Amándonos (Final)

754 73 34
                                    


-Tsukii –canturreó feliz el pecoso colgándose de la camisa del megane.

-¿Si? -contestó desinteresadamente mientras sujetaba tímidamente la mano de su acompañante.

-B-bueno... ¿q-qué haremos? ¿Nos quedaremos o regresaremos?

-Tengo que volver... mi familia y los estudios y tú vendrás conmigo.

-Y-yo aún no puedo, el dinero que tengo no cubre esos gastos y tengo que dejarles una parte a Kuroo-san y kenma-san –jugueteó nervioso con sus dedos el azabache.

-No tadashi –se acerco a él haciendo más presión en el agarre de sus manos-. Yo pago todo y le daré a Kuroo y Kenma el dinero correspondiente, ahorra tu salario y tus ahorros para otras cosas y por tu hogar no te preocupes mi madre está enterada de lo que sucedió y estarás en mi casa... todos ahí aceptan nuestra relación –sonrió con confianza agachándose un poco para depositar un dulce beso en la mejilla del más bajo.

-Y-yo no sé... tengo miedo –titubeó el pecoso, sintiendo ese vacío que ocasionaba en su pecho el nombramiento de su antigua vida, donde perdió a dos de los seres más importantes para él.

-Ya no temas Yamaguchi, yo estoy aquí, te prometí ser tu soporte, juré estar contigo bajo cualquier circunstancia, déjame, déjame ayudarte a reconstruir tu camino, te amo demasiado como para dejarte ir tan fácil.

-L-lo siento –se tiró encima del rubio casi lanzándolo a los suelos y se dieron un tierno abrazo bajo el frio de la madrugada, ya que habían salido a las calles a hablar más tranquilamente.

Se dirigieron a casa de los chicos del Nekoma cogidos de las manos como la pareja que eran, amándose en silencio.

-¿S-se van? –Interrogó Kuroo un poco nostálgico por la repentina noticia de los cuervos.

-si –respondió secamente tsukishima.

-L-lo lamento, estoy muy agradecido con su ayuda ustedes han sido personas realmente buenas conmigo, les pagaré por todo ello lo juro, en serio, mañana que me vaya dejaré algo para ustedes.

-lo que hicimos por ti no tiene costo alguno, tómalo como una obra de caridad, no valdría nada si nos pagases por eso –dijo firmemente kenma mirando de soslayo a el rubio-. Y tu cuida bien de Yamaguchi-san.

-lo haré, gracias por todo.

-¡Te extrañaré tantooo! –pataleteó Kuroo casi al borde el llanto haciendo un espectáculo.

-Y-yo también, mil gracias –dictaminó alegremente el pecoso sintiéndose estimado por mas personas.

-¿Vendrás de visita verdad? –cuestionó con un mohín algo infantil el gato mayor recibiendo un asentimiento energético por parte de nuestro cuervo azabache.

Las horas transcurrieron con normalidad y el tiempo no ayudó demasiado puesto que ambos chicos del karasuno solo pudieron reponer su sueño por tres horas ya que partirían esa misma tarde a su hogar. En el viaje en bus solo compartieron un par de palabras, conversaron de cosas triviales por algunos minutos y hablaron acerca de sus planes para el futuro.

-Sí, de hecho todos aun siguen muy afectados por tu partida, esperan que vuelvas pronto –musitó tsukishima mientras guardaba los audífonos para escuchar mejor al más bajo.

-Wow, no me lo esperaba, pero... pronto estaré ahí, debo aceptar que me duele mucho volver a ese lugar, extraño mucho a mis padres, extraño los momentos de antaño, sin embargo... siento que puedo transcender a tu lado, ser alguien mejor, tener un mejor futuro, yo te amo –sus ojos se iluminaron dilatando un poco su pupila, a punto ya de sollozar un fino dedo removió esas lágrimas.

Tú eres mi estrella. (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora