CAP. 7. ¿Por qué me pasa esto?

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Desperté a las 9 y media de la mañana y fui a desayunar.
No era el mejor de los días, me sentía apagada, con ganas de soledad y muy confusa.

Caminaba lentamente, mirando al suelo, y llegué a la cocina. Allí me preparé un café, ni siquiera tenía ganas de comer.

Me sentía como si estuviera vacía por dentro, como si me hubiera arrancado una parte de mí. Quizá sería porque la noche anterior estuve pensando en qué pasaría si aún Sergio permaneciera junto a mí, o tal vez si me hubiera querido alguna vez. Y junto a esos pensamientos se fue mi corazón, o más bien junto a Sergio. Era como si ya nada tuviera sentido, como si no mereciera la pena disfrutar de la vida. Tal sólo quería estar sola.
Pero también tenía ganas de verle una vez más, verle sonreír o escucharle hablar. Él siempre hizo que los días malos no lo fueran tanto.
Pero si lo veía, tal vez me destruiría más, pero... necesitaba verle, aunque fuera a lo lejos.

1 hora más tarde recibí un mensaje, que era de Rubén. Y éste decía:
Hola, ¿qué tal has dormido?

No pensaba responderle, pero él era como mi hermano y no podía dejarle por algo que era solo mío.
Así que le respondí:
Dormir he dormido bien, pero... lo que ha estado peor ha sido al levantarme.

Y el dijo:
¿Y eso? ¿Qué ha pasado? ¿Quieres que vaya y te anime un poco?

Yo sonreí porque me encantaba que fuese así e intentara alegrarme, pero yo le respondí:
No, gracias pero no. Quiero estar sola.

Él tardó en contestar y dijo:
Vale, pero si necesitas algo aquí estoy.

Y yo le dije:
Sí, gracias. Aunque ahora solo puede hacerme sentir un poco mejor otra persona. Hasta luego.

Dejé el móvil sobre la mesa y me dirigí hacia mi habitación a vestirme. Necesitaba ir a aquel parque.
Me vestí rápidamente, me dirigí hacia la puerta y salí.
Con paso ligero llegué al parque, buscando con la mirada a aquel grupo de chicos.
Me recorrí todo el parque y mi suerte iba disminuyendo, pues no los encontré.
Con decepción caminé hacia la salida, cuando vi que allí estaban.
Una sonrisa se dibujo en mi cara al verle, porque eso era lo que necesitaba.
Él, que se dio cuenta de que yo estaba allí, también me miró, haciendo que mi corazón latiera más fuerte y que me sonrojase.
Hacia tanto tiempo que no nos mirábamos así, que fue como si solo existiéramos nosotros dos.

Pero, al instante, ese momento se rompió cuando en mi cabeza apareció la imagen de Rubén, y yo me volví totalmente confusa. No entendía porqué motivo pasó aquello.

Decidí marcharme de ese parque, pero vi que al pasar por el banco donde se encontraban aquel grupo de chicos, Sergio se levantaba y se dirigía hacia mí.
Yo, no me detuve, y no se porqué no lo hice, cuando habría tenido el momento que tanto esperaba. Pero no tenía ganas de hablar.
Así que seguí mi camino dejándole ahí, solo, mirándome con desilusión.

Llegué a casa. Necesitaba olvidar, hacer como si nada hubiese ocurrido. Pero en mi mente quedó grabada la imagen de Rubén. Era imposible que sintiera algo por él, era como mi hermano. Él no me gustaba, no iba a dejar que me enamorara de él.

Tenía que desahogarme, pero no sabía cómo.
Entonces empecé a gritar.

-¡No! ¡Esto es una estupidez! ¡¿Cómo voy a hacer para olvidarme del amor?! ¡Me rodea todo el tiempo! ¡El amor es una mierda! ¡¿Por qué tuvo que aparecer Sergio?! ¿¡Y Rubén?!

Me calmé un poco pero de tantos nervios acumulados, empecé a llorar.
Entré llantos dije:
¡¿Por qué?! ¡¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?!

Rubén, al vivir justo al lado mía escuchó mis gritos y llamó a mi puerta.
Yo, con lágrimas en los ojos, abrí. Y me encontré con la cara de preocupación de Rubén.

-¿Pero qué te pasa? Te he escuchado gritar.

-Por favor Rubén vete. No quiero ver a nadie.-Dije limpiando mis ojos llenos de lágrimas.

-Andrea... por favor, dime qué te pasa.

-Nada... vete, por favor.

-No me voy a ir.-Dijo cruzándose de brazos frente a mí.

-¿Es que no entiendes que quiero estar sola?-Dije casi gritando.

-Sí, puedo entenderte. Pero lo que no entiendo es porqué estás así. Y quiero que me expliques.

-No quiero explicarte nada, ¿vale? Solo quiero estar sola, esto se me va a pasar. Así que puedes irte ya.

-¿Pero por qué estás así de borde conmigo? ¿Te he hecho algo?-Dijo mirándome seriamente.

-No... solo es que odio el amor.

Él permaneció frente a mí mirándome fijamente y pensativo.

-Bueno... está bien. Ya me contarás mañana, si es que quieres verme. Pero que sepas que estaba preocupado por ti. Adiós.

Tras decirme eso se dio la vuelta y se dirigió hacia su casa.
Pero solo quería estar sola, me dio lástima verle así. Pero no quería decirle nada. Cómo le explicaba que tras ver a Sergio se me apareció su imagen en la mente. Era inexplicable, y además yo no estaba enamorada de Rubén, solo era como mi hermano y ya está. Ojalá nunca sienta nada. Voy a dejar de enamorarme.

Y Sin Querer... Me Enamoré (Fanfic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora