Capítulo 15: Vacaciones.

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Desperté al sentir unos labios sobre los míos, para luego apartarse.

— Vamos, es hora de la cena, sospecharan si no vas...—me dijo antes de yo abrir mis ojos aun cansada—. Ve a tomar una ducha, para que se te quite el sueño, te esperaré aquí...—soltó antes de yo asentir y comenzar a levantarme de la cama aun soñolienta.

Caminé sin prestar mucha atención hasta el baño, para luego darme una ducha rápida, quitándome el sueño que tenía. Al terminar salí envuelta en una toalla, para buscar mi ropa, la cual esperaba que ya estuviera reparada. Y en efecto, al salir a la habitación la encontré tendida en la cama.

Sin perder tiempo tomé mi varita que estaba al lado de la ropa, y con un movimiento de mi varita me vestí rápidamente, lista para salir de aquí, por lo que me dirigí a la sala a ver si ahí estaba Severus.

— ¿Todo en orden? —me preguntó al encontrármelo al lado de su chimenea.

— Sí, supongo que esto es el adiós...—solté al recordarlo, haciéndolo sonreírme de lado.

— Solo serán unos días...—dijo caminando hacía a mí—. Por cierto, no iremos a mi despacho, volví cuando estabas durmiendo, y me encontré con McGonagall, le dije que estabas ayudándome con unas pociones en mi laboratorio...—explicó sin yo haber pensado en aquello, había sido peligroso salir de allí así, cualquiera pudo haber ido y tocado la puerta, y nadie le respondería.

— ¿Se lo creyó? —le pregunté nerviosa al llegar a estar frente a mí, y colocar su mano en mi rostro.

— Sí, no tiene por qué dudar— respondió como si nada—. El personal docente, cree que nos odiamos, de hecho había ido a que suspendiera tus castigos por este mes...— añadió antes de besarme castamente en los labios.

— ¿Aceptaste? —pregunté encima de sus labios.

— Sí, no estaré aquí, así no que no veo por qué no...—respondió antes de soltarme, y caminar hacia la puerta—. Volveré para al menos decirte adiós...—soltó antes de darme un último beso, haciéndome sonreír, y abrir la puerta.

— ¿Puedo escribirte? —pregunté antes de salir, y él solo sonreír para luego cerrar la puerta.

Con una sonrisa tonta en el rostro caminé hacía las escaleras, ya que no tenía esta porque esconderme, porque según sabía su laboratorio estaba al lado de su habitación, así que nadie que me viera caminar por aquí sospecharía algo...

Al llegar al comedor lo encontré completamente lleno, por lo que fui directo hacía mi hermano y su prometida.

— Creí que no cenarías...—dijo Draco molesto, mientras me sentaba entre ambos.

— Ignóralo, discutió con su padrino...—me dijo Astoria entre bocados mientras comía.

— ¿Cuándo? —pregunté sirviéndome algo de carne de cordero, y papas.

— Hace unos veinte minutos, regresó furioso...—respondió riendo, por lo que vi a mi hermano con curiosidad.

— ¿Para qué rayos lo buscaste? —le pregunté molesta—. Te dije que no te metieras en mi vida, ¿sí?

— Eres mi jodida hermana menor— soltó no muy alto, para no llamar la atención, aunque con el ruido que había en el comedor, dudaba que alguien siquiera nos prestara atención—. No me iba a quedar de brazos cruzados viendo cómo te usa hasta que se canse de ti—dijo sorprendiéndome, con ganas de lanzarle una maldición, pero me controlé para no buscarnos problemas.

— Draco, no debiste meterte— le dijo Astoria tranquilamente, haciéndolo refunfuñar.

— ¿Qué te dijo? —le pregunté aun molesta, pero sin dejar de comer, el muy idiota no arruinaría mi apetito.

El mejor amigo de papá |Severus Snape|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora