CAP. 2. El mejor día, pero a la vez el peor.

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Al día siguiente desperté a las 11 de la mañana, con la luz del sol que iluminaba aquella habitación. Miré por la ventana aquel paisaje. Una bonita ciudad iluminada por un sol radiante. Era un magnífico día.
Después de quedarme unos minutos mirando por la ventana, salí de mi habitación y me hice el desayuno. Bueno, si a echarse unos cereales con leche en un bol se le llama 'hacerse el desayuno', pues sí.
Me senté en la mesa que había en la cocina y me lo comí en dos minutos.
Tras acabar, volví a mi habitación y me vestí. Y aunque no lo parezca, tardé bastante en escoger la ropa. Y cuando terminé de vestirme me miré al espejo y me dije en voz alta:

-¡Wow! ¡Mírate! ¡Estás genial tía!

Sí, me gustaba hacer eso siempre. Quién mejor que tú misma para decirte lo guapa que estás. No necesito a nadie que me lo diga, eso es lo bueno, solo dependo de mí.

Después de elogiarme frente al espejo, fui al baño y me peiné, porque aunque siempre me deje el pelo suelto necesito peinarlo un poco para que la gente en la calle no me confunda con una loca que se acaba de escapar.
Me lavé los dientes y salí del baño, mientras pensaba qué hacer.
Al ser una nueva ciudad y estar sola, debía pensar algún plan para no aburrirme.
Tras un rato pensando, decidí salir, como el día anterior, pero esta vez sin skate. Solo yo y mi música, a explorar la ciudad. Si ese era el lugar donde pasaría mi vida, debía conocerla y saber donde estaba cada cosa, porque sino todo sería un desastre.

Fui a mi habitación y cogí una mochila pequeña que siempre cogía para pasear, metí las llaves y la cartera, y salí. Mientras esperaba que el ascensor llegase, me coloqué los cascos y me puse música a todo volumen. Detrás de mí escuché una puerta cerrarse, aunque no le di importancia. El ascensor llegó y me metí, cuando vi que alguien detrás mía también iba a entrar.
Y lo vi, era Rubén.
Me quité los cascos para oír bien y dije con una sonrisa:

-Hola Rubén.

-Buenas Andrea. ¿Qué tal?-Respondió el amablemente.

-Pues... genial. Iba a dar una vuelta por la ciudad.-Contesté yo.

-Ah, estupendo. Oye... yo no tengo nada que hacer, y ya que conozco más la ciudad...¿por qué no vamos juntos y así no te pierdes?-Preguntó él de nuevo sonriente.

-Me parece bien. ¿Me puedo fiar de ti, verdad?-Dije bromeando.

-Sí tranquila, no secuestro a gente.-Dijo riendo.

-Vale, ya estoy más tranquila.-Sonreí yo.

Llegamos abajo y salimos del bloque.
Fuimos al centro comercial que estaba un poco lejos. Pero mientras hablábamos se hizo más corto el camino.

-¿Qué tal si pasamos aquí el día?-Me preguntó él mientras entrábamos.

-Vale.-Respondí.

Fuimos a ver las tiendas de ropa que había y descubrí que su estilo es muy parecido al mío.

-¡Eh mira! ¿Entramos un momento ahí?-Preguntó él con entusiasmo.

-¿En la tienda de skates?-Dije extrañada.

-Sí, ¿o no quieres? Ah, es verdad, no te gustan.-Dijo él.

-¿Por qué dices eso?-Pregunté.

-Porque eres una chica.-Respondió como si fuese obvio.

-¿Y eso qué tiene que ver? ¡Claro que me gustan idiota!-Le dije un poco mosqueada.

-¿Lo dices en serio?-Dijo extrañado.

Y Sin Querer... Me Enamoré (Fanfic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora