Capítulo 20.

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Al día siguiente Christina nos acompañó al aeropuerto y nosotros cogimos un avión hacia Santa Barbara, donde la familia de Dan ya nos esperaba. La madre de Dan se había puesto muy feliz de saber que íbamos. Al parecer Dan tenía una primita pequeña de nueve años y estaba ansiosa por conocerla. Me ecantaban los niños.
El embarque fue bastante rápido. Mi madre se sentó con Lucy y yo con Dan. Me abroché el cinturón cuidadosamente y me preparé para el despegue. No tenía fobia a los aviones. Es más, disfrutaba viendo las nubes mientras volábamos. Pero lo que se dice bien no llevaba los despegues y los aterrizajes. Dan debió de notat mi nerviosismo, aunque era bastante obvio, puez agarraba con todas mis fuerzas el reposabrazos que separaba nuestros asientos. Puso su mano sobre la mía.
-Tranquila.-dijo riendo suavemente.-Y respira, te estás poniendo roja.
No fue hasta entonces cuando me di cuenta de que estaba conteniendo la respiración. Eché el aire que había retenido y volví a respirar como una persona normal. Entrelacé los dedos con los de Daniel.

Una vez despegamos, se encendieron las pantallas de los asientos que estaban en la parte posterior de los asientos que teníamos delante. Durante el vuelo podíamos ver una película. Dan y yo miramos entre las que ofrecían y seleccionamos Inside Out. Amaba esa película.
Empezamos a verla, pero a la mitad los ojos me empezaban a pesar, y acabé cerrándolos, hundiéndome en un profundo sueño.

Me desperté cuando las azafatas nos avisaron de que ya habíamos llegado. Me había apoyado en el hombro de Dan mientras dormía, y al parecer se me había caido la baba, manchando su camisa. Me alejé avergonzada, con la cara roja. Él rió.
-No te preocupes, es un privilegio tener tus babas en mi camisa.

***

El taxi nos dejo en la puerta de la casa de Dan, el cual ya había salido del coche y estaba bajando las maletas. Cada una cogió la suya y nos acercamos a la puerta. Dan abrió con las llaves y nos invitó a pasar.
La primera en recibirnos fue su madre, quien me abrazó y me dio un sonoro beso en la mejilla, a lo que yo reí. Daniel nos acomañó al salón, donde estaba el resto de su familia. Nos presentó a Wendy, su tía y a Michael, su marido. Allí también estaba su padre, que me recibió con un abrazo.
Cuando acabaron las presentaciones, apareció una niña pequeña de pelo rubio y los ojos tan verdes como los de Daniel. Al verle, corrió hacia él y lo abrazó.
-Pequeña Claire.-dijo mientras la levantaba del suelo. Cuando la bajó, se me quedo mirando. Me agaché hasta estar a su altura y le di la mano.
-Soy Annabeth, encantada.-dije sonriéndole.
-Eres muy guapa.-respondió causando mi risa. Miró a Daniel, espectante.-¿Es tu novia?-preguntó, causando la risa de los demás y la verguenza de nosotros dos.

Después de comer, acordamos que Daniel y yo llevaríamos a Claire un rato por la tarde. Nos encontrábamos en la habitación que nos habían dado a mi hermana y a mi, mi hermana, Claire y yo.
-¿Qué os parece este?-nos preguntó Lucy mostrando un vestido negro ajustado.
-Síiii, ponte ese.-exclamó Claire.-Annabeth, ¿tú qué te vas a poner?
-No lo tenía pensado. ¿Me ayudas?
Saqué de la maleta un vestido rojo con vuelo y uno azul oscuro, también con vuelo, pero con la espalda descubierta.
-¡El azul!-decidieron Lucy y Claire a la vez.
-Vale, vale.-dije riendo.
-Y yo te puedo peinar. Se hacer trenzas, ¿me dejas?-preguntó Claire haciendo un puchero.
-Claro.-contesté riendo.

Dan y yo observábamos desde un banco como Claire hacía un castillo de arena con otra niña en el parque.
-Parece que le has caido bien.-comentó.
-Tengo un encanto especial.
-No sabes cuanto.-dijo sonriéndome.-Oye, hay algo que te quería...-una voz desconocida le interrumpió.
-¡Eh!-miramos. Se trataba de un chico joven con una cámara en la mano.-Sí, vosotros. Haceis una pareja preciosa. ¿Os puedo hacer una foto? Es para un trabajo de la universidad...
-Pero nosotros no somos...-intenté responder, pero me interrumpió otra vez.
-Venga, ¡por favor!
Miré a Daniel y me encogí de hombros. Nos colocamos para hacernos la foto. El muchacho nos a enseñó. Me ecantó. Daniel salía mirando a la cámara sonriente, mientras yo le miraba a él.
-Estará colgada en mi blog.-nos dijo dándonos ua tarjeta.-¡Gracias! ¡Y que dureis muchos años!

Me miraba en el espejo, ya con mi vestido puesto. Me calcé unos tacones negros y cogí una chaqueta por si luego tenía frío.
-¡Estás preciosa!-me dijo Claire.-Ahora la trenza.
No es que el peinado quedara muy bien. La trenza estaba un poco mal hecha y algunos pelos rubios habían quedado sueltos, pero no creo que me sentase mal. Salí con Claire de la habitación y bajamos las escaleras para sentarnos en la mesa a cenar. Daniel pasó por detrás de mi para sentarse a mi lado. Se había puesto un traje y estaba más guapo de lo habitual. La americana marcaba bien la anchura de su espalda. Me susurró al oído:
-Estás preciosa.-me sonrojé.

Fue una cena agradable. La comida estaba deliciosa y se respiraba un ambiente de felicidad, risas y comodidad. No pensaba que fuera a pasar una Nochevieja tan agradable después de lo de mi padre. Y todo gracias a Dan. De verdad había encontrado un tesoro. Cuando terminamos de cenar, ayudé a Stefanie a quitar la mesa y a limpiar los platos a pesar de que ella no quería.
-Ya te he dicho que no hace falta.-me dijo dándome una dulce sonrisa. Ella fregaba los platos y yo los secaba.
-Pero lo quiero hacer.
-Beth... siento mucho lo de tu padre.
-No te preocupes, estoy bien.-dije dándole una corta sonrisa.
-Ya sabes que si necesitas cualquier cosa mi marido y yo estamos para lo que sea.
-Lo sé, gracias. Y, ¿tú cómo estás?
-Bien, mucho mejor que hace unos meses.
Unos golpes en la puerta de la cocina interrumpieron nuestra conversación.
-¿Puedo robarte un rato a Beth, mamá?-preguntó Dan desde la puerta.
-Si ella quiere ser robada...-reí y fui hasta donde él estaba.
Me cogió de la mano y salimos a la calle. Afuera ya había un numeroso grupo de gente.
-Quedan solo diez minutos para los fuegos artificiales de Año Nuevo. Por eso están ahí.-asentí.-Lo que te quería decir antes...-sacó una especie de panfleto de sus pantalones y me lo dio.-Es un concurso de canto. Se que la audioción es en tres días, pero no te lo di antes por si acaso no tenías la mente muy clara, bueno, ya sabes por qué... Tienes mucho talento, deberías utilizarlo.
-¡Qué emoción!-dije mirando el panfleto.-Claro, claro que lo utilizaré.-me sonrió y lo abracé muy fuerte.
Su familia salió de la casa y nos acercamos al grupo de gente.
Dan, desde detrás de mi, rodeo mi cintura con sus brazos y apoyó su barbilla en mi hombro. Y así, juntos, disfrutamos de los fuegos artificiales.
Cuando íbamos a volver a entrar, mi torpeza se puso en mi camino, y tropecé con algo, pero gracias a Daniel no me comí el suelo. Me agarré a sus hombros mientras él me sujetaba por la cintura. Nuestros ojos se encontraron y no podía apartar los míos de los suyos. No quería dejar de mirarlos. Pero lo hice cuando cerré los ojos al sentir el roce de sus labios contra los míos.

POR FIIIIN 😍😍 ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO 💕

And Their Eyes Met.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora