Intento de asesinato y nuevas guerras

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Mareada y adolorida abro los ojos con el ceño fruncido y lo primero que veo son las cegadoras luces típicas de enfermería y me acuerdo del bochornoso momento en el que he vomitado hasta la primera papilla frente a mis amigos, y el chico del que llevo enamorada años, debo recalcar.

Me incorporo escuchando voces provenientes del otro lado de una cortina que no recordaba que estuviera en la enfermería de mi instituto y cuando miro más detenidamente alrededor me doy cuenta de que no estoy en el instituto, estoy en el hospital.

Me voy a levantar de la pequeña cama pero un grito agresivo y un golpe me sorprenden y paralizan por un momento, cuando oigo la voz de Nick me paro a escuchar más detenidamente, no soy cotilla, al fin y al cabo es mi habitación


—¿Estás loco?—grita el que parece Andrew y se escucha una silla caer al suelo.

—Ven aquí, capullo.—dice Nick entre dientes—¡Te voy a destrozar!

—Nicholas, basta.—interviene mi padre. Nick se queja pero obedece y suspira pesadamente, imagino claramente como debe de estar pasando su mano izquierda por el pelo, como cada vez que está nervioso.—Tienes mucho que explicar, Drew. Empieza.

—Era una broma...—dice él riendo con poca seguridad y perdiéndola cuando termina de pronunciar la segundo palabra—Lo siento, ¿vale? ¿Cómo podía saber que era alérgica a la leche?Quiero decir, Patrick, tú le gritaste antes de bajar que tenía la leche con cereales lista,  era una broma que salió mal.—dice atolondrado y nervioso.

—¡Es alérgica a los lácteos, idiota! ¿La querías matar? ¿No crees que tu jueguecito se está pasando ya de castaño oscuro?—dice Nick.

—¿Jueguecito?—pregunta confusa Claire.

—Andrew, ¿podrías tener algo que ver con...?—mi padre deja las palabras en el aire pero sé lo que está pensando, él sabe sobre el idiota que me hace bromas pesadas en el instituto. No puedo dejar que lo descubra, mi padre no es mal padre y sería del tipo que se sacrificaría y dejaría de lado su felicidad por la de sus seres queridos. Puede que no dejara a Claire, pero su relación nunca avanzaría, papá no permitiría que viviéramos bajo el mismo techo.

Y entonces pienso que debo distraerlo. ¿Cómo? De la manera más estúpida posible. Antes de poder pensarlo una segunda vez estoy tirada en el suelo y todos acuden a ayudarme mientras yo sonrío y finjo que me he caído y que acabo de despertarme, nadie sospecha por que si hay algo que haya sido toda mi vida es torpe, y algo impulsiva...


—¡Mel! ¿Estás bien?—pregunta Nick preocupado mientras me levanta y me ayuda a sentarme sobre la cama de nuevo.Cuando le miro y veo en sus bonitos ojos un color rojizo que sin duda delata que ha llorado sólo provoca que las mariposas vuelvan de la tumba de ácido donde estaban escondidas y que yo me enamore un poquito más de él. Al ver que tardo más de la cuenta en responder frunce ligeramente el ceño y yo me apresuro a asentir y sonreír,dándome cuenta de que todos a los que había escuchado antes hablar están mirándonos atentamente. Me cubro con mi pelo intentando disimular el terrible sonrojo que sube a mis mejillas y cuando más calmada levanto la mirada y me topo con los ojos de Claire detrás de mi padre me aterrorizo. Tiene esa mirada. La mirada de sabiduría de una madre. Esa que dice: "Te gusta ese chico, lo sé." Esa mirada algo pícara que dice: "Estás en problemas."

No me refiero a que ella vaya a hacer algo para que Nick se entere ni nada de eso, no creo que sea esa clase de persona. Pero me asusta casi de igual manera que pretenda ayudarme con el tema de la horrible Friendzone en la que me encuentro enterrada. P-E-L-I-G-R-O.


Salgo de mi mundo y me encuentro con el Andrew más tímido que jamás he tenido el placer de ver frente a mí mirándose los zapatos y mordiéndose el labio mientras mi padre, Nick y Claire le miran intensamente. Unos de peor manera que otros, cabe recalcar.


HermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora