DÍA 82
Cuando llegamos a la base a la hora del desayuno no hay miles de cuestionamientos sobre donde estábamos, Nathan me había dicho que le había avisado a Emma sobre su rapto, así que nadie se había preocupado.
Ahora, mientras termino mi café, observo a la rubia y a Felipe en silencio, estaban sentados uno al lado del otro, pero parecía que los separaba kilómetros, algo había sucedido entre ellos para que estuvieran tan tensos, pero yo seguía sin poder ver nada al respecto. Escudriño a mi amiga con más detenimiento, la conocía lo suficiente para saber que el modo en que había dejado su cabello suelto cubriendo parte de su rostro y como se mantenía en silencio, cuando siempre parecía tener algo que decir, solo significaba una cosa, había estado llorando y no quería que nadie se diera cuenta, es por esa razón que no levanta la mirada aun cuando sabe que la estoy observando. Miro de nuevo al novato, su cuerpo estaba tenso como una roca y respiraba lento como si no quisiera que Emma notara su presencia, tampoco había rastro de su típica sonrisa.
Emma no soporta tanta tensión y se pone de pie de golpe, deja la taza sobre el platillo y sin decir nada camina fuera del comedor, escucho a Felipe suspirar por lo bajo y lo veo, solo aparta un segundo la mirada de la mesa para verla irse ante de volver a centrarse en su desayuno, uno que no había devorado como solía.
—Que persona tan rara —comenta Jake, que se encontraba sentado al lado de Felipe, ganándose la atención de este cuando lo mira frunciendo el ceño.
—Emma no es rara —dice con los dientes apretados—. Solo...
Se calla y lo miro entrecerrado los ojos. —¿Solo qué? —pregunto.
Él niega y revuelve su café, que seguro ya se encontraba frío, me pongo de pie para seguir a la rubia, Nathan llama mi atención tirando de mi camiseta, lo miro levantando una ceja y él tiene esa mirada con la que me pedía le contara que estaba sucediendo, escondo una sonrisa mientras niego con la cabeza.
Salgo de la habitación y me dirijo a la oficina donde sabía se había escondido mi compañera, cuando entro ella está fingiendo ordenar unos papeles, me acerco y se los quito de la mano haciéndolos a un lado, me gano una mirada furiosa.
Levanto una ceja. —¿Qué es lo que está pasando? —pregunto sin rodeos.
—No sé de que me estás hablando —dice apartando la mirada.
Me siento a su lado y tomo sus manos, ella observa el gesto. —Emma te conozco y hace un tiempo recuerdo que me hiciste una escena por no contarte que sucedía entre Nathan y yo, así que ahora, yo no voy a decirte lo mucho que me duele que no me cuentes estas cosas, solo que soy tu amiga y qué, si necesitas hablar de cualquier cosa, estoy aquí para escucharte.
Sus ojos se humedecen y como si las hubiera estado conteniendo por mucho tiempo, un par de lágrimas caen por sus mejillas, se las limpia con una mano. —No lo entiendo —dice por lo bajo, aún no me mira—. Dijo que yo le gustaba, pero me ignora todo el tiempo y actúa como si me detestara cuando intento acercarme.
Suspiro negando con la cabeza. —Emma mírame —ella lo hace, no me gusta ver su rostro de este modo, con los ojos hinchados y la nariz roja, sus rasgos eran delicados como los de una muñera, era imposible mirarla y no sentir ternura, ella desbordaba dulzura—. Felipe está aquí por un motivo, no es como si se hubieran conocido en un parque de diversiones —comienzo, ella asiente—. Ese motivo es lo que no lo deja avanzar, no es un problema tuyo Emma, solo debes entender que no es fácil para él y aunque parece que siempre se está riendo y que todo le da igual, dentro suyo guarda mucho dolor. No vino aquí esperando conocerte y sentir algo, por eso no sabe qué hacer con ello.
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Visiones Secretas (Saga Mía #2)
AçãoLos rastros de un pasado que vivía en el olvido volvieron. La guerra se desató y aún quedan batallas por ganar. La promesa del para siempre pende de un hilo. Ninguno estaba preparado para lo que sucedería, y una vez los secretos fueran revelados, la...