Capitulo 4

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Aquello era irreal...

En primer lugar, hubiese tenido sexo con la puta más popular de la escuela. Más tarde descubrió que era hacer una orgía. Ahora descubriria que en realidad Michael Clifford simplemente quería follar con el.

Si, él se enojó con la pelirroja. ¿En realidad tenia que llamar solamente por la petición de Michael? Y ese peliteñido que tenía la intención de cogerlo en un momento de distracción, lo irritó aún más.

Esos habían sido 180 dólares desperdiciados.

¡Hijos de puta!

Los dos eran unos grandes hijos de puta.

El rubio se mordió el labio en rebeldía pensando en cómo salir de ahí con la poca dignidad que aún tenia, tanto, que ni se dio cuenta de que el del doctorado en besos excitantes se acercó y lo beso.

Luke se sentía un idiota, un estupido enganchado a una clase de heroína particular.

Aquel beso era más que perfecto. Sus manos tontas recorrían todo su cuerpo haciéndole estremecer con cada agarre fuerte. La mente del rubio no pensaba más que en una cosa...

"Si así se sentía besarlo... ¿Como sería el sexo?"


Por supuesto, Hailey merecía estar bien mientras el gozaba a su lado. Sólo por este error. Aparte de eso, Luke estaba bastante seguro de que Michael sabía lo que estaba haciendo. Además, el ojiverde tenía razón en una cosa...

Él era un niño curioso.


—¿Me dejaras probarte? —Su aliento era cálido, golpeando contra su cara y los labios hinchados por aquel beso. Un asentimiento de cabeza de signo positivo basto para que una hilera de dientes blancos se formara en esa boca perfecta.

Sus piernas se abrían para todo lo que podía acontecer ahora. Un mundo adulto a punto de ser revelado.


Luke suspiraba, gemía roncamente bajo. Sintiendo hormigueo en su vientre bajo con cada gesto obsceno de Michael. La lengua del peliteñido se deslizó sobre su pezón haciéndole creer que el rubio no conocía su propio cuerpo. Pasó su lengua por su espalda de manera provocativa, mordiendo y jugando con sus pezones. Aquello era al menos deliciosamente molesto. Molesto por qué él quería más. Más que chupar un pezón y una deliciosa masturbación. Quería sentirse nadando en un mar de lava, quería dolor, placer y ¿por qué no?, palabras vulgares susurradas al oído.


El rubio estaba buceando en los sentimientos carnales completamente impuros de la vergüenza, el miedo de decir lo que quería y el deseo del gran final. Mientras Michael, a Michael podía leerlo como un libro abierto y fácil de entender. Vio su rostro ligeramente enrojecido, los ojos en deseo puro de su boca, con los labios color rojizo y delgados que se abrían al expresar algún pedido y a algunos gemidos débiles.


Una joya que se formaba.

Era como Michael lo veía. Un tipo raro, un pervertido tímido. Y el quería ser el primero en impulsar al rubio a la recta de la malicia.


¿Por qué? Porque. Bien, digamos que Luke Hemings tiene un bello, grande y suculento trasero. Y eso era todo lo que Michael necesitaba saber. Era todo lo que necesitaba para calmar sus noches.


Solo una vez...
Solo una vez follarse al rubio.

Entonces todo pasaría. Todo acabaría y el podía volver a su pequeño mundo perfecto.

—Ahh... ¡Michael!

Pero... El ojiverde nunca pensó que oír a Luke gemir su nombre fuera tan seductor.

Su pene estaba duro como una piedra, y era por el delicioso cuerpo de Luke.

Quién imaginaba que el rubio mal vestido con ropa holgada escondía un pequeño cuerpo tan suave, y a pesar de ser hombre incluso tenía algunas curvas. De hecho, si Luke se dejase crecer el cabello y se pusiese una falda sin duda pasaría como una mujer. Su estatura ya colaboraba mucho con eso.

Pero...

No fue ver ese cuerpo perfecto que tomaba un tono rosáceo en cada parte apretada, mordida y chupada por la que Michael pasó. No era el delicioso perfume que el emanaba. No era que no tenía ni su cuerpo. Si el ya había estado en cada esquina. No era aquel rostro que para Michael, en aquel momento parecía perfecto con esos ojos brillantes que cegaban con un nuevo tono de azul. Estaba excitado por oír su nombre ser pronunciado tan perfectamente por aquellos deliciosos labios.


¡Dios!

Luke no tenía idea de cómo podía ser estúpidamente seductor. O como sacudió a Michael. El no tenía idea de las ganas que tenía de follarlo en ese instante.


Just One Last Time  || Muke || SmutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora