Just One Last Time || Muke || Smut

Capitulo 16

Eran casi las nueve en punto y Luke ya había tomado una ducha mientras salía con el cabello mojado hacia la habitación.

Escogió una camisa de vestir blanca un poco más grande que su talla, se puso un chaleco negro sobre ella, llevaba un ajustado pantalón negro y llevaba zapatillas de deporte con detalles en blanco por los lados.

Delante del espejo se revolvió los cabellos rubios antes de que Marie entrara.

—Joven Luke, el joven Ashton está en la puerta esperando por usted.

—Ya voy —habló con un suspiro.

Francamente, él podría estar durmiendo o estudiando. Pero no, Ashton tuvo que venir para llevarlo a una estúpida fiesta, que el rubio estaba seguro de que odiaría desde el momento que llegase a la entrada de aquel lugar.

Lo que más le intrigaba al rubio era la razón por el repentino interés de Ashton de llevarlo allí. Sólo por precaución se embolsó su inseparable spray de pimienta. Y luego vino abajo, en la búsqueda del de ojos color miel, luciendo seductor con una camisa de vestir entreabierta revelando aquel pecho un poco marcado, pantalones vaqueros y unos zapatos de marca completado el look relajado.

—Estas hermoso, Luke —dijo mientras se acercaba al rubio. —Deberías vestirte así en la escuela.

—Hum... A qué hora acaba
la fiesta?

—Todavía no vamos y ya te quieres regresar?

—Me alegro de que lo entendieras. Así que voy a volver a mi habitación y...

—De ninguna manera! —Dijo agarrándolo de la muñeca y arrastrando hacia fuera —No seas un cobarde, Luke.

—No soy cobarde —dijo mientras se ponía el cinturón del Mercedes —Sólo que no quiero ir a un lugar lleno de gente que me odia.

—Ellos no te odian, además, ni siquiera te invitaron.

—Tu me invitaste!

—Bueno... En ese caso, deberías darme una oportunidad no te parece? —Sonrió de un modo extraño que hizo que el rubio retrocediera un poco. —Vamos!

—Esta bie-bien.

El trayecto no fue en silencio porque Ashton no se callaba y hacía muchas preguntas personales acerca de él rubio que, abatido respondió a la mayoría, y aprovechando aquel interrogatorio, Luke reflexionó y cuestionó.

—Eh, Ashton... Por qué estás en esa escuela? Tus padres podrían pagar una mucho mejor.

—Oh, eso... Porque tú estás allí. —Dijo sin rodeos, haciendo que los ojos del rubio se abrieran a más no poder y encarará al rizado. Este, solo sonrió. —Maldición... Llegamos.

Luke abrió la puerta rápidamente, con ganas de salir pronto de ese coche. El ojiazul se quedó mirando el restaurante que no era tan bueno, pero bien conservado. El nombre era "Mack Male", la fachada era simple y el local no era demasiado grande.

—Vamos —dijo Ashton y Luke pronto lo siguió a pasos lentos.

Ashton se divertía con aquello. Luke lucia más hermoso esta noche y con sus rubios cabellos destellando con la luz de la luna, lo hacían más formidable. El rizado esperaba que después de la última frase que dijo en el coche, con unos pocos tragos de cerveza su relación con el rubio pasaría a ser más cercana.

Entraron y fueron recibidos de inmediato por sus compañeros de mesa.

Para el alivio de Luke los dos candidatos a presidente no dejaban a Ashton solo. Lo que permitió que el rubio transitase a su voluntad ese pasillo decorado y reservado sólo para ellos.

Seguramente fue Ashton quien habría reservado aquel lugar. El rubio se le quedó mirando en la distancia tratando de ser considerado con aquellos chicos molestos, lo que lo hizo reír... Ashton era este tipo de "buen chico".

Las mejillas del rizado se encendieron al sentir unos ojos sobre él y luego sonrió alegremente, a continuación, le guiño al rubio que, giro el rostro tratando de ocultar el calor subía por sus mejillas.

No era atracción, era más vergüenza por las palabras pronunciadas anteriormente. Luke nunca pensó que Ashton quería ser su amigo, tanto que hasta se decidió a estudiar en esa escuela de delincuentes.

Y eso era un tanto extraño... Bueno pero pensándolo bien, Ashton también iría a Harvard, y ahora que eran amigos, él podría compartir una habitación con un conocido que un extraño.

Y fue un gran alivio para el rubio.

—Traidor!

Sus pensamientos se dispersaron por el ronco susurro en su oreja. Los ojos azules se viraron encarando a quien sea que estuviese allí...