El mejor amigo de papá |Severus Snape|

Capítulo 12: Castigos...

Advertencia de escenas fuertes.....

— Está furioso conmigo— soltó él antes de colocarse a mi lado y ambos comenzar a caminar—. Me ha dicho miles de veces que me aleje de ti...

— Deberías hacerle caso y dejarme en paz— solté sin darle importancia a sus palabras.

— ¿Realmente es lo que quieres? —preguntó sin mirarme haciéndome callar, claro que no lo quería lejos de mí, solo quería que sintiera algo por mí.

— No lo sé— respondí vagamente antes de darme cuenta que caminábamos hacía la torre del director—. Es mejor que me vaya a mi habitación...—solté desviándome del camino para ir hacía el castillo.

— Quiero hablar contigo—me pidió de golpe haciéndome detenerme—. Solo dame un momento a solas contigo...—añadió antes de yo suspirar y caminar hacía la torre.

— Bien, espero que valga la pena— solté antes de él reír y ambos ir en silencio hasta su despacho.

Sin perder tiempo al llegar a la torre para luego decir la contraseña y subir a su despacho. Lo primero que creí cuando entramos era que diría algo al llegar, pero en vez de eso tomó polvos Flu y me los colocó en la mano, para luego él echarlos a la chimenea, y decir "Habitación del director de Hogwarts", antes de desaparecer.

Tenía dos opciones o me largaba sin escapando de él, o lo enfrentaba y veía lo que tenía que decirme. Debía irme de allí, porque podía hacerlo sin él impedírmelo, pero tenía demasiada curiosidad de lo que me diría, por lo que increíblemente me decidí por lo segundo, por lo que entré a la chimenea antes de lanzar los polvos Flú y decir "Habitación del director de Hogwarts", para luego aparecer en su habitación, con él esperándome sentado en el sofá con un vaso medio lleno de algo.

— Creí que no vendrías— soltó levándose del sofá, dejando el vaso en él para luego caminar hacia mí.

— Tengo curiosidad de para que me trajiste...—dije cruzándome de brazos antes de él hacérmelos bajar, y colocar sus manos en mi cintura—. Sev dijiste que íbamos a hablar...

— Lo sé— soltó antes de unir de repente sus labios con los míos, haciéndome olvidarme de todo y llevar mis manos a su nuca para profundizar el beso, donde se me había el autocontrol cuando más lo necesito—. Hablaremos después...—dijo entre besos antes de quitarme la túnica, y la bufanda de mi cuello. Por lo que quité mis manos de su nuca y las puse en su pecho para terminar el beso.

— No— le dije sin despegar mis manos de él, sintiendo aquel pecho duro en ellas—. Debo irme de aquí...—solté dejando caer mis manos antes de él sostenerlas, y volver a besarme, pero esta vez duro y sin detenimiento, haciéndome temblar del miedo y placer.

— Déjate llevar de nuevo...—dijo encima de mis labios para luego llevar sus labios a mi cuello y besarlo, haciéndome gemir al sentir su tacto—. Considéralo tu regalo de cumpleaños...—soltó antes de soltar mis manos dejándome con la guardia baja para luego quitar mi corbata, y comenzar a desabotonarme la camisa.

— Yo no...—intenté decir antes de sentir acunar uno de mis pechos con su mano, haciéndome temblar antes su tacto, y llevando una ola de excitación a mi entrepierna.

— No es necesario que digas nada, tu cuerpo ya lo hace por ti...—me dijo con burla en su voz, mientras terminaba de quitarme la camisa, y comenzaba a bajar mi falda, dejándome en ropa interior, para luego darnos la vuelta y sentarme en el sofá con cuidado.