La coraza libera la verdad

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Días, torturadores días, el tiempo era destructor. Para tsukishima nada tenía sentido ahora que el pecoso le había denigrado de tal forma, que abrumador pensó para sí mismo, la falta de sueño marcaba en sus ojos notables ojeras, su mente volvía a estar en blanco, había ido al doctor muy consecutivamente, el ya se encontraba mejor y sus padres eran conscientes de que él había recuperado considerablemente su memoria, nada grave, poco a poco los momentos los cual había olvidado volvían a su mente, claramente no todos, puesto que perdió valiosas memorias, el único que no estaba al tanto de esa situación era tadashi, se negaba a decirle que lo recordaba absolutamente todo, ya que así el podía ignorar la confesión y kei se ahorraría la molestia de ser rechazado personalmente por el moreno.

Había faltado a la escuela por cuatro días consecutivos y al ser este el quinto día de la semana se dio el lujo de tomárselo libre, lo que menos quería en estos instantes era ver la cara de Yamaguchi luego de que le echase de su casa de forma tan vergonzosa, pero era indiscutible a sus fuerzas, le había encantado ese beso, necesitaba saciar su sed de mas, sin embargo en este momento el más bajo no quería saber nada de él.

-Debe pensar que es un simple juego ... -susurro para sí mismo, se dirigió a la cocina y lleno un vaso con leche mezclándolo luego con el chocolate en polvo. Odiaba tener que pensar tanto, el timbre de la casa sonó y el se sorprendió por la hora, 8:40, no era posible que fuese alguno de sus compañeros, puesto que a las 7:00 ya debían estar en la preparatoria. Camino con desgano y abrió la puerta, sus ojos se abrieron levemente por la perplejidad y luego relajo su expresión dejando entrar al individuo que esperaba con ansias una explicación.

-Gracias por dejarme entrar tsukishima –comento sonriendo de soslayo el joven mientras se acomodaba en un sillón.

-No se preocupe sugawara-san, perdone ser tan grosero pero ... ¿Se le ofrece algo? –el armador de cabellos grises le miro por un momento y se atino a asentir débilmente.

-Bueno ... en cierto que es extraño tenerme por aquí sin antes avisar, perdón por ser tan importuno pero yo venía expresamente a preguntarte el porqué no habías venido a estudiar esta semana –el rubio no tenia respuesta a ello, no podía simplemente decirle "es que Yamaguchi me odia porque le bese y le toque muy íntimamente, entonces estoy deprimido porque le amo y además me tortura todo esto ya que le estoy mintiendo a la persona más importante para mi" en palabras resumidas eso era lo que sentía pero solo le miro con una ceja alzada y contesto como era propio ya de él.

-No es nada –desvió la mirada desinteresándose del tema, aunque estaba claro que Koushi no abandonaría tan rápido todo aquello le intrigaba de manera asombrosa y no se movería de esa casa hasta que el megane lo escupiera todo.

-No puedes mentirme a mí, yo ya me he dado cuenta de muchas cosas, tu ... ya recuperaste tus recuerdos, bueno parte de ellos, no me preguntes como lo averigüe, eso me incumbe solo a mí, siento ser tan poco delicado, pero eres uno de los integrantes del equipo por lo tanto eres mi compañero y eso te hace mi amigo y ser mi amigo te hace mi familia, me preocupo por ti al igual que los demás, solo que yo si tuve el valor para venir a verte personalmente, necesito muchas explicaciones, y tu más que nadie sabes que puedes confiar en mí –kei estaba nervioso había escuchado todo lo que mama cuervo tenía que decir, pero el silencio se apodero de la sala, estaba harto de ocultarlo todo, por más fuerte que pareciese, la coraza estaba a punto de romperse, mucho peso solo para un simple adolescente.

-Yo ... tiene razón, recupere mis recuerdos ... y y-yo ... t-tengo que mentir, p-porque se que Yamaguchi me r-rechazara –su voz se quebró y varias lagrimas corrieron por sus mejillas, el joven de tercer año le rodeo con sus brazos permitiéndole llorar en su hombro, solo al cabo de minutos el de anteojos de separo con la mirada clavada en el suelo y los ojos hinchados.

Tú eres mi estrella. (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora