Charlie POV
—¡Apúrense! Vamos, gorditos.—Leo nos gritaba mientas corríamos con todo nuestro equipaje—. Me pregunto qué calificación tendrán en gimnasia.—Negó con su cabeza.
—Amor, todavía no entiendo por qué tenemos que madrugar.—Leah se quejaba en voz alta, todavía se le podía notar el palpable sueño en su cara.
—A las 8 la autopista se rebalsa de tráfico y créeme linda, luego de Miley Cyrus, esos cereales con la imagen del conejo en la caja y los niños que te salpican agua, no hay nada que odie más que al tráfico.—Leo contestó gruñendo y metiendo apresurado todo nuestro equipaje en el maletero del auto.
Cerró como pudo y nos arrastró a gruñidos a que entremos a su camioneta.
—¿Sabes? No tienes que ser tan gruñón siempre.—Leah se cruzó de brazos y miró a la ventanilla ofendida.
—¿Gruñón, yo? Si tú no te quejarías siempre tal vez no me molestaría.
—¿Otra vez recordando lo del cumpleaños de la abuela?
—¿Qué? ¿Quién mierda mencionó eso?
—Leo, no creo que me guste que utilices siempre esa palabra.
—¿Cuál?—Leo se burló.
—Ya sabes cuál Leo, no me hagas mencionarla.—Leah lo señaló con su dedo y bufó.
—Por favor, sólo déjame conducir.
—Hablaremos cuando lleguemos a casa, Leonard.
—¿A casa? Yo me iré a mi casa y dormiré todo el día.
—¿Cómo te atreves? Tú sabes cuánto me encanta ir los jueves a Gucci cuando hay oferta.
—No es mi culpa que esa maldita tienda no abra los viernes.
—¡Si abren! Pero tú solo quieres ir a jugar ese estúpido deporte.
—Me encanta el rugby y jugaré todos los viernes que quiera.—Leo enfatizó con su mano mientras la otra atendía el volante. Esto ya me preocupaba. Parecían una pareja de casados y siempre era gracioso pero en esta velocidad, era preocupante.
Dylan notó mi malestar y tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos. Lo miré y apoyé mi cabeza en su hombro. Aspiré su fragancia y cerré los ojos, tratando de dormir un poco. Después de todo, apenas eran las cinco de la mañana y teníamos un largo trayecto.
***
—Charlie...—Gruñí un poco y me volví a acomodar.—, Charlie, ya llegamos.—Empecé a abrir mis ojos y me desperecé.
Fijé mi vista en la pareja que se encontraba en los asientos delanteros y como me lo suponía, se besaban. Me pregunté si a Leah le dolía que Leo meta su lengua tan al fondo de su garganta.
—Tortolitos, no es por nada, saben que los amo pero tengo algo con mi padre...—Al mencionar a su progenitor rodó sus ojos. Dylan me contó que Leo y su padre, que era un empresario, tenían una casi inexistente relación y últimamente lo intentaban.—, así que...
—Esta bien, Leo.—Dylan contestó a favor de su mejor amigo.
Se miraron unos segundos, teniendo una conversación muda y Leo con Leah se marcharon luego de despedirse. La verdad admiraba su amistad.
—¿Te ayudo?—Dylan preguntó pero sin respuesta tomó mis maletas. Estábamos frente a mi casa, solo esperaba que no esté mi madre.
Nos dirigimos a la puerta, dentro llamaría a un taxi para que Dylan pueda ir a su casa y descansar.
Al llegar a los escalones que dirigían para la puerta principal, esta se abre antes.—Espero que puedas venir de nuevo, Kyle...—La voz de Ángela se escuchó y los miré.
Casi no lo reconocí, él estaba más alto, no es que me sorprendiese, su padre mide al rededor de dos metros. Su cabello rubio alemán está un poco más largo y sus rasgos definidos. Él, en definitiva, había crecido. Mucho.
Al verme sonrió y sus ojos almendrados se achinaron un poco.
—Hola, Tay-Tay.—Su voz, ahora más gruesa pero todavía dulce, afloraron miles de recuerdos y corrí a abrazarlo. Otra vez, sentí seguridad y confort en su cuerpo.
Dylan POV
Charlie corrió a abrazar a aquel tipo. No sabía si era un familiar, primo o lo que sea, yo solo me quede atrás esperando su introducción. Luego de varios segundos, Charlotte recobró la compostura y se acordó de mí. Se aclaró la garganta tal vez un poco incómoda.
—Dylan, él es Kyle.—Él chico rubio me sonrió y extendió su mano hacia mí. Yo solo pude decir una oración, tal vez un simple balbuceo cómo pregunta.
—¿Kyle? ¿Cómo tu ex-novio Kyle?
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Mi Error Favorito
Dla nastolatkówCuando Dylan Bradley apostó que el nuevo estudiante Taylor, sería un chico, se llevará la sorpresa de que estaba equivocado. Charlotte Taylor Sheridan no es solo una chica nueva en el instituto privado, en el que su infame hermanastro asiste. Para...