Capítulo 5 - Parte 2

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MÍA

Estaba en casa, envuelta en sus brazos y con el calor de su cuerpo calentando mi piel así me sentía.

—Te amo brujita —sus palabras llenaron cada rincón dentro de mí y el tiempo se detuvo en ese instante.

Un sentimiento nuevo flotaba en el aire, uno que se me hacía extraño porque hacía mucho que no me visitaba, la felicidad erizó cada poro de mi piel y un estremecimiento recorrió mi cuerpo.

Me prometió que nuestros caminos se cruzarían una vez más y que entonces nada nos separaría, yo le creí y prometí que volvería besarlo una vez más.

Quería besarlo una vez más.

Abrazarlo una vez más.

Amarlo una vez más.

Una vez más, eso era todo lo que necesitaba, era mi última esperanza y una vez más tendría que levantarme del suelo y avanzar, avanzar para poder al fin estar en casa.

El dolor inundó poco a poco cada espacio de mi cuerpo, este se sentía pesado, adormecido. Mi cabeza parecía que iba a explotar, tenía la garganta seca y cada respiración se sentía como una apuñalada.

Lentamente abrí los ojos, tuve que pestañar varias veces para acostumbrarme a la luz, cuando lo hice observe alrededor, no había nadie en la habitación, me fije entonces en un jarrón con flores que descansaban sobre una mesita al lado de la cama donde me encontraba, entrecerré los ojos hacia ellas y vi que a su lado había una fotografía, mover mis brazos costó un gran esfuerzo, estaban entumecidos pero al fin logré tomar la foto, un suspiro escapó de mí mientras la veía, Nate.

Volví a observar alrededor, esta vez con el ceño fruncido. ¿Qué había ocurrido? Poco a poco fui acomodando mis pensamientos, el enfrentamiento, Hannah y Nathan ahí, mi pesadilla volviéndose realidad, los disparos y luego, oscuridad.

Una enfermera entra y al verme forma un alboroto, cierro los ojos deseando que haga silencio y cuando intento decírselo las palabras mueren en mi boca, ella se acerca para darme algo de agua.

Más personas llegan a la habitación, los médicos comienzan a revisarme y un par de enfermeras corren de un lado a otro, me mantengo en silencio intentando saber que había ocurrido, cuanto tiempo llevaba acá y donde estaban todos.

Empiezo a desesperarme cuando un bloqueo me impide ver que ocurrió en el enfrentamiento y cuando todos se marchan sin darme la oportunidad de preguntar, creo que me volveré loca.

Vuelvo a observar la foto del novato, alguien tenía que haberla dejado ahí junto con las flores. El estruendo de la puerta me hace levantar la vista y sus ojos chocan con los míos.

—Brujita —susurra acercándose tan apresurado que tropieza con sus propios pies y casi cae, sonrió viéndolo llegar hasta mí.

Lo tomo de la remera impidiendo que haga cualquier movimiento y choco su boca con la mía, él se deja hacer y me besa con la misma desesperación, no me detengo hasta que mi garganta está seca, pero por él, y mis pulmones duelen, pero por él. Me alejo apoyando mi frente en la suya, sonrío.

—Prometí que no sería el último —digo, mi voz se oye ronca y algunas palabras salen entrecortadas.

Nathan vuelve a besarme. —Creí que te perdía —murmura y sus lágrimas humedecen mis labios, envuelvo mis brazos alrededor de su espalda con fuerza.

—Te amo —las palabras brotan de mí ya sin poder contenerlas más, veo una sonrisa esparcirse por su rostro.

—También te amo brujita.

Visiones Secretas (Saga Mía #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora