#14- Promesa.

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Anna.

Me levanté temprano, ya eran las 9:45 am.

Dejé que Rubén siga durmiendo e hice lo habitual, luego alimenté a los gatos y me fuí a la cocina, le hice el desayuno a Rubén y se lo dejé sobre la mesa del comedor. Escribí una nota que decía "Buen provecho" y la dejé sobre la mesa.

Volví a su habitación y agarré su teléfono, entonces puse una alarma para dentro de un minuto con la etiqueta "Despertate, vago"

Dejé el teléfono sobre la mesa de luz y salí del departamento. Caminé tranquilamente hasta casa y al llegar entré a ésta en silencio, ya que posiblemente Zarek y Naza aún estén durmiendo.

Entré a la cocina y empecé a hacer mi desayuno.

Me puse auriculares y puse la versión de "El perdón" de Vedito, la punk pop. Uff, hace tanto que no veo al Vedo.

Quizás nunca lo mencioné, pero somos primos.

Mi tío de parte de mi padre es de Córdoba y bueno, ahí ustedes sacarán sus propias conclusiones. Por suerte lo pude ver antes en el Club Media Fest pero de ahí en adelante no volvimos a vernos.

Además de que ahora vive en Buenos Aires, ¡Cuando yo me mudo, él se muda ahí, justo ahí! Ojalá pudiera verlo otra vez.

-Es que yo sin ti, y tú sin mi...dime; ¿quién puede ser feliz?, esto no me gusta ¡wooh!- Canté medio susurrando.

Sentí que tocaron mi hombro en medio del estribillo de la canción, justo cuando yo estaba casi saltando y bailando.
Me asusté tanto que di un salto y me saqué un auriculares, de paso tiré un vaso al suelo que- por suerte -era de plástico.

-¡Tranquila! No quería asustarte, cantante- dijo Zarek riendo nervioso.

-¡Pendejo!- le pegué en el hombro- Me re asusté, boludo...

-¿Perdón?

-Si, claro, claro, ¿me ibas a decir algo? Digo, porque por algo me asustaste así.

-Primero; ya pedí perdón, segundo; sólo quería decir buenos días- respondió y se sentó en la mesa de la cocina.

Serví el desayuno y le di del mío a él también.

-Que ojeras...¿Donde estabas anoche? ¿Recién llegas?- empezó a preguntar.

-Emm...Acordate de que estoy cuidando a Rubén, ya sabes porque, eso te responde todo- suspiré.

-Anna quiero hablar seriamente con vos de eso- agarró mi mano por arriba de la mesa.

-¿Que pasó?- dije confundida.

-Te estás esforzando por él, vas y lo ayudas, le das de comer a él y sus mascotas, lo haces bañarse, te quedas a dormir con él ahora, además de todo eso tú tienes que ir de vez en cuando al psicólogo y en tus condiciones, refiriendome a tu enfermedad, no es bueno que hagas esto...además te estresa y se nota.

-Pero...

-No, te estresa y es la verdad. Rubén no merece que lo saques de sus problemas, él es adulto y hace lo que quiera, toma sus propias decisiones. Tienes que dejarlo ir ya, uno se fortalece con cada error una vez que aprende de ellos...déjalo fortalecerse y cuidarse a él mismo...y fortalecete tú- apretó mi mano -¿Porque no hacerlo?

-Porque se lo debo. Acordate que si él no me hubiera llevado al hospital el día que casi me muero, yo no estaría acá ahora...y no quiero tener que ir algún día a un hospital porque Rubén tuvo una sobredosis y nadie se quiere hacer cargo de él por miedo o vergüenza hacia lo que es, pero yo tampoco. Por eso quiero ayudarlo, hacer que esté muy cerca de salir de esto, porque él si puede, yo no puedi salir de mi enfermedad porque no se cura pero lo suyo si se cura, así que quiero hacer que al menos esté conciente de las cosas que hace y ahí lo voy a dejar seguir solo, y voy a centrarme solamente en mi vida- dije seria, aún Zarek sostenía mi mano- ¿Me dejas hacerlo en paz?

Cambios Repentinos [2] (#MDFB2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora