El mejor amigo de papá |Severus Snape|

Capítulo 6: Los gemelos Weasley...

Con una sonrisa en el rostro me había ido a dormir, con una sola meta en mi cabeza, conquistar a Sev, por las buenas o por las malas.... Por lo que primero tenía que hablar con él, sino funcionaba solo habría perdido solo un día de tres meses completos...

Al día siguiente me levanté un poco más temprano de lo habitual, ya que no pude dormir mucho pensando en lo que pasaría cuando lo viera. Incluso al llegar al comedor para desayunar no había casi nadie, solo algunos alumnos de sexto y séptimo, y los profesores en su mesa, incluyendo a mi director, al cual no pude evitar sonreírle al verlo, aunque este me ignoró.

Las horas siguientes fui a mis respectivas clases, solo que esta vez había sido más tranquila que nunca, incluso le hice ganar treinta puntos a mi casa por responder las preguntas de los profesores, y por haber hecho la mejor poción en la clase de pociones, incluso Slughorn me dijo que si quería ser tutora para alumnos más pequeños que yo, los cuales tenían problemas con la materia, a lo que le dije que lo pensaría.

Mientras más cosas buenas hacía, mejor me vería para Severus, a ver si por ahí mismo me levanta un poco el castigo, no es que me quejara de verlo todas las tardes, pero el tiempo que me sobraba apenas me daba para hacer mis deberes.... Al terminar el día, tomé mis cosas y fui sonriendo directo a su despacho.

— Buenas tardes director— le dije cortésmente mientras leía un libro haciendo que lo bajara y me viera incrédulamente.

— ¿Qué ocurre? —preguntó de golpe haciéndome reír—. He sabido de su día de hoy, los profesores están encantados con tu cambio de comportamiento, y ahora eres cortés y saludas.... Aurora, ¿qué quieres?

— Hablar— respondí sentándome al frente de él, mirándolo detenidamente—. Draco me contó todo, sabe que estoy...

— ¿Enamorada de mí? —Preguntó en forma de burla, para luego negar—. Eres una chiquilla, solo crees que lo estás...—así que por ese lado es que se irá.

— ¿En serio?, ¿no tiene un mejor argumento? —pregunté sin inmutarme—. Soy casi una adulta, creo saber cuándo lo estoy o no...

— ¿Cómo lo supo cuando tenía doce? —preguntó sorprendiéndome—. Apenas aprendiste oclumancia hace casi dos años...—soltó borrando mi sonrisa, sin yo saber cómo supo que hace dos años aprendí a cerrar mi mente—. No lo sé desde hace meses, lo sé desde hace años...— agregó dejándome más pálida que ayer de la sorpresa y la vergüenza.

— ¿Y aun así...? —intenté decir pero él me interrumpió.

— Eres una niña— solo dijo haciéndome verlo incrédulamente.

— Oh vamos, tengo casi diecisiete, ¿Qué dirá cuando lo cumpla? —pregunté a la defensiva.

— Que aun eres muy joven...— respondió sin darle claramente interés a la conversación—. Aun si no lo fuera, eres la hija de mi mejor amigo...—añadió teniendo algo de razón en eso, mi padre le daría un ataque si me tocaba un solo pelo.

— ¿Así que es todo lo que dirá? —Pregunté cruzándome de brazos—. Porque todo lo que he escuchado son excusas, y en ninguna de sus palabras he escuchado que no le gusto siquiera— solté poniendo mi manos en su escritorio.

— ¿Por qué habría de gustarme? —preguntó desafiándome logrando hacerme sonreír con arrogancia.

— Tengo la belleza e inteligencias de las Black...—respondí con sumo ego.

— Y la arrogancia de un Malfoy— añadió riendo haciéndome reír—. Eres una linda chica, pero no significa nada para mí...—soltó poniéndose serio.