Capítulo 32.

30 2 0
                                    

Sí que parecía que Dan se había llevado con él un pedacito de mi corazón. Las siguientes semanas fueron un verdadero infierno. Estaba destinada a ver a Dan en algún momento del día, y dolía demasiado. Ni si quiera me miraba. Parecía como si no nos conociésemos. La cafetería era el peor momento del día. Se sentaba en frente mía, pero hacía como si no existiese. Solo hablaba quedamente con Trevor de vez en cuando y decía algo cuando los chicos hablaban de la banda. En clase de Historia le intenté pedirle un lápiz para ver si podíamos hablar algo. Pero el sólo levantó la mirada hacia mí y se le humedecieron los ojos. Después de ese día se cambió de sitio. Se colocó en una esquina al fondo de la clase, dejándonos a Trevor y a mi solos.

-Ann...-dijo éste.

-No, Trevor-dije intentando contener las lágrimas-, estoy bien.

No entendía que había podido hacer para que Dan ni si quiera me dirigiese la palabra. Quería pasar tiempo con su madre, sí, pero, ¿era tan malo hablar conmigo?

Dan no mintió cuando dijo que Darren participaría conmigo en el concurso. Cantaba también muy bien, pero no era como antes. Ya nada era como antes. Darren quería empezar a prepara la final, pero yo necesitaba tiempo

-Ann, sé que lo estás pasando mal, pero...

-Darren-le llamé, mirándole a los ojos-. Pasarlo mal no define ni de lejos lo que siento por dentro. Es como si se me clavaran alfileres en el corazón cada vez que le veo pasar a mi lado-dije, sin poder contener el llanto. Me abracé las piernas, como si eso evitase que me deshiciera en miles de pedazos.

-Ann, pequeña-dijo Darren acercándose y rodeándome con los brazos-. Los chicos dan asco. No sé ni si quiera por qué soy gay.

Fue el primero que me hizo reír.

En el trabajo estaba tan distraída que colocaba los libros infantiles donde debía de colocar los libros sobre Economía. Si no me despidieron fue por un milagro.

El viernes al salir de clase le dije a Chris que no me esperase, que me iría sola a casa. Así que en cuanto sonó la campana salí rápidamente hacia mi casa. Recordaba como Dan me había acompañado tantas veces por el camino hasta casa, haciéndome reír o hablando de lo primero que se nos pasase por la cabeza. Incluso me acordé de esa vez que discutimos... Dios, ¿por qué me torturaba?

Al llegar a casa subí directamente a mi habitación para cambiarme. Cuando fui a quitarme la mochila se me enganchó con algo, pero conseguí quitármela. Cuando miré al suelo, ahí estaba mi collar... la nota de música que Dan me había regalado. Me agaché para ponérmela otra vez, pero se había roto.

-No... no puede haberse roto...-me dije a mí misma. ¿Era esto una señal del Señor? Vaya, gracias por aparecer en el mejor momento.

Busqué en mi joyero hasta que encontré otra cadena para poner la nota musical y volvérmelo colocar alrededor de mi cuello. Me puse el pijama me metí en la cama. En cuanto mi cabeza tocó la almohada, me dormí

Me despertaron unas voces en mi habitación.

-¿Habrá muerto?-dijo una voz conocida.

-¿Habrá sido poseída?-dijo otra.

-¡NO! ¡ANN RESPIRA, RESPIRA!-dijo otra más zarandeándome.

Abrí un poco los ojos y me encontré con la cara de Kurt a dos palmos de la mía.

-Sois unos idiotos muy grandes-dije poniendo mi mano en la cara de Kurt empujándole para atrás.

A los pies de mi cama se encontraban Kurt, Lily y Chris.

-¿Qué hora es?-dije frotándome los ojos y bostezando.

-Las 8:30pm-dijo Chris. Abrí mucho los ojos-. Sí, sorpréndete. Ahora que sabemos que no estás ni muerta ni poseída, levántate. ¡Toca noche de chicas!

-¿De chicas?-dije señalando a Kurt con un dedo.

-Soy gay y tengo pluma, es suficiente para acoplarme-reí.

-Chicos de verdad gracias por preocuparos, pero no me apetece hacer nada.

-Oh si que te apetece-dijo Lily-. Vamos.

La siguiente media hora se basó en Kurt eligiendo la ropa que me iba a poner, Lily acomodando mi cabello rubio en una coleta alta y Christina encargándose de mi maquillaje.

-¡Lista!-exclamó Chris-Ahora sí nos podemos ir.

No me apetecía nada salir, peor no voy a mentir. Me lo pasé bien para lo mal que estaba. Fuimos a cenar a mi restaurante favorito, Ginos. Disfruté de unos espaguetis riquísimos. Intentaron animarme sacando conversación, pero yo no estaba tan animada como siempre. Intentaba ocultar mis sentimientos con una sonrisa. Habían intentado hacerme feliz, no quería arruinarles la noche.

-Oye...-dije cuando dejaron de hablar-¿Sabéis algo de la madre de Dan?-se miraron entre sí.

-Sigue igual-se atrevió a decir Kurt-. Dan nos ha dicho que los médicos no saben si despertará. Ann, Dan te sigue queriendo-levanté la cabeza y le miré-. No sabemos por qué está haciendo esto. Te está haciendo daño a ti y a si mismo. ¿Has probado a hablar con él?

-La última vez que lo intenté se cambió de sitio en clase...

-Ann, no te culpes-intervino Lily-. Trevor me ha dicho que nunca le había visto tan raro.

Cuando terminamos de cenar, a Chris se le antojó ir de fiesta a una discoteca que había por la zona, así que los demás sólo la seguimos. Para ser sincera, la discoteca daba asco. Parecía que no la habían limpiado en años. Kurt, Lily y Chris querían bailar y me animaron a ir con ellos, pero no me apetecía. Ya había fingido suficiente. Me acerqué a la barra y, antes de sentarme en un taburete, lo limpié bien. No me apetecía mancharme la ropa. Pedí una Coca-Cola al camarero, que me la sirvió enseguida.

-¿Ahogando las penas con Coca-Cola?-a mi lado se había sentado un chico moreno y alto. John.

-Algo así-dije dando un sorbo a la botella.

-¿Sigues enfadada?

-Oh, no, lo siento. No debía de haberte hablado tan mal, pero no tenía un buen día. Bueno, no tengo un buen día desde ese día así que ten cuidado con lo que dices-John rió.

-Mantendré tu mente lejos de mis tonterías. ¿Y por qué estás teniendo unos malos días?-me puse tensa.

-Bueno, Dan y yo...

-Oh, lo siento. Bueno, si te anima, yo estoy libre baby-dijo dándome un empujón con el hombro.

-Por algo sigues soltero-reí un poco.

-¿Ya tienes pensado algo para el concurso?-creo que debió de ver la cara que puse para entender que no era el mejor tema del que hablar-Lo siento, lo siento. Alarma, exceso de tonterías, pi, pi, pi...

-Calla-reí otra vez-. Todavía no he pensado nada. Creo que necesito un tiempo.

-Pero, ¿irás a Nueva York, verdad? No molaría ir sin ti.

-Ya sé que soy demasiado genial, John, pero creo que sobrevivirías sin mi allí. Pero, sí, iré. ¿Podemos cambiar de tema?

-Claro.

Seguimos hablando hasta que Chris llegó. Nos cogió de la mano a cada uno y, a pesar de mi resistencia, nos llevo a ambos a la pista de baile. Tras mucho insistir, acabé bailando con mis amigos, olvidando por un momento los problemas.

-¡Llámame!-dijo John cuando nos despedimos al salir de la discoteca. Yo sólo asentí.

Kurt y Lily pasarían la noche con nosotras, así que al llegar a casa, hicimos un poco de espacio en mi salón para colocar unos sacos de dormir y así dormir todos juntos.

-Voy al baño, ahora vengo-dije subiendo las escaleras.

Sabía que no debía hacerlo, pero no lo pude evitar. A pesar de ser las 4:13am, marqué su teléfono y le llamé. Pero, tal y como me esperaba, saltó el buzón de voz. Las lágrimas se amontonaron en mis ojos, algo habitual ya durante esos días, y tras mirarme en el espejo, secarme los ojos y poner una sonrisa falsa en la cara, bajé al salón.

A pesar de todo, echaba de menos que alguien me llamase Beth.

NUEVO CAPÍTULO! ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO AUNQUE DAN :C AGH ES CACA :C SEGUID LEYENDO EL PROXIMO DÍA PARA SABER LO QUE PASARÁ

And Their Eyes Met.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora