Give me love.

14. Altibajos.

Xavier POV

-¿Hoy es un buen día?- preguntó con resolución.

De alargada y rígida complexión, ojos negros, dos abismos insondables. Expresión ilegible, postura relajada, descansando casualmente sobre la extravagante butaca negra. 

- Define buen día- contesté.

- No intentar atravesar la pared con tus nudillos sería un buen comienzo- dejo caer con su característica sutileza.

Reflexioné unos momentos y la escena de la cafetería se encendió como una bombilla en mi cabeza. Sin embargo, decidí ignorarla.

- Entonces supongo que sí- mentí, las palabras deslizándose a través de mis labios con reticencia.

-No lo dices muy convencido- me observó acariciándose el mentón. 

Permanecí en silencio, centrando mi mirada en un punto aleatorio en la pared. 

- Podría aconsejarte que redireccionaras esa furia que llevas dentro hacia una nueva aspiración, pero supongo que solo serían más mierdas estereotípicas de psiquiatras.

- ¿Entonces?

-Dime tú.

- Tú lo sabrás, eres mi psiquiatra Para eso te pago ¿no?

- Técnicamente me pagan tus padres y solo pretendo que uses un poco ese cerebro abandonado en tu cabecita.

- Como paciente creo es políticamente incorrecto el insultar a tus pacientes.

- Nunca he sido fan de lo políticamente correcto ¿Por qué embotellas toda tu ira y luego explotas? Eres como una granada en manos torpes, un dedo tembloroso en el gatillo.

- Prefiero eso a estar todo el día de mal humor- refunfuñé con dientes apretados.

- Así que dedicas todo tu tiempo a mantenerte en tu sitio, espalda recta, boca cosida, dedos cruzados- afirmó triunfante.

-¿Y si solo es por esto por lo que vivimos, para que seguimos siquiera haciéndolo?- preguntó.

-¿Por las pequeñas cosas?

-¿Quieres mi opinión?

- Por favor- le concedí.

-Yo creo que las pequeñas cosas no son nada más que distracciones, esos efímeros  que nos alejan  de lo que verdaderamente podría hacernos felices. La existencia de ellas en sí misma no es mala, pero la creencia conformista de que estas nos mantendrán a flote cuando apenas estamos colgando con pinzas puede llegar a ser contraproducente.

-No lo entiendo ¿No tendría que vivir por su sonrisa, por el brillo en su mirada, por su graciosa risa, por sus gestos más imperceptibles....?

- Ciertamente, pero esto lleva a un olvido de la imagen global de la persona, de un objetivo mayor por el que luchar, pues siempre estará el pensamiento de: ¿qué más darán mi educación, mi futuro, mis valores o morales si siempre me quedará  el matiz de las hojas o el aroma de las flores?

- No me estaría permitiendo evolucionar. No querría enfrentarme al tomar una decisión...-comencé-. El hecho de no preguntarme por el qué pasara no es miedo a lo desconocido o...- mi voz murió en mi garganta. Me incomodaba hablar sobre mí mismo.

- ¿O..? - me instó.

Apreté los puños y una vocecilla en mi interior se burló de mí.

- ...o ignorancia. Es inseguridad porque es más fácil levantarme cada mañana sin la necesidad de preguntarme quien con "Q" mayúscula se encuentra ahí arriba moviendo las hilos, el qué harán las persona comatosas al final del túnel o si estaré a gusto conmigo mismo en lo que me convertiré en el futuro.