Escena extra 5. Peludo

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Hoy nos vamos hasta el día que atropellaron a Peludo :(
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—No me da buena espina, Armando...

Una investigación superficial no demuestra nada. Necesitamos que Cardona o Anleu hagan algo contra ella para poder accionar.

—Eso es ridículo.

Estoy molesto.

Daniel, tu conoces los procesos —me recuerda él al teléfono—. No vamos a demandar a Cardona por "sospechar".

Paso una mano sobre mi cara.

—Es que Carolina es muy ingenua, Armando.

Seee. Ya lo dijiste tres veces.

—Confía en él —le explico—. Lo cree incapaz de hacerle daño.

Ayúdala a entrar en razón.

—Es necia —me quejo, sacudiendo los documentos que tengo sobre mi escritorio. Escucho reír a Armando—. ¿Por qué te ries?

No puedo evitarlo —dice—. Es gracioso oír lo mal que te pone.

Siento mis músculos tensarse:

—No. No. No —niego, acomodando con mi mano la torre de documentos mientras con la otra continuo sosteniendo mi teléfono móvil—. Es que... Ella es demasiado ingenua.

Cuarta vez que lo dices.

—¡Es que lo es! —Me enojo—. Deberías leer lo que escribe "Aníbal es bueno", "¿Por qué debería confiar en usted más que en él?". ¡Y no es bueno, Armando!

No, claro que no.

Él sigue riendo.

—¡Te estoy hablando en serio!

Lo sé, lo sé.

—Lo pensé toda la noche y estoy casi seguro de que...

¿Durante cuánto tiempo dices que lo pensaste?

Me quedó en silencio unos segundos. —Vete al infierno -musito y le cuelgo.

Anoche envié a Víctor a buscar a Carolina al lugar donde la citó su profesor. Todo iba bien -aparentemente- hasta que él llevó a Anleu a la dichosa reunión. Yo tengo antecedentes legales fuertes contra a Anleu. Y si intentó afectarme a mí, tomando en cuenta mi experiencia y los contactos que tengo, no puedo imaginar lo que sería capaz con Carolina. ¡Pero ya es tan crédula!

Está enamorada, me recuerdo. El profesor la manipula fácilmente gracias a eso.

Me hago otra vez de mi teléfono y me apresuro a hacer otra llamada:

—¿Víctor? ¿Dónde estás?

Vine a recoger a la señora Mónica a una boutique, señor.

Claro, temporada Navideña.

—Bien.... En cuanto la regreses a casa ven... Ven lo antes posible, Víctor —puntualizo—. Me urge que entregues unos documentos.

Estaré ahí en cuanto pueda, señor.

Cuelgo.

Tengo que hacerle llegar estos papeles a Carolina, me digo, acomodando todo dentro de una carpeta. Ver lo que Anleu intentó conmigo tiene obligarla a recapacitar.

Una vez tengo todo preparado, espero a Víctor en mi vestíbulo. Me sorprende verlo llegar en compañía de Mónica.

—¿Qué haces aquí? —le pregunto a ella al verla acercarse a mí con semblante preocupado.

Carolina entre líneas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora