Capítulo 13: A Taste of Honey

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Prudence

Hace tres meses, cuando llegamos aquí, mi madre decía que todo sería mejor; un nuevo comienzo, repetía constantemente, jamás imagine que eso incluyera que mi madre comenzara una nueva relación. Hace un mes mi madre no dejaba de hablar del doctor Greene:" El doctor Greene se ofreció a traerme a casa" " El doctor Greene me presto dinero para pagar el alquiler" "El doctor Greene es tan amable. Hace un par de semanas comenzó a llamarlo Gerard, eso debió haberme dado una pista.
—Prudence, Gerard y yo saldremos a cenar esta noche.— Avisó mi madre.
—Como gustes.—  Dije distraida, tratando de no dar más importancia al asunto.
No paso mucho tiempo antes de que llegara el " Dr. Corazón". Mi madre abrió la puerta, lucía un vestido rojo y llevaba el cabello rizado, demasiado elegante.
Mi hermana y yo estábamos en la sala, pudimos ver como mi madre lo saludo con un beso. Julie y yo nos volteamos a ver y pusimos los ojos en blanco.
—Niñas quiero que conozcan al doctor Gerard Greene. Gerard ellas son mis hijas Prudence y Julia.
— Encantado de conocerlas. Su madre habla maravillas de ustedes.—Como si eso fuera cierto.—¿Nos vamos?
—Claro. Prudence, vigila que tu hermana haga su tarea.— Dijo antes de salir 
—lo que tú digas.— Mi voz sonaba bastante aburrida.
Pasaron unas cuantas horas Julie y yo estuvimos mirando la televisión hasta tarde, después decidí ir a mi cuarto, encendí mi lap top y revise mi correo y me alegre de encontrar uno de mi padre, después de todo no se había olvidado de mí. Cuando leí el contenido me lleve una decepción, me decía que Amanda, su novia estaba embarazada, que esperaba que me alegrara por ellos y el nuevo integrante de la familia, de su familia, el correo estaba firmado por Henry y Amanda. ¿En dónde quedaba yo? ¿Cuál era mi familia? Ya no tengo familia. Mi madre estaba fuera con Gerard, mi padre tendría un hijo, todos estaban bien sin mí. Esto no debía sorprenderme, sólo era la confirmación de lo que ya sabía, no pertenecía a ningún lado y era hora de buscar el lugar al que si pertenecía.

*****

Evan

— Vamos, Evan ¿Cuándo piensas decirle a Prudence que te gusta? Ya son cuatro meses y tú no has hecho nada al respecto.— Dijo Nathan
Durante el último mes estuve llevando a Martha a pasear al parque en el que Prudence y yo habíamos estado. Prudence siempre estaba sentada en alguna banca y yo solo la saludaba desde lejos, diciéndome a mí mismo que alguno de estos días le diría lo que sentía, pero ¿Si ella no sentía lo mismo? Quizá lo mejor era solo olvidarme de conquistarla, solo que me era imposible dejar de pensar en ella.
—Nunca se atreverá a decírselo, Nathan, no te molestes.—agrego Ian.
— ¡Claro que lo haré! Es más se lo diré hoy mismo.— Dije, tratando de llenarme de valor.
— Claro que no, te conozco y sé que no lo harás.— Dijo Ian con una mirada burlona, mientras metía un bocado en su boca.
 —Lo haré ¿de acuerdo?— Les dediqué una mirada de odio a ambos.
Me levante de la mesa y salí de la cafetería. Entre al salón esperando verla, pero Prudence no apareció en toda la mañana, no fue a clases y por la tarde tampoco había sabido de ella. No recibí ningún mensaje suyo, quizá ella también había decidido alejarse.
Era noche, estaba en la sala viendo la televisión con Thomas, cuando el teléfono sonó. Mi madre contesto y hablo por unos minutos:
—Tranquilízate, Elizabeth. Seguro que está bien. Si yo le preguntare a Evan si la ha visto. Regresara, no debe estar muy lejos.— en cuanto cortó nos djo:— Era Elizabeth, la madre de Prudence, salió a la escuela desde la mañana y no ha regresado a su casa, Elizabeth quiere saber si tú la has visto.
—No la vi en todo el día.— En ese momento no me preocupe, conocía a Prudence y sabía que ella hacía ese tipo de cosas siempre, quería pensar que todo estaba bien.
—Seguro que ahora ha escapado, te lo dije, esa niña es solo problemas.— Dijo mi madre con una mirada de desaprobación.
Seguí viendo distraídamente la televisión. Quizá no había nada de qué preocuparse, este tipo de cosas eran comunes en Prudence. A menos que realmente hubiera huido.
De pronto creí estar seguro de dónde encontrarla así que salí corriendo.
—¿A dónde crees que vas, Evan?— Mi madre grito
—Lo siento mamá, tengo que salir.— Cerré la puerta tras de mí, estaba decidido a evitar que Prudence se fuera.
Fui al parque donde Prudence me llevo el día que nos saltamos las clases, donde la veía casi todos los días, el lugar que de algún modo era nuestro. La encontré sentada en una banca escribiendo en su cuaderno, había una maleta a su lado.
—Prudence.— Ella se volvió hacia mí y pude ver sus ojos llorosos.—¿Qué ha sucedido?
—Evan ¿Qué haces aquí?—dijo con la voz cortada
— Vine a buscarte. ¿Quieres decirme que haces tú aquí?— Dije señalando el parque, era noche y el lugar estaba oscuro y solo.
—Evan, debo buscar el lugar al que pertenezco.— Parecía apunto de llorar de nuevo, pero no lo hizo.
— Tú perteneces aquí, no tienes que ir a ningún otro lugar.— Me acerque un paso más a ella.
—Mi padre va tener otro hijo, mi madre está saliendo con un tipo que ni siquiera me agrada, y yo ¿A quién le importo? Todos parecen muy felices, nadie me necesita. ¿Quién notaria mi ausencia? Dime solo una persona a la que le haría falta mi presencia.— Con cada palabra que decía su voz se quebraba un poco más.
—A mí.— las palabras escaparon de mi boca sin siquiera planearlo, me acerque sin dudarlo a ella y la bese, no esperaba que correspondiera mi beso, pero lo hizo, para después apartarse de mí, el beso termino tan de repente como empezó.
Prudence se levantó de la banca me miro a los ojos y se fue sin decir una palabra.

...

Prudence

Regresé a casa cerca de la media noche, fui recibida por un sermón de mi madre, subí directamente a mi cuarto a reflexionar sobre lo sucedido durante el día.
—¿Por qué huiste, Prudence? ¿ Esto es por mi relación con Gerard?
—Déjame sola.— Caminé a mi habitación, pero mi madre me detuvo.
—Prudence, estoy retomando mi vida, soy feliz y no voy a permitir que me lo arruines ¿Escuchaste? Si quieres hacer mi vida miserable no lo vas a conseguir. Gerard vendrá mañana a cenar y más vale que seas amable con él. 
Mi madre siguió hablando, pero tenía mucho en mi cabeza como para escucharla. Evan me había besado, él sabía que yo no creía en el amor y aun así me había besado. No estaba muy segura de lo que sentía por él, no quería que fuera amor, no podía ser amor, necesitaba un tiempo a solas, alejada de Evan para decidir.

...

Evan

Sueño con tu primer beso, y entonces siento en mis labios de nuevo un sabor a miel
The beatles- A Taste of Honey

Los días siguientes a nuestro beso trate de acercarme a Prudence, pero ella me evitaba, en cuanto me acercaba a ella en el salón apartaba la mirada y pretendía que yo no estaba ahí
Pasaron cerca de una semana y definitivamente teníamos que hablar sobre eso, necesitaba saber lo que ella sentía por mí, la duda me iba a volver loco, pasaba todas las noches pensando en sus labios, me preguntaba si ella deseaba volverme a besar, porque eso era todo lo que yo quería, besarla de nuevo.

...

Prudence

Tuyo fue el beso que despertó a mi corazón y se quedará aquí aunqur estemos separados.
The Beatles- A Taste of Honey

Después de nuestro beso, me di cuenta de que la mayor parte del día me la pasaba pensando en él.
Cuando dije que nadie me necesitaba dijo que el sí, y estos días me he preguntado si yo también los necesito.
La verdad es que mientras más trato de aclarar mis sentimientos hacia el más me confundo, es por eso que me aleje de él, si lo que siento por él es amor podría terminar hiriéndolo, por que el amor es destructivo y no quiero que Evan sufra por mí.

Dear PrudenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora