CAP. 16. Un sueño hecho realidad

45 3 0
                                    

Desperté con una inmensa alegría; aún no me podía creer lo que había pasado, ni por el momento que estaba pasando.

Salí de la cama y me asomé a la ventana. Sonreía mientras miraba el gran día que hacía. Cada vez me gustaba más esa ciudad.

Tras pasar unos minutos, salí de mi habitación y fui a la cocina a desayunar.

Por lo pronto parecía un día bastante normal, nada raro. Esperaba algún mensaje de Rubén diciendo lo mucho que le gustaba, o tal vez un 'tengo ganas de verte', pero nada. No había nada. Por mucho que mirase mi móvil, seguía tal cual, ningún mensaje, ninguna notificación. Todo era normal. Y eso me preocupaba, porque después de todo lo ocurrido, de todas las palabras dichas, tendría que ser algo especial. Pero descubrí que eso solo pasaban en las películas y yo no lo sabía, pues no tenía ninguna experiencia en eso. Era la vida real, y no podía cambiar nada.

Desayuné y me puse a recoger mi habitación haciendo pasar el tiempo y olvidándome de lo que ocurría.

Media hora más tarde, puse la habitación en orden. Como estaba cansada, decidí darme una ducha.

Con la música a tope, me duchaba. Y tardé unos 15 minutos, como siempre.

Me dirigí hacia mi habitación para vestirme. Escogí lo primero que vi, tampoco tenía ganas de ponerme a combinar ropa. Aunque no iba mal del todo.

Me recogí el pelo y me senté en el sofá.
Rubén seguía sin dar señales y no sabía qué estaba pasando.
¿Por qué no me decía nada? Estaba claro que también me quería, pero... no sabía porqué no decía nada al respecto.

Tras unos minutos mirando al techo y preguntándome qué podría haber pasado, cuando de pronto escuché mi móvil sonar. Era una llamada de Rubén.

Lo cogí rápidamente y atendí:

-¿Diga?-Pregunté yo.

-Hola Andrea.-Dijo él en tono serio.

-¿Qué pasa Rubén?-Dije preocupada.

-Necesito que vengas.-Dijo en el mismo tono.

-¿Para?-Pregunté de nuevo yo.

-Sólo ven, por favor, si no estás ocupada.-Me contestó él.

-Está bien. Ya mismo voy.-Respondí y colgué.

Cogí las llaves y salí de casa enseguida.

Llamé a su puerta y él abrió al momento.

-Hola, ¿qué pasa?-Pregunté al verle.

-Entra.-Dijo serio.

Yo entré en su casa, llegué al salón y me quedé de pie esperando que me contara aquello que le pasara.

-Bueno, dímelo ya, por favor.-Dije cruzándome de brazos.

-Eehh... verás... no pasa nada.-Dijo.

-¿Cómo?-Le pregunté.

-Que no pasa nada en concreto.-Dijo.

-¿Y para qué me haces venir entonces?-Pregunté al no entender nada.

-Porque quería verte.-Dijo sonriendo.

-¿Verme? ¿Por qué?-Pregunté de nuevo.

-Sí, verte. Porque tenía ganas.-Me respondió.

-Eh... vale.-Respondí.

Aún así no entendía bien qué estaba pasando.

-Quería verte porque... quería decirte que eres muy especial para mí y que... me gustas muchísimo. Sé que te lo dije ayer pero quería que lo escucharas de nuevo, porque nunca dejaré de decírtelo.-Dijo sin dejar de sonreír.

Eso me hizo tan feliz. Ahora ya lo entendía todo.

-Rubén... tú también me gustas muchísimo. Es más, estoy enamorada de ti y nada hará que cambie de opinión. Nada.-Dije yo también sonriendo.

-Andrea, tú eres todo lo que necesito. Solo tú y nada más. Eres mi verdadero amor, me doy cuenta tan solo al mirarte a los ojos.-Dijo.

Yo tenía lágrimas en los ojos, pero intenté no llorar. Y dije:

-¿Va en serio?

-Por supuesto.-Dijo notando las lágrimas en mis ojos.

Se acercó a mí y me abrazó. Yo le abracé también apoyando mi cabeza en su pecho. Él besó mi cabeza.
Nada me hizo sentir mejor que eso.

Nos separamos y él me miró. Sus ojos estaban brillantes. Me hizo sonreír con tan solo ver su sonrisa; esa sonrisa que alegraba mis días y mi vida entera.

Al verme sonreír me dijo:

-Te quiero Andrea, te quiero muchísimo.

Yo le abracé de nuevo, haciendo que mis lágrimas salieran. Es que no podía creer que eso estuviera pasando.

Él me abrazó más fuerte al verme llorar. Pero no era un abrazo cualquiera; era un abrazo que decía: «Tranquila, siempre estaré contigo. Nunca te va a pasar nada».

Eso significó mucho para mí.

Yo con los ojos aún húmedos, le miré y le dije:

-Tú también lo eres todo para mí y daría todo por permanecer junto a ti por el resto de mi vida. Te quiero mucho Rubén.

Él me miró, me abrazó, y me dijo:

-No hace falta que des nada porque yo ya estoy aquí y voy a estar contigo toda mi vida. Porque encontrarte ha sido lo más bonito, sabía que algún día llegarías, pero nunca pensé que ibas a significar tanto para mí como para no dejarte ir nunca.

Yo le miré y le sonreí. Siempre soñé con escuchar eso, pero nunca creí que se cumpliría.
Él me dijo de nuevo:

-Andrea... ¿Estás dispuesta para pasar una gran locura junto a mí, llamada amor?

Yo le sonreí de nuevo y le respondí:

-Sí. Estoy dispuesta a eso y a muuucho más, siempre y cuando sea junto a ti. Te quiero a ti y a tus imperfecciones.

Tras decirle esa frase, me acerqué a él y besé esa preciosa sonrisa, que segundos antes de besarme tenía al oír mis palabras.

Ese beso me hizo sentir libre, segura.

Era él; el que en algún momento llegaría y haría mi vida mucho más bonita y dulce. Aunque nunca creí que llegaría tan pronto, pero ha merecido la pena.

Y Sin Querer... Me Enamoré (Fanfic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora