VI

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"NUEVA VIDA"

Un mes, a pasado un desesperante y larguísimo mes desde que a mis amigos y a mi nos encerraron para entrenarnos y aprender a usar nuestros nuevos poderes.

En la escuela sólo nuestros verdaderos amigos nos tratan como si nunca nos hubiera pasado nada de esto, cuando personas que no toleramos nos empiezan a molestar hay quienes responden con groserías, como nosotros 6, y quien responde dándole un golpe en la cara y en el estómago a un niño, como Avery, y no la expulsaron por matadita, que estupido.

En la phenoreabi (O por su traducción "corporación de rehabilitación de fenómenos) todo es pésimo:
Kaya se torció un tobillo al estar corriendo en una caminadora. Abrianna le escondió toda su ropa a Jayden sólo por diversión y el pobre estaba en ropa interior por toda la habitación.
Evan abrió la puerta de mi cuarto cuando estaba en ropa interior a punto de dormir, se fue avergonzado.
A Janek la mordió un lobo cuando la obligaron a probar si podía comunicarse con él, lo cual no pudo hacer.

Nos han hecho muchos análisis clínicos para ver dónde se originan nuestros poderes, descubrieron que es en un punto vacío del cerebro, y para encontrar alguna cura. A mi me analizaron el brazo (por que cuando nos quitaban el bloqueador mi mano y mi ante-brazo volvían a ser como una pata de águila) y me dijeron que eso se me originó porque tengo algunos problemas psicológicos y me dijo el médico que cuando realmente, mis problemas más profundos desaparezcan, mi deformidad también lo hará.

—ya, me harté, ya no quiero seguir aquí —, empezó a decir un sábado por la mañana en el desayuno Abri. —y ¿que pasó con la cura he, en verdad es tan difícil encontrarla?—, ahora dijo Evan.

—no es por ponerme de lado de estos perros, pero si, es un poco difícil —, dije yo.

—¿y porqué?—, dijo Jayden.

—porque un pequeño error en la cura provocaría que nuestros poderes aumentarán al máximo y nos convirtiéramos en animales completamente salvajes, o matarnos —, dije.

—Que estupidez —, dijo Kaya.

Unos días después de que nos encerraran el doctor Dallas me llama:

—el director Kana me pidió que te diera una dosis diaria de esto —, me dijo mostrándome un frasco que decía "hormonas de crecimiento".

—¿porqué a mi?—pregunté.
—lo siento, no te lo puedo decir —, me dijo.
Gracias a una dosis diaria de esas hormonas llegue a medir 1.70 m. (Yo siempre fui chaparra, media 1.45 a mis 13 años), pero un día me desperté con un horrible dolor de estómago, no podía hablar y con trabajo me movía, sólo quería vomitar y vomitar y creo que lo hice pero no vomito, sino sangre. Logre llegar a mi puerta, la abrí y veo a Kaya, Abrianna y Evan desayunando.

—Gia, ¿qué te pasa?—me dijo Kaya corriendo hacia mi.

—ayúdame —, fue lo único que logre decirle antes de que me desmayara.

Desperté en una camilla y con el doctor Dallas a mi lado.

—¿que pasó?—, pregunté.

—tu estómago se irritó y se perforó una pequeña parte —, me dijo el doctor Dallas.

—¿porqué?—, pregunté yo.

—por las hormonas de crecimiento, irritaron tu estómago, y tienes prohibido tomar pastillas porque si lo haces tu estómago podría cortarse otra vez o te podría dar cáncer en éste —, me dijo el doctor Dallas.

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