El mejor amigo de papá |Severus Snape|

Capítulo 1: Mi primer día en Hogwarts.

Unos meses atrás...

Voldemort había caído, muchos habían muertos, mortífagos, magos y muggles inocentes, pero no fueron en vanas. La paz que vivió después de la guerra, lo valió. La mayoría de los mortífagos fueron capturados, y los que seguían sueltos, estaban siendo cazados por los aurores del ministerio de magia.

Algunos de los mortífagos fueron perdonados, tal fue el caso de Severus Snape, el cual fue defendido por Harry Potter, al él darle sus memorias acerca de su contribución en la guerra, por lo que fue incluso declarado junto con trío dorado un héroe de guerra. Otros que fueron absueltos, fueron los Malfoy, gracias a que Narcissa Malfoy, le dijo durante la guerra que Potter estaba muerto. Por lo que cuando la familia Malfoy estuvo a salvo, no dudaron en pensar en volver a reunir la familia completa...

Aurora Malfoy, era la única hija de los Malfoy, y había regresado luego de dos años sin verlos a su hogar...

Aurora Pov's

Voldy había caído, y al fin podía regresar a mi casa. No había tardado en arreglar todas mis cosas en Beauxbatons, para volver a mi casa, y esta vez para siempre. Al terminar, decidí usar la red Flú, para aparecer en mi mansión. No pasó ni un minuto de haber llegado, y ya estaba en los brazos de mi madre abrazándome como si yo hubiera sido la había ido a la guerra.

— Mi pequeña...—me dijo ella llorando por lo que no pude evitar rodar los ojos.

— Mamá, estoy bien— le dije intentando calmarla—. He estado bien todo este tiempo—solté al ella al fin terminar el abrazo.

— Mírate, estas hermosa—soltó aun llorando—. Ha pasado mucho tiempo...

— el tiempo pasa, ¿no? —solté sarcásticamente.

— Señorita ese no es forma de hablarle a su madre— me reprendió mi padre.

— Lo siento padre, es que estoy algo cansada, ¿sí? —le dije haciendo mi cara de niña buena, antes de ir a abrazarlos—. Realmente los extrañé...

— Yo también te extrañé pequeña— me dijo cayendo en mis encantos, no había persona que me dijera que no...—. Puedes ir a tu habitación a descansar, hablaremos más tarde...— soltó sonriéndome antes de yo asentir, e irme con mis cosas aun encogidas en mi bolsillo directo a las escaleras para luego entrar a mi habitación.

Por un instante creí que estaría igual que la última vez que estuve aquí, tenía catorce, y era toda rosa, pero al entrar mis temores se fueron. Era parecida a la de mis padres, que era completamente blanca, solo que esta tenía tonos magenta, lo cual le daba un toque femenino, y adulto.... Sin perder tiempo, saqué mis maletas, y las volví a su tamaño normal antes de comenzar a poner mis cosas en su lugar.

— La princesita regresó...—soltó una voz molesta desde el marco de la puerta, por lo que giré a ver a mi molesto hermano.

— Y para tu mala suerte, se queda— le dije sonriendo para luego seguir organizando mis cosas—. Y seguro hasta voy contigo a Hogwarts...

— Mejor dicho en Beauxbatons ya no te quieren—soltó riendo mientras escuchaba como entraba y cerraba la puerta a su vez.

— No sé de lo que me hablas— dije riendo antes de negar.

— Oh vamos, he leído carta que le enviaban a papá—soltó haciéndome reír—. Si no fuera por "las donaciones de papá", no hubieras durado ni un año allí...—agregó sentándose en mi cama, sin sorprenderme, él era uno de los pocos que realmente me conocía, o más bien el único.

— ¿Qué quieres Draco? —solté al terminar de guardar todo.

— Saber si de verdad irás a Hogwarts...—respondió sonriendo con malicia.