CAP. 1. La llegada.

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Yo, una chica bastante normal, con 18 años, que va a Madrid a vivir la vida sin unos padres que me digan lo que debo hacer. Ya estaba harta de eso.

Por fin llegué. Me dirigí hacia el apartamento que alquilé, que estaba en el centro de la ciudad.

Bueno, antes contaré cómo soy.
Soy normal, aunque creo que un poco loca a veces, me gusta la diversión. Mi estilo es un poco... digamos que tengo un estilo de "chico". Sí, así es. Porque mi vestimenta es bastante deportiva, voy de vez en cuando a dar un paseo en skate, cosas así. Es que nunca me gustó eso de: "Cómo eres chica usarás tacones y falditas". Pues no, ese estilo no me va. Prefiero algo cómodo, y si lo más cómodo es usar sudaderas y deportivas pues así será. La gente siempre poniendo etiquetas a todo. Porque mi estilo no es de chico, todo el mundo se puede poner lo que le de la gana. Todos o la mayoría, piensan que las sudaderas son para los chicos y los vestidos para las chicas. Pero no es así. Si yo voy cómoda, me da igual lo que me digan. Siempre he pasado de todo.

Bueno, llegué a la calle donde se encontraba mi apartamento.
Era un piso de 9 plantas. Desde allí podía acceder a cualquier lugar, porque al estar en el centro lo tenía todo cerca. Entré y subí por el ascensor.
"Planta 5". Abrí la puerta y entré. Eché un vistazo por toda la casa y no estaba mal. Para una persona estaba bastante bien. Solté las cosas en la habitación y me dirigí al salón.

-Bueno... por fin en casita... sola.- Dije en voz alta.

Como hacía buen tiempo, fui a dar un paseo por la ciudad con mi skate.
Lo cogí y salí. Cerca de allí, había un parque donde se encontraban varios chicos con skate como yo y familias dando un paseo.

Entré y di unas cuantas vueltas por allí. Aquellos chicos me miraban pero yo no les hice mucho caso. ¿Es que es raro ver a una chica en skate? En fin, tampoco quería tener una discusión en mi primer día allí.

Eran sobre las 7 de la tarde y decidí volver a casa, ya estaba empezando a hacer frío.

Entré en el piso y me dirigí hacia el ascensor. Mientras esperaba a que el ascensor llegase, vi como un chico entraba en el piso. Sería un vecino.

-Hola.- Dijo poniéndose junto a mí.

-Hola.- Le dije tímidamente.

El ascensor llegó y el chico y yo nos subimos.

-¿A qué planta vas?- Me preguntó.

-A la planta 5.- Le dije.

-Vaya, como yo.- Dijo sonriendo.

Yo le miré y le sonreí también.

Él pulsó el botón del número 5 y empezamos a subir.

-Eres nueva, ¿no?- Preguntó de nuevo él.

-Sí.- Le dije.

-Vale, pues encantado.- Dijo sonriendo.

-Igualmente. Ah, y me llamo Andrea.- Dije saliendo del ascensor.

-Genial. Yo me llamo Rubén.- Dijo mientras abría su puerta.

Le sonreí y le dije:

-Bueno, ya nos veremos.

-Sí. Hasta luego.- Dijo sonriendo también.

Yo entré en casa.
Haber conocido a un vecino me puso de buen humor. Parecía muy simpático.

Fui a mi habitación y saqué de la maleta mi pijama. Me lo puse y me senté en el sofá a ver la tele.

Eran casi las diez. Como no tenía nada para cocinar, decidí pedir pizza. Llamé y en media hora llegó.

Me senté en el sofá con mi manta y empecé a comer mientras veía una película de acción.

Tenía un poco de sueño, miré la hora en mi móvil y eran las 23:35. Apagué la tele y me fui a dormir.

Había sido un gran día, a pesar de ser el primer día sola en una nueva ciudad.

Y Sin Querer... Me Enamoré (Fanfic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora