Capítulo 20: Un poco de independencia.

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Al final de la semana aun no habían encontrado pruebas para que me inculparan de las bromas, por lo que estaba libre de castigos, y con días de risa. Incluso seguí haciendo bromas el resto de la semana, volviendo un poco locos a los profesores.... Pero como todo llega a su final, ya no podría hacer más bromas, ya que se me había acabado todos mis suministros de bromas, no me quedaba absolutamente nada. Por lo que el resto de Marzo fue extremadamente aburrido.

Aun podría hacer una que otra broma, pero si lo hacía, se quedarían los hechizos impregnados en mi varita, y si el director la veía, podía deducir rápidamente que si era la culpable de todas esas bromas, lo cual terminaría conmigo expulsada. Cosa que no me convenía si quería terminar al fin el sexto curso, y entrar el próximo año a mi último curso...

Normalmente esto no me preocupaba, pero mis notas habían mejorado, además mientras más rápido salga de aquí, más rápido dejaré de ver a Severus de vez en cuando, y no tendré que seguir conteniéndome de vez en cuando, cada vez que quiero salir corriendo detrás de él, en un momento de debilidad.

El resto del semestre fue extremadamente aburrido, con todos los estudiantes nerviosos por los exámenes que se aproximaban, y con los profesores creyendo que este año sería el último en la vida, porque ponían más deberes que nunca. Incluso yo apenas tenía tiempo para terminar todo a tiempo, aunque con ocho materias, cosa que no cualquiera de séptimo y sexto llevaba, era de esperarse.

Sin acordarme de que aun se hacían, antes de llegar los exámenes, comenzaron las clases de desaparición, las cuales en contra mi voluntad, mi hermano y su novia casi me obligaron, tomé, terminando conmigo con una licencia para desaparecerme. Parece que desaparecerse sola no es tan incomodo como con alguien...

Casi sin darme cuenta los exámenes llegaron, y con ellos el fin de año, lo que significaba dos meses completos lejos de aquí, de Severus, y de todo al que no soportaba. Gracias a que ya podía aparecerme sola, puse todas las cosas en mi baúl, lo encogí, para luego ponerlo en mi bolsillo, y desaparecerme sin avisarle a mi hermano antes, ni esperar la última comida del colegio.

Caminé directo hacía mi habitación a empacar todo lo necesario para irme. Porque me iría, ya era mayor de edad, con una pequeña fortuna ahorrada, y ganas de vivir lejos de mis padres, aunque ellos no lo sabían aun. Por eso ni pasé a saludar...

Había alquilado por unos seis meses una pequeña casa a las afueras de Londres, por medio de cartas cuando aún estaba en Hogwarts. Tuve que pasarme un gran tiempo hablando con la propietaria, ya que creía que era muy joven para vivir en su casa, pero al final accedió, ya que después de todo era una Malfoy.

Al terminar de guardar todo en un par de baúles más, los encogí también, para luego guardarlos en mi túnica.

— ¿Aurora? —soltó mi madre en la entrada de mi habitación al verme algo sorprendida—. ¿No deberías estar en Hogwarts?

— Sí, pero me salté la última comida, no iba a perder más tiempo allí...—respondí tranquilamente.

— ¿Y tu hermano? —preguntó aun sin notar que me iba.

— Se quedó con su novia...—respondí encogiéndome de hombros—. Tampoco sabe que estoy aquí...

— ¿Aurora que sucede? —Preguntó de golpe, esta mujer me conocía demasiado bien—. Primero me llegan notificaciones de tus bromas, tus castigos, luego que cambias, y este semestre es igual, ¿Aurora acaso no quieres graduarte? —soltó haciéndome sentir alivio creyendo que era otra cosa lo que diría.

— Sí, y las notas que llegaran en unos días, te lo confirmaran— le respondí sin miedo—. Sabes cómo soy, mamá, las bromas y hacer un poco desorden es lo mío...

El mejor amigo de papá |Severus Snape|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora