Capitulo 7

1.4K 74 16
                                    

Sus piernas se abrieron absurdamente rápido. Y en pocos minutos el estaba sentado nuevamente sobre el.

Lo sintió entrar con estocadas leves haciendo que el agua caliente chocara contra su culo y entrará en su cuerpo. Causándole deliciosas sensaciones.

Luke se sostenía de los hombros de Michael. Continuaba viendo sus ojos, viéndose perdido en todo eso. En aquella locura.


Ese beso amenazante que nunca llegó.
Ese acto que hizo que su corazón latiera más fuerte.

—Michael... —Susurro, y el chico, una vez más, lo beso...

(...)

—Vamos a ver si entendí. —Calum Hood, capitán del equipo de fútbol del colegio y el mejor amigo de Michael, dijo sentado en la cómoda del ojiverde.

—Te tiraste a esa chica, cuyo nombre no puedo saber. Que de alguna manera me hace sentir estúpidamente ofendido. En un motel del centro de Sydney y según me describes es toda una fiera en la cama.

Michael que estaba tumbado en su cama individual de soltero, no muy cómoda, gracias al colchón delgado que estaba detrás de él, casi sentía que estaba tendido en el suelo, siguió mirando hacia el techo blanco y respondió con una sonrisa.

—Muy fogosa.

El moreno, enfrentó a su amigo que a pesar de pedir sus consejos parecía siempre ocultar su otra cara. Por ejemplo, cuál es el costo de decir quién era aquella gatita traviesa tan buena en la cama.

Calum conocía a Michael desde la primaria, eran amigos de antaño y todo lo que él probó el chico también la hacía.

Ellos nunca tuvieron esa frescura para mantener en secreto a alguien como la de cabello rubio, [fue todo lo Michael reveló esta tarde], sólo para el.

—Bien... entonces te tiraste a la niña, porque no paro de pensar que te la follaste incontables veces. Pero, aun después de tirártela seguido, ¿seguías insatisfecho?

Michael se levantó de la cama y encaró al moreno.

—Viejo era como, toda una diosa... Seguí tu consejo. Ideé un plan que pensé que era una mierda.

—¿Ahh?

—Funcionó... Me la tire, no una vez, la convencí de que me la diera tres veces antes de que acabara el tiempo.

—Suficiente para aquellos que se rompieron la cabeza recientemente. —el moreno dijo en tono de burla. —¿Estás seguro de que era virgen?

—Se desangró a la primera.

—Eso no prueba nada. Un pene más grande del que ella esta acostumbrada puede hacer lo mismo... Cuando me tire a la perra de Cooper también sangró un poquito.

—Chico, ella era virgen.

—¿Por qué estás tan seguro?

—¿Por qué insistes en seguir? ¿Nos vamos a quedar aquí discutiendo sobre la virginidad de la misma o por el problema de la insatisfacción sin resolver?

—Ok, ok... —suspiro –—¿Que pasó después del sexo?

—Acordamos de no tocar más el asunto y fingir que nunca pasó.

—Que exageración... Solo fue un revolcón, ¿para que todo eso?

—Es una nerd.

—Alto... Detente ahí. Me dices que es una nerd ardiente, buena en la cama, ¿y no puedo saber quién es?

—Ya sabes que es rubia...

—Hablo en serio, Michael. Hay como veinte rubias en aquel lugar.

—Por eso...

—Joder, gracias eh!

—Calum, por motivos que no te interesan no te puedo decir quién es.

—¿Y todavía quieres mi ayuda? Dime... ¿Por qué debería ayudar a un idiota como tú?

—Porque somos amigos.

—Huh! —él moreno apenas contesto eso mientras el ojiverde suspiraba y continuaba.

—Entonces, aquello debería de haber bastado. Pero... No puedo enfrentarla en la escuela y no tener ningún deseo de joder ese cu... digo, ese coño otra vez.

—¿Ibas a decir culo?

—No... Bueno... También.

—A ver, déjame ver si entendí. La "virgen" ¿te dejo follarla por el frente y por detrás?

—Tres veces.

—¿Y no quieres compartir?

—No y no.

—Joder, eres peor que una patada en el culo.

—Ni me lo recuerdes... Ella es tan apretada que solo de recordarlo me pone duro.

Calum aliso los cabellos rizados y suspiro profundamente antes de levantarse e ir a la puerta.

—¿A donde vas?

—¿Acaso me crees gay como para quedarme en una habitación con un chico excitado?

—...

—Necesitas un tiempo necesario con tu mano, ya que eres un pésimo amigo.

—Ve a follar a Copper.

—Buena idea —el moreno sonrió mientras abría la puerta. —Por cierto, si te gustó aquel polvo, ¿por qué no repetir? ¿Quién dice que aquella rubia no lo desea también? —dijo antes de salir.

Michael oyó los pasos de su amigo alejarse por el corredor, mientras el bajaba el cierre de su pantalón.

—Como si fuese tan fácil. —susurro para si mismo.

El mayor problema para Michael fue que esa paja no alivio el deseo acumulado por Luke. Por lo contrario, solo lo deseaba más. Y el chico se odio a sí mismo, al darse cuenta que el rubio tenía ese efecto en el.


—Ahh...

Ese calor ferviente en su miembro, latiendo entre los dedos audaces y rápidos. Ese deseo de sentir más que el alivio causado por sus manos.

El deseo de disfrutar dentro de él una vez más.
Era absurdo.

Just One Last Time  || Muke || SmutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora