Capítulo 16

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NATHAN

Camino fuera de la base seguido de Aiken, aún no terminaba de asimilar todo lo que había ocurrido, lo que había pasado con Felipe se sentía como revivir una antigua pesadilla, casi como cuando llamaron a mi puerta para decir que Erick estaba muerto. Todavía no acaba de creerlo, me negaba a hacerlo, tenía que ser uno de sus retorcidos juegos, niego con la cabeza, no podía ser verdad.

—¿Te encuentras bien? —la pregunta de Aiken me toma por sorpresa, me detengo para verlo y asentir, luego me meto en una de las camionetas en completo silencio, espero a que él entre y se ponga el cinturón para arrancar—. No lo parece.

—No es un buen momento para que decidas encender tu lado charlatán —digo haciendo una seña a los guardias para que abran el portón.

Se queda en silencio y pienso que va a hacerme caso, pero solo pasan unos segundos antes de que vuelva a hablar. —Sabes que encariñarte con las personas aquí es una estupidez ¿verdad?

Una sonrisa irónica se forma en mis labios, me lo decía algo tarde. —Es uno de mis defectos.

—También sabes que lo que Mía siente por ti te vuelve un blanco —hace una breve pausa—, y a tu madre.

Lo miro un segundo. —¿Eso es lo que te preocupa? ¿Intentas decirme que la deje? Porque pierdes tu tiempo, no va a pasar.

—¿Arriesgarías a Crystal por una mujer?

Su pregunta hace que mis puños se aprieten alrededor del volante y todo mi cuerpo se tense, su tono dejaba claro que creía que era un idiota, que Mía no valía la pena. —No es una mujer, es mi mujer —aclaro.

—¿Y tu mujer te elegiría por encima de todo? —pregunta, no me pierdo de la burla de su voz.

—No —respondo sin dudar, sabía que Hannah estaba antes que yo, no era algo que me molestara, lo entendía. Lo miro de nuevo, parecía sorprendido por mi respuesta—. Pero yo no espero ser lo mas importante para ella, ni mucho menos hacerla escoger entre las personas que ama. Amo a mi madre tanto como amo a Mía y un cobarde que no es capaz de dar la cara, no va a hacerme elegir. Antes de que lo digas, ya la dejé una vez, porque ella misma me lo pidió, pero ese bastardo atacó a mi madre y me hizo volver, así que no, no voy a irme ni a dejarla, y si quiere venir por mí, que lo haga, ese hijo de perra no me da miedo.

Mi respuesta lo deja sin palabras, así que me concentro en las calles y me pierdo en mis pensamientos tratando de entender que planeaba, si Hannah decía la verdad, lo cual creía que así era, lo de Felipe, los mensajes a Emma e incluso el que involucrara a Jake, solo eran distracciones para su verdadero plan. ¿Pero qué? ¿Qué es lo que estaba tramando? No tenía su mente retorcida, así que no podía hacerme una idea, solo sabía que todos estos golpes, pretendían en parte aislar a Mía, quien solía cerrarse cuando los sentimientos la sobrepasaban y él lo sabía, puesto que había sido el culpable de todas sus penas. Pero se equivocaba si creía que era capaz de apartarme de ella, yo no iba a dejarla sola.

—¿Puedo preguntarte algo?

Suelto un resoplido ante la pregunta. —Me caías mejor cuando te mantenías callado —comento—. ¿Qué quieres saber?

—¿Qué tiene que ver Hannah con Mía?

La pregunta me descoloca, lo observo viendo que lo preguntaba enserio, entrecierro los ojos. —¿Por qué quieres saber? ¿Qué sabes de Hannah?

—He escuchado un par de veces a Mía hablar de ella y no se refiere a H.H. como cuando habla de los otros miembros de la RAFF. Me sorprende que sea indulgente, no parece este tipo de persona, incluso si hablamos de una niña, aunque tampoco me sorprendería que H.H. la haya comprado, es una manipuladora increíble.

Visiones Secretas (Saga Mía #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora