Just One Last Time || Muke || Smut

Capitulo 27

Luke había despertado solo, sabia que Michael no pasaría dos día solo para tener sexo con el. El teñido no seria tan estúpido como para desperdiciar su tiempo de esa forma. Otra parte de el le decía que probablemente aun se encontraba rondando por su casa.

Decidió omitirlo por el momento y entro al baño. Mientras se duchaba se calmó al escuchar su voz en la distancia decir que lo espera en la cocina. Él sonrió y respondió sólo con un okay. Salio de la ducha, se secó el cuerpo y estaba buscando algo que ponerse. Lo pensó bien y optó por la menor cantidad de ropa. Ahorrarían tiempo y se beneficiarían mas.

En el momento que bajo las escaleras Micahel estaba sentado cuando vio todo lo que había hecho.

Dios, casi desestimo cualquier cosa que prepararía.

-Eres un maldito, Luke... -el rubio sonrió vestido solo con una camisa un poco grande pero no lo suficiente como para dejar su trasero un poco expuesto.

Luke sonrió y se acerco a la enorme mesa hasta posesionarse delante de aquel plato preparado cuidadosamente para el.

-De acuerdo, estoy sorprendido. -dijo al sentir el aroma de aquel platillo. -Ensalada Nizarda?

-Si...

-Desde cuando sabes preparar platos franceses, Michael?

-Digamos que hay mucho que no sabes sobre mi...

Luke se le quedo mirando durante unos segundos antes de sentarse y degustar un poco.

-Ahora se algo... -dijo el rubio haciendo que el teñido lo mirara.

-Que?

-Cuando se trata de comida, no estas tan mal. -dijo llevándose a la boca un poco de las papas, los tomates y los calabacinos, todos juntos, con un tenedor. -Sabe bien. -dijo provocando una enorme sonrisa en Michael.

Habia oído tantas veces los elogios de Kurt, pero... oírlo de los labios del rubio fue mejor y lo hizo sentir de maravilla. Le dio esa sensación de bienestar a su cuerpo.

Pronto empezaron a comer y se formo el silencio, y aunque ninguna otra palabra fue prenunciada no era nada desagradable o incomodo. Era mas bien un momento agradable que ambos disfrutaban. Lo que confundió un poco a Luke. En que momento comenzaron a ser absurdamente románticos?

El rubio sintió el infierno de una película por la tarde, esas típicas películas romanticamente estúpidas que solo ven aquellas personas que no tienen nada que ver con la depresión y la tristeza.
Y eso era malo... Muy malo...
Su corazón latía demasiado rápido. Desviaba la mirada hacia el de vez en cuando provocando que todo en el ardiera. Tenia el rostro ruborizado, de eso estaba seguro. Su piel era lo suficientemente pálida para que se pusiera roja por cualquier cosa.

-"Calma." -pensó. -"Es solo por hoy... hoy... solamente." -se dijo a si mismo

Después de todo, Michael no sentiría lo mismo. No, ciertamente no. Luke suspiró reflexivo después de terminar la comida. Michael lo observo.

-Cansado? -pregunto.

-Un poco. -mintió.

-Entonces supongo que no quieres postre... -dijo en un tono malicioso.

Entonces el rubio se calmo un poco. Se calmo y se tranquilizo al ver que todo lo que había pensado era verdad. En realidad era mas mas como un balde de agua fría arrojado sobre el. Después de haber comido para lo único que tenia fuerza era para nada. Pero el rubio había hecho todo ese tiempo para ellos dos y poder distraerse a el y a Michael, así que no podía sentirse mal por ello. Después de todo la culpa era suya.

Luego, con una sonrisa irónica, movió la cabeza en señal positiva. Michael lo miro por unos segundos antes de levantarse y tomar los platos sucios de la ensalada. A continuación volvió con una caja de leche condensada abierta y plato de fresas. Luke los observo y observo al teñido que se había sentado delante cubriendo una de las fresas con aquel dulce y llevándosela entre los labios. Aquellos ojos verdes parecían llamarlo.
Tan seductores.
Luke se acerco a sus labios y con un rápido beso capturo aquella fruta que parecía mas dulce que nunca. Michael sonrió luego de tragar el trozo que quedaba en su boca. Tomo al rubio de la cintura acercándolo mas a el. Sus labios se acercaron al cuello de Luke causándole escalofríos. Este a su vez dirigió sus manos a los cabellos de Michael. Le encantaba deslizar sus dedos por aquella larga cabellera... Le gustaba sentir el olor de su shampoo en el... El olor de su jabón en la piel... Era como decir "Esto es mio!"
Un pensamiento de pura ilusión. Eso le dolía pero no quería arruinar su perfecto y bien elaborado fin de semana. Tenia que parar esos pensamientos y concentrarse en el momento. Los detalles... El calor... El corazon latiendo contra su pecho...
Entonces vio que Michael se acercaba para susurrarle algo y pensó, que querrá ahora? Seguro le pediría que lo hicieran sobre la mesa y luego....

-Feliz cumpleaños, Luke!

El rubio casi se cae hacia atrás si no fuera por la mesa y la fuerza de Michael para sostenerlo. Lo había tomado por completa sorpresa. Tal vez exageraba? Si.
Pero como es que el... Bueno... Cuando es que Michael Clifford diría algo así... Ya sabes... No a el... Bueno... Digamos que el rubio solo seria alguien con quien revolcarse.

-Como? -fue lo único que pudo preguntar.

Como sabia eso? Desde cuando lo sabia?

-Eso no importa. -dijo tirando de el nuevamente. -No pensabas decirme?

-No... -seria extraño, no?

-No me querías oír decirlo? -susurro a su oído. -No querías que te felicitara?

Michael estúpido!
Idiota!
Especulador!
Si no quería?
Por supuesto que quería. Pero , cual seria la importancia de avisarle sobre ese día si no eran nada? Probablemente el peliteñido le habría dicho que tendría que pasarlo con sus padres. Lo que hecharia a perder todo. Porque, por supuesto estaba feliz de que ese día caería en el fin de semana de sus travesuras. Por supuesto que prefería al teñido que a la fachada de familia feliz. Por supuesto que se alegraba de alejarse de aquella rígida mujer por unos días llevándose a su padre quien olvidaría su cumpleaños otro año mas. Por supuesto...

-No sabia... como decirlo. -fue todo lo que dijo mientras lo abrazaba. -Pero gracias.

Pudo haber llorado solo por aquellas palabras, pero era demasiado orgulloso para eso.

Y Michael... El teñido por fin había hecho algo bien desde que se conocieron.

Sus narices se rozaron y aquel beso nunca pudo haber sido evitado...