Capítulo 11

126K 17.2K 4.2K
                                    


—¡100! Ah, no espera... ¡101!

Contrario a Alexander, a Vanesa no la puedo callar. Desde hace una hora estoy conversando con ella por teléfono.

—¡101 visitas y 23 votos! —festeja.

Hace veinte minutos publicó en Wattpad los primeros dos capítulos de "Me voy a follar a mi jefe",  y ahora, mientras hablamos, festeja cada que tiene un voto o visita.

Paso una mano sobre mi cara. —Vanesa, sí Marco se entera de que estás escribiendo una novela pornográfica sobre ustedes dos...

—Que él no tiene cuenta en Wattpad —Casi la puedo ver poner los ojos en blanco—. Ni siquiera tiene Facebook, Caro. Teme que las zorras con las que se acuesta lo acosen después de que las deja.

—Tiene Twitter —le recuerdo.

—Pero no lo usa hace meses. Además, vivimos en mundos completamente diferentes, Carolina. Él es un esnob que sólo comenta libros sobre Cortázar y Borges. No sabe nada de Wattpad.

—Pero la gente que trabaja con ustedes...

—Viejos y viejas amargadas —dice, quitada de pena. Me siento su mamá regañándola— y chicas Cosmopolitan. Nada de qué preocuparse. ¡En su vida sabrán de esto! —Otra vez la escucho aplaudir—. ¡24 votos!

—¿Al menos cambiaste los nombres?

—Claro, duh. Por si las moscas yo soy Valentina Acevedo y Marco es Carlo Altamirano.

—¿Es broma? —Mi voz aumenta considerablemente.

¿Por qué me preocupo más que ella?

—No —La escucho reír—. Se escuchan de telenovela, ¿cierto? Pero molan. A los lectores les está gustando.

Ay no...

—Silvia Vanesa, tú te llamas Vanesa Salcedo —puntualizo—, y él Marco Maldonado ¡Los nombres falsos suenan prácticamente igual!

—Y en la historia la empresa en la que trabajamos se llama Grupo A. ¿Genial, no?

—¡Similar a Grupo M! Jesús, estás loca...

—Oye, relájate —En medidor de riesgos esta mujer está a 0—. Mis historias nunca pasan de mil visitas. Lo tengo todo bajo control. Por otro lado, tú...

Su estrategia para "Ya no me sermonees, Carolina" es cambiar el tema de conversación a mi dirección. 

—¿Yo qué? —intento asfixiarme con mi almohada—. Además de que tengo un terrible dolor de cabeza.

—Te subiste a la camioneta de un extraño y yo soy la imprudente. Sólo digo.

De acuerdo, en parte tiene razón. 

—No volverá a pasar. No hubiera aceptado si yo misma no me hubiera sentido acorralada por Isaac.

—Y por Aníbal.

—Por Isaac.

—Y por Aníbal.

—Isaac. 

La escucho bufar. —Ya báñalo y tómate el agua. Pero antes respóndeme algo: ¿Qué sí hubieras estado en más peligro con el chófer de Donoso que con los otros dos?

Es una posibilidad. —No sé.

—O qué tal esto —Su voz toma un tono burlón—. ¿Qué sí Donoso fuera un maniático sexual?

—Vanesa...

—¿Qué si su chófer te hubiera llevado al apartamento de "su señor"  sin tu consentimiento para convertirte en su esclava sexual?

Carolina entre líneas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora