CAP. 19. La tarde perfecta

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A la mañana siguiente desperté como siempre y fui a desayunar.

Me sorprendí al ver la hora que era, las 12:15.

Me tomé un café y fui a vestirme.

Escogí una ropa cómoda y me senté en el sofá con el móvil.
Vi un mensaje de Rubén. Éste decía:

Buenos días pequeñaja, me gustaría verte de nuevo con una sonrisa frente a mí; simplemente te echo de menos.

Yo le sonreí a la pantalla tras leer el mensaje, como si él pudiera verme.
Yo le respondí:

Puedes venir cuando quieras.

Él leyó el mensaje y enseguida se desconectó.
Eso significaba que vendría pronto.

Y poco después, sonó el timbre. Era él.

-¡Holaaa!-Dije abrazándole al verle.

-Hola pequeña mía.-Me dijo abrazándome también.

Cuando le abracé, le miré y le sonreí. Luego le dije:

-Anda, entra.

Él asintió con la cabeza sonriente y entró en casa.
Al llegar al salón nos sentamos en el sofá.

-Bueno... aquí me tienes.-Dije.

-Sí, ¿y...?-Me dijo mirándome.

-No sé, dijiste que tenías ganas de verme y... ya me has visto, ¿no?-Dije sonriéndole.

-Aún no es suficiente. Ni aunque pase un día entero contigo lo es, tengo que pasar toda una vida contigo para tener suficiente. Porque nunca me cansaré de mirarte ni de estar junto a ti. Y tampoco me cansaré nunca de decirte que te quiero.-Me dijo.

Yo le sonreí, y le dije:

-Yo también te quiero y siempre lo seguiré haciendo. Porque tú eres lo mejor que me ha podido pasar sin duda alguna. Gracias.

Y tras eso le abracé.

Le miré y vi como por su cara corría una lágrima. Yo le sonreí y se la limpié, y él me devolvió la sonrisa.

Él se quedó mirándome, con esos ojos color marrón claro que brillaban a la luz con un tono verdoso, la más sincera que he visto nunca; esa mirada era la que más me gustaba.

Yo le pregunté:

-¿Qué pasa?

-Que no puedo dejar de mirarte. Eres hermosa.-Me dijo sonriente.

-¿Te puedo decir algo?-Pregunté.

-Sí, dime.-Dijo.

-Me encanta tu sonrisa. ¿Sabías que con ella soy la más feliz del mundo? Y tus ojos... tus ojos son perfectos para mí. Tu cuerpo, tu forma de ser, tus 'te quiero', tu voz... simplemente lo tienes todo, todo lo que me gusta y lo que nunca busqué. Tenía que decirlo, significas mucho para mí.-Confesé yo.

-Pues la verdad... tú también tienes todo lo que me gusta. Y pensé que nadie iba a aceptar mis defectos, perdí la confianza en el amor, pero llegaste para mostrarme que siempre quedan esperanzas y que siempre llega este momento. Gracias por aparecer en mi vida.-Me dijo.

-No debes agradecerme nada. Juntos escogimos este camino y era lo que nos merecíamos después de tanto sufrimiento. Era nuestro momento, así que hay que agradecerle al destino.-Respondí sonriendo.

Él no dijo nada, tan solo se limitó a mirarme con aquella sonrisa que me hacía sentir fuerte y a coger mi mano. La sujetó fuerte y aún sonriendo, me dijo:

-Me encanta tu forma de ver la vida. Te quiero Andrea; te quiero para siempre.

Tras aquella frase, besó mi mano mientras encajaba sus dedos entre los míos. Encajaban perfectamente, como si sus manos estuvieran hechas para mí.

Yo sonreí, me acerqué a él y le susurré al oído:

-Yo también te quiero Rubén; te quiero muchísimo.

Él me abrazó, tan fuerte que sentí como si solo existiéramos nosotros dos y el mundo dejara de importar.

Le miré tras abrazarnos y suspiré. Él acarició mi cara, haciendo que mi felicidad aumentara.
Me acerqué a él y le besé.

No quería que ese día acabase; quería que fuese eterno.

Pasamos un día precioso y perfecto, donde solo habían sonrisas, risas, abrazos, palabras sinceras, besos... todo lo que hacía que me sintiera invencible a su lado.

Y Sin Querer... Me Enamoré (Fanfic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora