Anna.
Terminé de hacer la cena. Serví para Rubén y Zarek, hice que Rubén se sentara frente a Zar.
Me senté en el medio y los observé. Rubén miraba desafiante a Zarek, mientras que Zar sólo comía tranquilo.
-Anba- me llamó Zar y al parecer eso le molestó a Rubén.
-¿Que?
-¿No comes?- preguntó.
-No, no tengo hambre- suspiré.
-Oh...estás muy flaca, deberías comer un poco- pidió.
-Estoy bien, Zar.
-Pero es que-
-Déjala de una vez, no quiere comer, no es tu problema- interrumpió Rubén.
-Pues tampoco te importa a ti, yo estoy hablando con ella, no contigo- respondió Zar molesto.
-Deberías dejarme meterme en sus conversaciónes ya que ustedes se metieron en mi casa- se levantó Rubén de la mesa.
-A ver idiota, Anna está tratando de sacarte de la maldita droga, si no te callas voy a romperte el hocico de una vez por todas, ella prácticamente te está salvando la vida y tú sólo estás quejandote todo el tiempo de que te está ayudando, así que déjala, porque se supone que si tú te metes en la droga, tú sales de la droga, no que Anba te saque, idiota- gritó Zarek molesto y siguió comiendo.
Rubén se quedó con la boca entre-abierta sin saber que decir.
-Yo, esto, no...¡Yo no me metí a la droga, Rose me vendió y me insitó a probarla!- se defendió como pudo.
Me levanté de la mesa.
-¡¿Que?!- grité.
-¡Si! Ella lo hizo, después de que probé me dio más y más, hasta hay veces que me regala- dijo Rubén.
Gruñí.
-¡Voy a matar a esa zorra! ¡La voy a matar!- golpeé la mesa con mi puño asustando a Zarek.
Él se levantó de la mesa y me tomó de los hombros para tranquilizarme, me llevó a la cocina.
Estaba escuchando a las malditas voces.
-Anna, ¿estás bien? ¿necesitas tus pastillas?- preguntó él en voz baja.
-Si, si, dame en agua, porfavor- pedí mientras buscaba las pastillas en mi bolsillo.
Zarek me dio un vaso con agua y tomé las pastillas, después de unos segundos se pasó todo. Volvimos a la sala y Rubén nos miró raro.
-Supongo que las cocinas siempre son sus niditos de amor, eh- dijo él sentado en la mesa, de brazos cruzados.
-Cállate, ¿quieres? Ya no te soporto- me quejé- Iré a tu habitación a ver un par de cosas, Zar, ¿Queres darle de comer a los gatos? La comida está en la cocina, obvio- pedí.
Zar asintió con la cabeza y fue a la cocina. Me dirigí a la habitación y empecé a buscar por todos lados droga.
Seguro que Rubén tiene algo si es que Rose le regala siempre y si estuvo aquí ayer puede que hasta ella haya escondido un poco.
Miré la cama. Levanté el colchón y ahí estaba, había un par de jeringas en cajas etcétera.
¿Porque siempre con esto? Dioses.
Agarré todo con cuidado y fui a buscar una bolsa, metí la basura de toda la casa en esa bolsa y la cerré, entonces salí y fuí a tirar todo en los basureros del edificio. El camión de la basura ya debe estar por llegar, perfecto.
Volví a subir y al entrar a la casa Rubén me tomó del brazo y me acercó a él.
-¿Que hiciste? ¿Que había en esa bolsa?
-Tu maldita droga, imbécil- lo empujé y me soltó.
-¡Ya te he dicho que no me molestes, que no entres a mi casa y además de que ignoras eso traes noviecitos!- empezó a quejare nuevamente.
Me cansé, simolemente me cansé de sus testamentos de todos los días con las mismas quejas. Lo agarré de la remera y lo puse contra la pared.
Oh, ahora que yo sea más baja que él no me importa.
Lo miré a los ojos con rabia.
-Mira, Gundersen, si queres que me vaya de esta casa me vas a tener que hacer caso y dejar la droga, no me vengas con quejas pedorras de que te molesto y que te aburro todos los dias, o que no tengo derecho de entrar a tu casa y tirar ese maldito veneno. Lo único que yo hago es ayudarte y bancarme tus pelotudeces.
Y esos celitos boludos te los metes por donde te entren y cerras el orto porque ya no me los banco más, ya no somos pareja y te jodes, porque vos me dejaste y ya no tenes derecho sobre mi como novio, porque ya no lo sos.
Así que te callas, te vas a llorar al baño y mañana vas caminando derecho a un centro de ayuda para drogadictos porque yo no te voy a cuidar más si me vas a joder todos los días- hablé decidida y confiada, con la mirada fija en sus ojos.Los solté y caminé hasta donde estaba mi mochila, pasandi por al lado de Zar que sonreía facinado por alguna razón, Rubén sólo se quedó paralizado en su lugar con la misma expresión de sorpresa que cuando lo puse contra la pared hace segundos.
Saqué mi teléfono de mi mochila para revisar notificaciónes y demás y así distraerme un poco.
-Anna no sabía que fueras tan buena hablando de esa forma...¿como le dicen en argentina?- preguntó Zar poniéndose a mi lado.
-Creo que decís cuando le cerramos el orto a alguien- dije riendo.
-Eso exactamente...¡Fue genial!
-Gracias...supongo.
-Es la verdad y nada más que la verdad.
-Zar...
-¿Si?
-Vamos a casa, tengo que buscar algún centro de ayuda para Rubén en Madrid, así que mejor irnos y enpezar a buscar- dije seria.
Miré a Rubén, que estaba sentado en el sillón de la sala.
-Hasta mañana- le dije y salí junto a Zar por la puerta.
(...)
Estaba sentada frente a la computadora buscando en internet algún centro de ayuda para Rubén, pero no encontraba ninguno de Madrid.
Busqué de mil formas en el buscador pero nada era lo que necesitaba.
Leí un nombre que llamó mi atención entonces abrí la página, pero no era lo que necesitaba.
Bufé y me eché hacia atrás en mi silla.
Escuché sonar mi teléfono y era un mensaje.
1 Chat:
Wesly: ¡Anabbii! ¿que haces?
Yo: Busco centros de ayuda para drogadictos en Madrid -n-
Wesly: KHÉ.
Wesly: ¿Vos sos...?
Yo: NOOO
Yo: Es para Rubén, una idiota lo metió en la droga y yo estaba ayudándolo pero no quiere dejarlo, así que buscaba esto para meterlo ahí :v
Wesly: Ahhh, me había asustado :c
Wesly: Yo conozco un centro un poco lejos de acá.
Yo: ¿En serio? PASA DIRECCIÓN, TELÉFONO, TODO
Wesly: Okey, okey, tranquila ·-·
Yo: Me salvaste la vida wacho
Cerré los mensajes y dejé el teléfono sobre la mesa. Decidí dormir un poco más.
Espero que sea una buena opción ese Centro de Ayuda. Si no lo es, no sé que haré para que Rubén se aleje de las drogas.
***
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Cambios Repentinos [2] (#MDFB2)
FanfictionRubén terminó con la relación. Anna quiso suicidarse. Sobrevivió, pero entonces las cosas empeoraron. Todo cambia, Rosa consiguió lo que quería pero...¿Eso fue todo? Todos afrontarán estos Cambios Repentinos. Libro 2 de MDFB