Capítulo 13: William Grayson

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Dylan POV

—Me aburro.—Exclamé desde el asiento trasero del auto.

—Pues aguántate.—Dijo Leo antes de volver a succionar la boca de Leah, quien se encontraba en el asiento del copiloto. Succionar, se les iría la vida en ello. Cada maldito semáforo en rojo y ya ponían en escena sus besuqueos vulgares—. Solo estás celoso.

Celoso. ¿Celoso? Por supuesto que estaba celoso.

Las ultimas semanas  fueron las más angustiantes. Ni siquiera podía estar cuando mi hermano pequeño veía Disney Chanel y pasaban su programa favorito: Buena Suerte, Charlie.

Charlie. Charlotte. Charlotte Taylor Sheridan.

—¿Qué te pasa, Dylan? Creo que estás teniendo un derrame cerebral.—Dijo Leah masticando sin sutileza su chicle de uva. Bufé y rodé los ojos.

—Extraña a Charlie.—Sentenció Leo y apreté mi mandíbula.

—¿Lo tienes que decir siempre?—Espeté tenso.

—Fuiste un completo idiota. Tienes que ir a buscarla y llenarla de chocolates y rosas.—Sugirió Leah.

—¿Estás loca? ¿Chocolates y rosas? Eso cavaría mi tumba, Leah.

—Ugh, si quieres asalta un cementerio y regálale un maldito muerto, ¡no lo sé! Pero no entiendo  por qué suspiras todo el día por ella si no mueves ni un dedo para tenerla devuelta.—Dijo rápidamente y me costó seguir sus palabras pero al comprenderlas tiene toda la razón pero...

—Pasaron semanas desde la ultima vez que le hablé. Cuatro semana enteras. 27 malditos días. Casi un mes. ¡No puedo hacer nada!—Abrí mis brazos cayendo en mi derrota.

Leo tomó unas curvas más y en cinco minutos ya estábamos en Bruno's.

—La comida chatarra te hará mejor, créeme.—Leo dijo sin preocupaciones.

A veces me daban ganas de golpearlo. No iba a dejar de pensar en ella por un maldito pedazo redondo de carne.

Entramos y vimos que había una gran cola para hacer el pedido. Había mucha gente.

—Ve a guardar una mesa, Romeo.—Me mandó Leah. La novia de mi amigo. Novia. Yo quería una novia. Yo quería que fuera Charlie.

¡Mierda, Charlie! Deja de pensar en ella, eres patético Bradley.

Sin rechistar fui a buscar un lugar y no encontré como consecuencia tuve que subir al piso siguiente para hallar un lugar disponible.

Por fin. Divisé una, de esas que son como sillones y están contra la pared. Fui hacia allí y me senté. Esperé unos segundos rogando que llegaran rápido con la bendita comida, entonces... Escuché su risa. Su hermosa risa. Charlie. Y están vez no era mi mente tratando de hacerme una mala jugada.

Era Charlie, tal vez si hablamos...

Adiós esperanza. Mis ojos se abrieron como platos, luego después de que mi cerebro procesara la información, mis cejas se fruncieron ya sea por indignación o asco, repugnancia, entre otras palabras, William Grayson.

El maldito William Grayson.

El maldito William Grayson que rodeó con su brazo los hombros de Charlie.

¡Y ella no ponía la menor resistencia! Estaban sentados unas mesas más a la izquierda en una esquina. Comían su comida chatarra entre carcajadas. Ella como la buen Charlie que es, concentraba su mirada en la comida. Pero él...¡él la  miraba como si ella fuera una especie de dulce exótico que se muere por probar!

Tensé mi mandíbula y tenía unas ganas inmensas de ir a esa mesa a reclamarla. Pero no éramos nada.

No podía reclamar nada.

Me cuesta mirarla ahora. Tan contenta y risueña al lado de ese estúpido. También me costaba mirarla en la escuela, nos ignorábamos pero yo la miraba cada vez que ella miraba para otro lado. La observaba, como un maldito acosador. Pero era Charlie, cualquier persona que conociera a Charlie nunca dejaría de admirarla.

En cambio el baboso que tenía al lado solo moría por su exterior, dudaba que le interesase más que eso. Él no sabía que él menta era el sabor favorito de Charlie. Ni tampoco que el negro era su color favorito pero si alguien preguntaba ella iba a decir azul para no parecer tan loca salida del manicomio.

Sonreí  al recordar esas palabras.

—Eres un idiota, Will.—Ríe y levanté la vista para mirar. Seguro el idiota de Grayson hizo alguna broma....¿idiota?

¡Yo era su idiota!

Ella siempre me llamaba así, la desesperaba hasta la muerte y a veces se irritaba con mis comentarios pero al final del día era el único idiota de su vida...

Me levanté disimuladamente para que no captasen mi presencia y lo logré exitosamente. Volvería con Leo y Leah y les diría que preferiría que comamos en otro lado.

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Okey, intenso. Por favor, comenten :)
Dylott tiene crisis :( ya veremos qué podrá hacer el destino o peor lo que no....veremos, veremos...
Mitch

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