Deseo

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Y es que yamaguchi tadashi, jamás habría imaginado que se estaría tocando con la imagen de su mejor amigo, hace ya varios años que había descubierto sentimientos amorosos hacia tsukishima kei, pero lo que pasó esa misma noche cuando caminaban juntos a casa luego de un riguroso día de entreno, en el que tsukishima por accidente tropezara y cayera justo encima de él con la parte inferior de sus labios estampados en los suyos, fue la gota que derramó la copa y ese pequeño acto fue el responsable de que el pecoso se tocará con tan poca ética con sólo la imagen de el rubio, le parecía tan inmoral, tan inmoral e hipócrita por mirarle a la cara y tocar sus hombros con las mismas manos con las que sacio su sed de él.

Se había vuelto costumbre en el más bajo "autocomplacerce" en las noches luego de ver la cara sin expresión de el de lentes decirle un simple y fugaz adiós, porque su actitud, su frialdad era lo que más le excitaba y lo que más le dolía, era un completo masoquista, pero ¿quién no se derretiría al ver al megane dedicarle una mirada que se puede interpretar como un "nos vemos luego" ?, absolutamente medio mundo, y los que no, están desquiciados, mal de la cabeza, locos como tadashi, tan locos como él, que se encontraba justo en los vestieres del gimnasio ocupándose de sus "asuntos" y con esta palabra se sabe muy bien a que me refiero, sólo ver sonreír a tsukishima le provocó esas sensaciones extraordinarias y un cosquilleo en su parte baja, se había dirigido al baño para calmarse pero la tentación fue más fuerte que la poca prudencia que le quedaba, perdiéndose en el placer se apoyaba levemente en su taquilla, respiró entrecortadamente y es que pensar en su sonrisa, su cuerpo, su voz y en su compañero tsukishima kei le proporcionaba ese deseo, esas ganas de tenerlo dentro de el, se había vuelto un corrompido, un pervertido, todo por su mejor amigo, por ser malditamente irresistible, entrecerró los ojos y sintió que en pocos segundos llegaría al clímax, a no ser porque el vice capitán de karasuno cruzó el marco de la puerta le dedicó una mirada perpleja y de confusión, lo único que pudo hacer el menor fue cubrirse y terminar de vestirse, sugawara le esperó en una banca un tanto silencioso, organizando las palabras correctas para hablar sobre ello.

-No se deben hacer este tipo de cosas aquí yamaguchi -replicó con desaprobación el ya considerado "la madre de karasuno" y es que el apodo le quedaba perfecto, el pecoso sintió vergüenza, como sus mejillas ardían y no pudo hacer más que taparse el rostro con sus manos-.

-L-lo sé Sugawara-sempai, le pido una disculpa, más por encontrarme en ese desagradable estado -contestó el de cabello marrón aun apenado por lo que acababa de suceder.

-Es normal que hagas este tipo de cosas a esta edad, t-tocarse no está mal, pero debes cuidar del sitio en el que lo haces, alguien podría molestarte si te encontraran aquí en esta situación -dijo el peli plateado con la mirada comprensiva revolviendo afectuosamente los cabellos de Yamaguchi, y por aquello era considerado la mama cuervo.

-g-gracias sugawara-sempai -susurró desganadamente y todo se consumió en silencio.

-Es por tsukishima ¿verdad?, tal vez fue por... ¿esa sonrisa de hace un rato? -cuestionó el amable chico de ojos marrones, se sonrojo hasta la médula y encogiéndose asintió débilmente, todo lo predijo, todo lo adivinaba, sugawara koushi, dio en el clavo.

-S-si... es frustrante sabe, y-yo últimamente... bueno, no sé cómo parar, me siento acorralado, acorralado por tsukii -contestó el chico confundido y débil.

-Entiendo a qué te refieres, no te des por vencido, porque si no lo intentas te vas a arrepentir, ve y enamóralo, confió en ti tadashi -la luz volvía a su día y no había nada mejor que unas palabras de consuelo por quien consideraba su "cuidador y protector" del equipo, el más bajo seco una lagrima que se asomaba cerca de su ojo y sonrió amablemente, siendo reconfortado así por el simpático chico de tercer año.

Detrás de la puerta se encontraba un conmocionado daichi, quien sonreía con ternura por ver a su pareja dar ánimos a el pequeño cuervo de primer año, y es que eso es lo que amaba de su novio, de suga, su compañerismo y manera de ayudar a los demás, y ahora le tocaba a él su papel de "papa cuervo", porque para él hablar con tsukishima no era fácil y es que tenía que darle a entender a su pequeño cuervo introvertido que estaba enamorado de Yamaguchi porque se notaba en la mirada y porque cualquiera que los viera podría interpretar su relación como algo coloquial, pero no, la relación de Yamaguchi tadashi y tsukishima kei, estaba destinada al ámbito amoroso, y solo los papas cuervo podía darles el primer empujoncito para subir la escala del amor, para que ellos solos pudieran llegar al precipicio de un futuro juntos.

-Tsukishima, podemos hablar -el padre de karasuno miró decidido al chico de cabellos rubios el cual le dedicó una mirada de intriga, y no, kei no se imaginaba que el único crimen que había cometido era ocultar sus sentimientos hacia el pequeño cuervo pecoso de karasuno, y él no quería verle sufrir, a él le cautivaban las numerosas manchitas en la cara de su amigo, podría dibujar constelaciones en ellas, pero no tenía el coraje para mostrar sus emociones al igual que el moreno, el capitán llevó al megane lejos de la cancha, bajo un árbol, fuera del alcance del alborotado tanaka, el cual podría hacer un escándalo por el simple hecho de que tsukishima estaba entablando una conversación con alguien que no fuera tadashi.

-¿Que sucede daichi-san? -el de lentes preguntó curioso ante el desprevenido llamado de el azabache y es que este no solía frecuentarlo todos los días y menos en estas circunstancias, fuera de los demás.

-Quiero hablar de tus sentimientos -El gesto de molestia en el rostro del rubio no lo pasó desapercibido sawamura, el más alto se negaría rotundamente a hablar de "amor" con quien apenas consideraba su compañero y líder de equipo.

-¿mis sentimientos? -Volvió a cuestionar con desdén el menor.

-Sí, tus sentimientos hacia Yamaguchi tadashi -el silencio no se hizo de más, ambos mantenían la mirada firme en el otro.

-N-no tengo sentimientos hacia el ¿qué le hace pensar eso? -la intolerancia se apodero de el cuerpo de tsukishima, y no contestaría con la verdad, él amaba a tadashi pero eso era su problema.

-Porque eres demasiado evidente -Dijo con sorna y burla, sonrió de lado y tsukishima tomó un color carmesí en sus mejillas, ya no había vuelta atrás, el megane hablaría, diría todo lo que ha estado callando, y es que el también reboso la copa, los sentimientos hacia tadashi le hacían sentirse como nunca lo había hecho, y lo más importante el supuesto accidente en la noche, en el que el "sin culpa" tropezó sobre tadashi, robándole así su primer beso, pero todo era intencional, cuanto no daría por volver a rozar esas hermosas y pequeñas almohadas rosadas que se hacían llamar labios, porque tsukishima kei estaba seguro de que amaba a Yamaguchi tadashi, tanto como amaba las estrellas.

-Tiene razón, yo amo a tadashi, y es asquerosamente hermoso este sentimiento –dictaminó el rubio con orgullo, como si hubiera esperado este momento toda la vida, acomodo sus lentes y miró directamente a su superior- Y si yo no lo tengo nadie más lo tendrá –terminó de decir y desvió su mirada lejos, perdiéndola en el horizonte, pronto saldrían las estrellas, ya estaba anocheciendo, pero su estrella favorita era aquella que se encontraba hablando con el vice capitán de karasuno, aquella que tenia mil pecas en su suave rostro.

-Si tanto lo deseas, lucha por el, no te quedes ahí parado –finalizó daichi y se encaminó dentro del gimnasio para dar fin a las practicas.

Pero tsukishima kei sabía muy bien que si entregaba mucho tal vez recibiría poco, porque él pensaba que Yamaguchi tadashi no le amaba con la magnitud que él lo hacía, y ese fue uno de los mayores errores que cometió el megane.


Tú eres mi estrella. (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora