Capítulo 10: I'll get you

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Prudence

El mejor recuerdo que tengo de mi niñez es este: Una noche mi padre me leyó un cuento, yo le pregunté si alguna vez podría conocer algún lugar como el que el cuento describía, el me contesto que todo era posible si yo lo pensaba y me motivo para que escribiera.

Cuando mi madre descubrió sobre la infidelidad de mi padre, nunca nos lo dijo, me di cuenta por mí misma que algo andaba mal. Casi nunca se hablaban y cuando lo hacían había una gran pelea, había gritos y llanto, para evadir eso me ponía a escribir sobre las cosas que me gustaría que sucedieran y como.me gustaría que fuera mi familia y entonces podía ser un poco más feliz.

*****

Evan

Recuerdo cuando compré mi primera guitarra. Tenía trece, estuve ahorrando por meses y meses, en cuanto tuve el dinero fui a comprarla. Llame a Ian y a Nathan para mostrarles, el hermano de Ian nos enseñó a tocar y los cuatro comenzamos una "banda". Al principio sonábamos fatal, pero con algo de práctica mejoramos. Unos meses después comencé a escribir mis propias canciones y a tocarlas con ellos.

Mi padre dijo un día que eso no tenía futuro, que descuidaría la escuela, he tenido buenas calificaciones desde siempre y mi padre temía que con la música eso cambiara, a pesar de que le demostré que mi promedio no había bajado, el nunca aprobó que fuera músico, pero yo no iba renunciar, porque sabía lo que quería.

*****

Prudence y yo nos encontrábamos siempre en el parque cerca de la escuela al que ella me trajo aquella vez que nos saltamos las clases, era tranquilo y se sentía como un espacio reservado para nosotros.

—He comenzado a escribir un poema.—Anunció Prudence.

Desde aquel trabajo en equipo habíamos decidido mostrarnos cualquier cosa que escribíamos.

—Es bastante... crudo.— Dije cuando termine de leerlo.

Inconscientemente me había imaginado que era un poema romántico para mí, en cambio era un poema sobre todas las cosas que estaban mal en la vida de Prudence. Ahora me avergonzaba de mostrarle la canción que le había escrito.

— Yo escribí una canción.

Prudence la leyó y dijo entre risas:

— ¡Sí que eres cursi! ¿La escribiste para alguien?

— No, en realidad solo escribí por escribir, no es gran cosa.

—¡No me digas! Eres de esos que creen en el amor.— Preguntó

—Bueno eso creo.— Con todo lo que le había dicho no debería haberle sorprendido

Ella rió más fuerte.

— ¿Eres de esos que piensan en casarse y todo eso?— Yo asenti. —¿Tienes una idea de cuantos matrimonios terminan en divorcio?

— También hay matrimonios con éxito, que aun están juntos.

—" Y vivieron felices para siempre".—dijo con sarcasmo— ¿Sabes? Los finales felices solo existen en los cuentos de hadas.

— ¿Es que acaso nunca te has enamorado? En serio.

— No y nunca lo haré. No creo en el amor ¿Recuerdas?

— Quizá algún día encuentres a alguien que te haga cambiar de idea.

—¿Cómo quién? ¿Alguno de esos imbéciles que siempre tratan de conquistarme? No, gracias.

— No, no ellos.—Alguien como yo, quise decir.— Pero alguien te hará cambiar de opinión, lo sé.

— Espero que eso nunca suceda.

— Te sucederá, a todos les pasa alguna vez.

— No a mí. Nunca me he enamorado ni lo hare.

— Me dijiste que tuviste novios antes de mudarte ¿Acaso no te enamoraste de alguno de ellos?

—No realmente.

Cada vez que Prudence decía que no creía en el amor, más crecían mis sentimientos por ella. No tenía idea de cómo lo haría, pero la iba a conquistar.

— Bueno es cuestión de tiempo antes de que te enamores de alguien. Todo tarde o temprano encuentran el amor.

— ¿Tu ya lo encontraste?

—Bueno... yo...—baje la mirada sintiendo que me sonrojaba.— La verdad es que hay una chica ¿sabes? Desde el primer día que la vi ¡ Wow! Fue como amor a primera vista.

— ¡Oh, Evan! Estas jodido.

— ¿Por qué lo dices?

— El amor es solo una ilusión, un engaño y terminara hiriéndote. En algún momento despertaras del sueño y te darás cuenta de que mis palabras son ciertas.

— Eso no pasara, Prudence. Tengo el presentimiento de que esto está destinado a ser.

— La vida no es un cuento de hadas, recuérdalo.

Pienso en ti día y noche, te necesito y es verdad. Cuando pienso en ti puedo decir que nunca estoy triste.
Así que te digo, amiga mía, que te tendré al final.
Llegará un momento, en que te haré cambiar de parecer y te rendirás ante mí.
The Beatles-I'll Get You

Dear PrudenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora