#18- Disculpas y alivio.

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Rubén.

El taxi llegó al aeropuerto. Bajé y saqué las maletas para luego dirigirme al interior de aeropuerto.

Estaba tranquilo ya que Mangel cuidaria de los gatos mientras yo no esté. Revisé no haber olvidado nada de lo básico.

Cargador, teléfono, cepillo de dientes. Todo bien.

Cuando anunciaron mi vuelo, fui hacia donde debía y antes de entrar al avión me detuve, miré hacia atrás un momento y luego volví a voltearme.

Ella no está aquí, tranquilo.

Será un largo viaje.

(...)

Anna.

Lo primero que debía arreglar era Rosa y yo. Tenía que poner las cosas en calma o dejarle en claro que si vuelve a molestarme seré capaz de cualquier cosa.

Le pregunté por mensaje a Mayra su dirección y luego de que me interrogara me pasó sus datos. Fui a la casa de Rose, y cuando me abrió la puerta se mostró asustada.

-Quiero hablar con vos- le informé cuando intentó cerrar la puerta, deteniendola con mi mano.

Tragó saliva y me dejó pasar.

-Antes de que digas nada, ya está hecho todo lo que hice y no puedes hacer nada al respecto, la venganza dará igual- advirtió asustada.

¿Desde cuándo es tan sumisa y me tiene tanto miedo?

-Sólo vengo a arreglar las cosas, Rosa. Mira, desde el principio me caiste mal por lo que hiciste con Rubén, luego arruinaste nuestra relación, usaste a Germán, corrompiste a May para que me drogue y casi haces que yo muera. De todas formas, estoy dispuesta a perdonarte y prometes nunca jamás volver a molestarme.

-Anabella...Sé que todo eso estuvo mal y me arrepiento, esta vez lo digo de verdad. Cuando usé a Rubén fui una verdadera perra, y luego cuando te vi en un video, tuve celos. No porque estés con él, si no porque eras incluso mejor que yo. Verás, a pesar de todo yo tengo muy baja autoestima, y siempre intenté probar cuán hermosa o inteligente era conquistando chicos, sin embargo tú eras todo lo que yo no podía y te ganaste a Rubén sin siquiera darte cuenta, pero lo enamoraste realmente, entonces sentí deseos de destruirlos.

-Envidia...

-Lo sé, y, repito, estoy arrepentida. Cuando casi mueres, yo quería que te vuelva a pasar, te deseé la muerte porque quería que no estés porque para mi eras competencia.
Pero hace unos dias yo me di cuenta de que no necesito probarme y eliminar a la competencia, porque aunque yo no sea perfecta, hay alguien que me quiere y yo usé, lastime y engañe pero con mis celos nunca le di importancia a lo que siento.

Por dios, ésta chica se enamoró de Germán. Es obvio.

-Entonces, ¿sin remordimientos? No soy mejor que tú.

-Lo sé ahora, Anna. Gracias por perdonarme.

-No es nada. Espero que esa persona que usaste también te perdone.

-También lo espero...

Me despedí de Rose y salí de su casa. Charlamos más de lo que creí y fue mucho más fácil de lo que esperaba.

Esta vez se que no miente, sus ojos lo demostraban. Esta vez sé lo que veo.

Al llegar a casa sólo pude ir a mi habitación y desplomarme en la cama. Estaba aliviada.

-¿Esta todo bien, Anba?- preguntó Zar entrando a la habitación.

-Todo más que bien.

-Oh- suspiró -Suerte, creí que estabas llorando.

-Para nada, de hecho hasta tengo ganas de reír a carcajadas. He hablado con Rose...

-¿Y?

-Todo esta bien. Mucho mejor. Creí que saldría de esa casa con esposas en las manos y una Zorrosa menos en este mundo, pero veo que ella ha cambiado, ya no es una zorra.

-Eso si que suena bien.

-Cierto... Ahora falta arreglar las cosas con mi madre.

-¿Que? ¿De que hablas?

-Mira, hice una lista- dije buscando la agenda en la que anoté todo, evadiendo su pregunta.

-Rose, Regina, May, Mangel, Rubén, Theo, Francisco...¿Que es esta lista?

-Las cosas que debo arreglar.

-Pero...son personas.

-Personas que se han vuelto cosas que obstaculizan mi camino.

-¿Camino? Joder, me estás confundiendo.

-Si, ya sabes, cuando arregle todo con esas personas me sentiré bien para crear mi futuro. Quiero seguir adelante...

-¿Porque Mangel está en la lista?

-Hay algo de lo que tengo que hablar con él. Tengo que disculparme por algo serio...de lo que me di cuenta hace poco.

-Cuéntame.

-No seas chismoso, es algo privado.

-Agh, bueno, me calmo.

Reí por su ansias por "cotillear". Se sentó en la cama junto a mi y nos quedamos en silencio.

El tono de llamada de mi teléfono comenzó a sonar y agradecí a quien sea que me llamaba por romper el silencio.

Atendi rápidamente.

-Hola, ¿quién habla?

-Ah, ¿Anabella? Soy Mariane, la madre de Rubén.

-¡Ah! Mar, si, ¿pasó algo?

-Sólo quería agradecerte por lo que haz hecho por Rubén. No sé si lo engañaste o no, lo único que me interesa es que lo ayudaste y algo hiciste para que venga aquí después de estar incomunicado por meses, de verda gracias.

-No es nada, Mar, lo hice por él y por su bien. Espero que vos lo hagas reaccionar.

-Prometo que eso haré...adiós Anna.

-Adiós...

Cambios Repentinos [2] (#MDFB2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora