CAP. 5.

69 7 1
                                    

A la mañana del día siguiente, desperté feliz, libre por haberme quitado aquello que me hacía tanto mal. Rubén me daba confianza, por eso opté por contárselo. Y lo mejor de todo es que me entendió cuando creí que nadie podía hacerlo. Ahora sé lo especial que es, por eso estaré ahí para él siempre, sé que necesita mucho apoyo y sé que alguna vez estuvo muy solo necesitando un abrazo que nadie podía darle, pero ahora ahí estoy yo, que jamás le dejaré solo.

Me levanté y fui a desayunar.
Cuando me preparaba el desayuno, oí mi móvil sonar por algún mensaje o notificación.
Fui a mi habitación a cogerlo y mirar qué mensaje tenía.
Aquello me sacó una sonrisa. El mensaje era de Rubén, y decía: Buenos días criaturita!!

No me esperaba para nada eso.
Yo le respondí: Holap! ¿Cómo tú tan temprano despierto?

Como no contestaba, volví a la cocina a desayunar y me llevé el móvil por si contestaba más tarde.

Ya estaba sentada desayunando y pensando, más bien en mi mundo como siempre, y contestó: Pues... ni siquiera he dormido mucho, solo 2 horas.

Eso me pareció raro, y le pregunté: ¿Por qué?

A lo que él respondió: Bueno, me quedé pensando en lo que hablamos ayer, en tu historia con ese chico. Y tal vez deberías hablar con él y aclarar las cosas, tal vez sea el momento.

Me quedé pensando y sabía que eso sería imposible, pues no sabía donde estaba él ahora y tampoco hablaría con él después de tanto tiempo, la timidez se apoderaba de mí.

Le respondí: No... imposible. No sé dónde está.

¿Cómo?- Me preguntó.

Pues que él se mudó también antes de que yo lo hiciera y tal vez ya se haya olvidado de mí...- Le dije.

Ese es tu problema, temes que se olvide, ¿verdad? Pero no dejes de intentarlo.-Me dijo.

Si, temo que pase eso, pero tampoco sé cómo encontrarlo, no creo que viniese al mismo lugar que yo.

Pero...¿Quién sabe? El destino es muy poderoso y puede hacer lo que sea. Acuérdate.

Vale, está bien, me acordaré, pero no va a pasar y además nunca voy a hablar con él.-Le dije.

Está bien, haz lo que quieras peque. Tú sabrás lo que quieres.
Bueno, voy a ver un rato la tele.-Me dijo.

Vale, hasta luego.

Tras despedirnos yo dejé el móvil en la mesa del salón y me puse a pensar en todo aquello que me dijo Rubén hacía un momento.
Era imposible que me lo encontrase, porque es un poco absurdo e irreal, pero también es verdad que con el destino de por medio nunca se sabe lo que puede pasar. Aunque eso sí, me encantaría verle de nuevo, él era la razón por la que sonreía, era el único que conseguía hacerlo y cuando pasó aquello, cuando se alejó, mi sonrisa se fue perdiendo poco a poco, hasta que conocí a Rubén, ahora he conseguido sonreír de nuevo después de todo y le estoy muy agradecida.
Pero siempre que le veía, cuando aún hablábamos y después de alejarnos, siempre se me dibujaba una sonrisa en la cara y mis días eran perfectos, pero cuando se fue, mis días eran pesados y malos, y tan solo por la ausencia de una sola persona.
Así era yo.

Me llevé todo el día pensando en todo aquello, intentando olvidarlo, pero era imposible.

El destino es fuerte, y nada podrá detenerle, así que lo que tenga que pasar pasará sin que podamos hacer nada al respecto. Así es la vida.

Y Sin Querer... Me Enamoré (Fanfic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora