoy a las ocho, te parece? No olvido la deuda, tonto.”

¿Me ha llamado tonto? Me rio y frunzo el ceño mientras le escribo otro mensaje.

“A las ocho será gatita. Te veo”

Y me rio de nuevo. La he llamado de esa forma de nuevo. Suena bien. Le asienta. Le cae como anillo al dedo. “Gatita”. Me gusta. Le envió el mensaje mientras me quedo pensativo observando su nombre en la pantalla del móvil. Cada letra me gusta. Cada letra combina con el olor de su cuerpo. Cada letra combina con el dulce sabor de su boca.

- Llegas tarde. – Chaz entra al auto, mientras yo guardo de inmediato el móvil en mi bolsillo.

- Da lo mismo. – le respondo. Enciendo el motor de nuevo.

- Jo.der, perdona. Es que habrás estado muy ocupado con Ángela. – Chaz se ríe. Y no se equivoca. Saco el embrague y pongo en marcha el auto antes de responderle.

- Sí ¿y?

- Y nada, que bien que por fin te diviertas. Te hacía falta ¿sabes?

- Sí… eso dicen.

El móvil vuelve a sonar. Probablemente sea ________________ respondiéndome el mensaje. Lo saco rápidamente del bolsillo de mis pantalones y lo leo en voz baja.

- ¿Es ella? – me sonríe Chaz. Endurezco los pómulos y niego con la cabeza. – jo.der… no me digas…¿hay alguien más?

- ¿Te interesa saber? – le respondo con frialdad, escondiendo el móvil una vez más.

- No sé. Ya sabes… si está buena, al menos me gustaría conocerla.

Volteo a mirarlo despectivo. El comentario no le ayuda en lo absoluto. Al menos a mí solo me ha cabreado más.

- Es la cajera ¿eh? No pongas cara de cu.lo Justin, que todos aquí sabemos de ella.

Trago saliva sin darme a notar y sigo conduciendo con normalidad. Detengo el auto, el semáforo está en rojo. Abro un poco más la ventanilla de mi asiento y saco el brazo dejando reposar el codo en el borde. A continuación saco un cigarrillo de la caja que conservo en mi cazadora. Lo enciendo. El semáforo está verde ahora y avanzo, fumándome el jodido sermón.

- ¿Por qué co.ño tienen que estar metidos siempre en mi vida? – le pregunto sin siquiera mirarlo. Inhalo y exhalo el humo con facilidad.

- No es contigo, sabes perfectamente cómo funciona esto.

- Sí, sí, sí. Lo sé jo.der, lo sé. Sé que tienes que estar enterado de con quién follo y con quién no por la putísima Tentation. Pero estoy harto. Harto de que sepan cada paso que doy, ¿me has oído? No se sorprendan si algún día de estos termino yéndome.

Chaz me mira y se ríe solo.

- ¿Quién es la chica?

- No te importa ¿vale?

- ¿Es por ella que vas a dejar esto?

Dejo salir el humo al exterior.

- Que no. Ella no es nada. Puedes tirártela si quieres, no va a jo.derme.

Me lo pienso dos veces…

- Vale. – responde Chaz, completamente convencido. – pero preséntamela.

- Trabaja en el banco central.

- Vaya… te has ido de las manos…¿no crees? – volteo a mirarlo y me rio en su cara. – estás jugando con fuego. – me mira serio.

- Y esa es la mejor parte. – le respondo.

- Sabes que puede reconocerte…¿verdad?

- Lo sé… - pienso en ella. En todo lo que hemos pasado desde que nos conocemos. Y en la deuda. En sus besos. En sus manos. - Y no sabes cuánto me estoy divirtiendo.

Ese es. Es el departamento de Justin. Se sabe su número, el 303. Ha ido ahí para sorprenderlo y ser ella quién lo visite esta vez. Tocó un par de veces la puerta del departamento, y en otro abrieron la puerta. Era un tipo de más de treinta, un par de tatuajes en los brazos y sin camisa,cogiendo una bolsa de basura que había tirado a su espalda. Miró a _________________, comiéndosela con la mirada…

- ¿Qué haces por aquí guapa? – le dijo al cerrar la puerta de su departamento. _______________ tragó saliva y trató de ignorarlo. - ¿te perdiste? – se rio solo, fijándose en la bonita falda que __________________ traía debido al uniforme de su trabajo. – no quieres… - se le acercó un poco, ______________ apartó la mirada sin discreción. - ¿compañía?

- ¿Quieres algo con ella, Joe? - Justin abrió la puerta de su departamento. – aléjate ¿vale?
Joe soltó una risa ahogada, sin dejar de mirar a _______________ como el plato favorito. Le asintió a Justin y siguió su camino. De pronto se fijó en _____________________. ¿Pero qué demonios hacía ahí? ¿Qué no sabía que terreno estaba pisando? No podía llegar así, de un momento a otro sin avisar. Jo.der… pero que inocente era…y eso lo podía percibir totalmente al mirarle los ojos… era preciosa. Inocente. Pura. ¿Cómo? ¿Cómo es que había llegado a estar entre los brazos de ese hombre? Él fuego, ella agua… distintos…

- ¿Qué haces aquí? – le preguntó él. Y parte de su enfado ahora, era por ella. Por la descabellada idea de aparecerse ahí sin antes avisarle.

- Quise venir a verte, salí antes así que…

- ¿Por qué no me avisaste?

- No pensé que te molestaría.

- Me molesta.- le dijo frío. ______________ sintió una oleada fina de inquietud en su interior. – no me gusta que aparezcas sin antes a verme a visado.
Ella puso los ojos en blanco.

- ¿Por qué? – le retó, levantando una ceja. Justin endureció los pómulos. Que dulce e insoportable podía ser cuando se lo proponía. – tú apareces en mi casa sin decírmelo antes, pero yo no puedo…

- Porque no. Y no quiero que vuelvas a hacerlo. Han podido hacerte de todo ahí afuera, este lugar es peligroso.

- No importa… - se le acercó lentamente. Las distancias se acortaron. Ahora estaban juntos y _________________ podía percibir su olor una vez más. Jugueteó con los bordes de su camiseta y levantó la mirada para así poder encontrarse con los bonitos ojos de Justin.

- Sí importa.

- ¿Estás molesto?

- No quiero que vuelvas a entrar a mi casa de esa forma.

Ella volvió a blanquear los ojos, esta vez rendida. ¿Pero qué le pasaba a Justin?

- Si es por el tema de tu calle, yo sé defenderme muy bien sola.

Justin se rio por dentro.

- Es por otra cosa.

- Tus amigos ¿cierto? Vale… no quieres que te vean conmigo.

- ¿Te has puesto a pensar en lo que dices? Se les caería la polla si me ven junto a ti. No se lo creerían.

A _______________ se le subieron los colores. Sintió la mirada de Justin por toda su anatomía al bajar la mirada.

- ¿Entonces…

- No me gusta que vengas, solo…solo eso.

- Vale, entonces tú tampoco te aparezcas por mi ventana nunca más.

- Tú no entiendes mis razones.

- ¿Enserio? – ella se rio sarcásticamente. – pues no quiero saberlas. – cerró los ojos con fuerza y al abrirlos se encontró con los de Justin. Estú.pido Justin. Lograba sacarla de quicio rapidísimo. – no me aparezco más por tu casa. Y perdóname, seguro has estado fo.llando con otra tía antes de que llegara. No quise interrumpirles. – __________________trató de irse, caminando en dirección a las escaleras.

- Oye… - Justin la jaló del brazo. No quería que las cosas terminasen mal una vez más. - ¿molesta otra vez?

- Suéltame. – soltó su brazo de entre sus dedos. – ya tengo suficiente con todo lo que me has dicho.

Justin respiró hondo, sin saber qué hacer con ella ¿Pero qué se hacía en este tipo de situaciones? ¿se iba tras ella? ¿o la dejaba ir? Jo.der, que poca experiencia tenía en estas cosas. La observó caminar hasta las escaleras y bajar de ellas rápidamente tratando de huir de su alcance. Al notar que se había ido, golpeó una de las paredes más cercanas que tenía a su alrededor. Y otra más. Y la siguiente. ________________ haría que poco a poco perdiera la cabeza. La estaba perdiendo. La había perdido. Soltó aire por la nariz, refunfuñando por dentro. Detestaba que cada cosa que hiciera le afectara de una manera grandísima. Le jo.día que cada cosa que __________________ demostrara, él la podía sentir el doble. Odiaba con todo su ser sentirse de esa forma. ¿Qué era esto? ¿Y por qué no sentía que se acababa? ¿Y por qué sentía que estaba creciendo cada más y más dentro de él? cerró los ojos con fuerza. Ahora que lo recordaba… la estaba dejando ir sola por las calles más peligrosas de New York, aquellas donde él vivía. Se adentró a su departamento para sacar las llaves de su Mustang y así poder alcanzarla.

Tentation... (Primera temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora