CAP. 6. Tenía razón, el destino existe.

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A la mañana siguiente, desperté sobresaltada a causa de una pesadilla. Eran sobre las 10 de la mañana, me senté en el borde de la cama y me quedé mirando a un punto fijo.
Sentía una rara sensación en mi cuerpo, como un presentimiento. Me solía pasar mucho, pero un día lo dejé de sentir. Y ahora me sentía rara por tenerla de nuevo, entonces un escalofrío recorrió mi cuerpo, porque siempre que me pasaba ocurría algo, fuese bueno o malo, siempre ocurría algo. Era tan rara... aunque lo sigo siendo.
Pero intenté calmarme y fui a desayunar.
Mientras me lo preparaba, fui pensando algún plan, algo que me mantuviese distraída.

Comí y fui a vestirme.
Ya tenía un plan, saldría a dar una vuelta hacia el mismo parque que iba siempre, ese lugar me relajaba, y nada mejor que allí para relajarme por lo que me estaba pasando.
Aunque tenía miedo, porque si salía estaría poniendo en peligro mi vida por si algo malo pasaba con esto del presentimiento.
Pero salí igual, quería distraerme un poco.

Salí de casa y me coloqué los cascos para meterme en mi mundo y así no me enteraría de lo que pasara.

Llegué a aquel parque en 10 minutos, y anduve un buen rato. Como el parque era grande podría llevarme allí bastante tiempo.

Iba caminando feliz con mi música por un camino de grandes árboles, cuando miré hacia la izquierda y vi aquel grupo de chicos que veía siempre que iba. Parecía que vivían allí, o que estaban pegados al banco.
Pero no hice mucho caso y seguí mi camino.
Lo único que me molestaba era que siempre estaban mirándome y yo ni les conocía, porque no tenía ni familia aquí. Vine a un lugar completamente sola y sin conocidos, no entiendo a qué venía eso de mirarme cada vez que pasaba cerca de ellos.
Pero como dije, no hice caso.

Iba de vuelta a casa, pasando por los mismos lugares del parque por los que fui.
Pasé de nuevo por delante del banco donde se encontraban los mismo chicos y hubo algo que me impactó. Había un chico en concreto que su cara me parecía conocida, pero no lograba averiguar de quién se trataba.
Como quería lograr acordarme de quién era, me senté en el banco de enfrente y así podría mirarle bien.
Ellos no se dieron cuenta de que estaba allí, algo que me dejó tranquila.

5 minutos más tarde, logré recordar aquella cara y me quedé inmóvil, sin poder creer lo que estaba pasando.
Logré reaccionar y fui corriendo hacia el piso, quería ver a Rubén y contarle todo.

Al fin llegué y subí por el ascensor. Cuando llegué a mi planta, me dirigí a la puerta de Rubén y llamé al timbre.
Tardó un poco en abrir, en cuanto le vi me aferré a él dándole un gran abrazo. Estar ahí, en sus brazos, me dejó tranquila, estaba segura.
Él, tras quedarse confuso al verme así, me preguntó:

-¿Está todo bien?

Yo le solté y le dije mirándole:

-No lo sé, me ha pasado algo que no sé como tomármelo.

Él me miró con preocupación y me dijo:

-Pasa y me cuentas.

Entré en su casa.
Comencé a decir:

-He ido al parque, y allí siempre que voy hay un grupo de chicos que siempre me miran,y yo no sabía porqué lo hacían. Ni siquiera tenía conocidos aquí.

-¿Y qué ha pasado?-Dijo aún con preocupación.

-Pues que... cuando me fijé bien, vi que me resultaba conocida la cara de uno de los chicos...-Dije mirándole.

-¿Y quién era aquel chico?

-Era... Sergio...-Le dije bajando la cabeza.

-¿Sergio?-Pensó durante un momento-¿Quién es Sergio?

Yo le miré y recordé que nunca había mencionado su nombre.

-Sergio es el chico del que hablamos ayer, sí, el chico del que estuve enamorada que se marchó sin más.

Rubén me miró y sonrió.

-Pero eso es genial. ¿No te das cuenta? El destino lo ha vuelto a poner en tu vida y eso no es una casualidad. Andrea esta es tu oportunidad.

-No, no es genial. Él ya no se acordará de mí y yo no pienso acercarme a él.-Le dije mirándole seriamente.

-Y...¿Qué vas a hacer entonces?-Me preguntó serio.

-Nada.

-¿Cómo que nada? Andrea... ¿vas a desaprovechar esta segunda oportunidad que te da el destino?

-Sí. No pienso hacer nada. Y no me voy a acercar a él y decirle 'Oh Sergio que de tiempo, bueno ya nos veremos' , es algo absurdo y encima después de un largo tiempo sin saber nada de él.-Dije mirándole.

-Bueno, está bien.-Dijo cogiendo mi mano y sonriendo para que me calmara.

Yo le abracé. Lo necesitaba.
Él me besó en la frente y me dijo:

-Todo va estar bien, ¿de acuerdo? No te preocupes.

-Vale.-Le dije sonriendo.-Bueno me iré ya, gracias por ayudarme.

-De nada.-Me sonrió.

-Y... voy a pensarme tu propuesta.

-¿En serio?-Dijo sonriendo.

-Sí, es verdad que el destino es muy poderoso y si lo ha puesto en mi vida será por algo.

-Sí.-Se acercó a mí y me abrazó.

Tras el abrazo, le dije:

-Bueno... adiós.

-Adiós hermana.

Yo salí de su casa y me dirigí hacia mi puerta y entré en casa.

Me senté en el sofá y empecé a pensar qué debía hacer.
En realidad me encantaría tenerle de nuevo delante mía y poder escuchar de nuevo su voz, pero... ¿Cómo me acercaba a él de nuevo? Estaba muy confusa y además tenía miedo, mucho miedo.

Y así pasó aquel día. El destino existe y tiene mucha fuerza, hasta que no aceptes su petición no te dejará vivir bien. Siempre hay que intentar, pero... ¿cómo se hace eso si los nervios invaden tu cuerpo y te paraliza por completo?

Y Sin Querer... Me Enamoré (Fanfic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora