Capítulo 19 - Parte 1

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DÍA 92

Nathan toma mis manos entre las suyas y entrelaza nuestros dedos. —¿Estás segura de que no quieres que te acompañé? —pregunta una vez más.

Ruedo los ojos y sonrío. —Que sí O'Connor. Es algo de que debo hacer sola.

Él suspira y se inclina para darme un beso. —Pero si algo pasa me llamas —dice aún contra mi boca.

—¿Desde cuándo me das ordenes? —pregunto divertida envolviendo los brazos en su cuello.

—Desde que me amas.

—¿Quién dijo que te amo? —lo molesto.

Una sonrisa arrogante curva sus labios. —Tus ojos —responde seguro—. Ese color es solo para mí.

Un carraspeo me impide responder, observo por encima de su hombro, Aiken a unos pasos de distancia y con los brazos cruzados, levanta una ceja en mi dirección, Nathan no hace amago de alejarse.

—Ten cuidado —me pide, asiento y él me roba otro beso—. Para que no me extrañes.

Ruedo los ojos apartándome, abro la puerta de la camioneta, donde antes estaba apoyada. —Claro, yo soy la que te va a extrañar —digo subiéndome.

—Brujita —me llama, lo miro con una sonrisa—. Yo si te amo.

Niego con la cabeza y enciendo el vehículo, doy la vuelta y cuando paso frente a Aiken me detengo. —Cuídamelo —le pido, espero a que asienta antes de salir de la base.

Finalmente iría a ver la dirección que había descubierto, donde estaba segura habían vivido mi madre y Hannah, quedaba a unas tres horas de la base, estaba a las afueras de la ciudad, por una ruta poco transitada.

Esta mañana Felipe despertó, el pronóstico era bueno, había hablado con él, y tal como había sospechado, el líder de la RAFF lo había atraído con información que en realidad no tenía, o al menos, no se la dio. Le dejé en claro cuan estúpido había sido al confiar en él, algo en lo que, por suerte, estuvo de acuerdo, por otro lado, no parecía molesto con Emma, así que seguía sin entender el porqué del mensaje, tampoco lo había visto, siempre le mantuvieron los ojos vendados.

Solo a Víctor le conté sobre la visión de Emma, ambos estuvimos de acuerdo en no decirle hasta saber bien que había pasado, así que ahora él se encargaba personalmente de hacer averiguaciones, todo a partir de la descripción de la mujer del recuerdo.

Cuando llego a la dirección, detengo la camioneta y observo la casa, que a juzgar por el estado en que se encontraba, hacía muchísimos años que estaba abandonada. La vegetación estaba tan alta que cubría la mitad de la fachada y al encontrarse en medio de un bosque, los arboles la rodeaban casi escondiéndola, lo poco que se veía, denotaba un estado deplorable.

Me bajo y observo alrededor, era la única construcción en kilómetros, me acerco apartando con las manos el pasto y las ramas, cuando llego al pórtico de entrada, tengo que saltar dos escalones rotos, la madera cruje bajo mis pies. No es necesario que fuerce la entrada, la puerta apenas se sostenía, además, la última persona que había estado, no se había molestado en cerrar.

Esquivo algunas telarañas al entrar y me detengo en el recibidor viendo alrededor, las paredes estaban desteñidas y con manchas de humedad, el mobiliario estaba estragado y todo se encontraba desordenado, libros por el piso, papeles y objetos rotos. Avanzo unos pasos más y me agacho para observar los títulos, el agua que había entrado por las aberturas y el techo los había dejado inservibles, pero reconozco cuentos infantiles, algunos de matemáticas y lengua.

Visiones Secretas (Saga Mía #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora