Día 5 - De la ironía a la Mimesis

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Mimesis es la capacidad de un determinado organismo de adquirir las propiedades del entorno, para de esta forma pasar inadvertido frente a los seres vivos que componen dicho bioma. Siguiendo esta línea; Jack se cuestionó en esa precisa mañana justo antes de perderse en las generalidades cotidianas, si esa debería ser una apuesta acertada para mejorar la calidad en las relaciones humanas que él tenía, dicho de otra forma ¿Si cambio mi actitud frente a los demás? ¿Obtendré mayor aprobación?

Durante nuestras cortas vidas siempre nos incitan a ser quienes somos y no cambiar frente a los demás, debido a que esto podría considerarse en cierta forma como un símbolo de debilidad y dichas personas podrían aprovecharse de esa relación hipotética, en caso que actúes bajo un alter ego; estos cuestionamientos acudían en el momento justo para Jack; que se sentía profundamente deprimido, no solamente porque fue diagnosticado con una enfermedad degenerativa, si no también por el escaso vinculo social que el sostenía y sabía mas que nadie que si quería dejar su huella en el lienzo del cosmos, necesitaba primero que nada tener el apoyo emocional que muchas veces para las personas llamadas erróneamente especiales (partiendo de la hipótesis ad hoc que el simple hecho de existir es merito suficiente para ser considerado especial), es difícil de encontrar; es entonces cuando Jack debía replantearse la idea general de una amistad.

Su mañana rosaba en lo aburrido y cotidiano se levanto de su cama, con cierta dificultad se puso de pie y observó por la ventana de su habitación la belleza extenuante de la mañana y bajo el precioso sol que se adornaba como una musa a la imaginación se escuchaba en su mente una melodía Peer Gynt suite No. 1 op.46 y mas precisamente el primero de sus cuatro movimientos, una melodía denominada: la mañana, tan excelsa como lo es la voz de los ángeles en el vasto espacio del cosmos; ese era uno de los pocos momentos donde Jack se sentía humano, donde sentía realmente que era capaz de hacer cosas extraordinarias, era uno de esos pocos momentos donde el podía inspirarse y decir a los cuatro vientos: «Yo puedo», en ese preciso instante donde Jack que con sus ojos cerrados meditaba con una extraordinaria admiración la preciosa y maravillosa existencia del universo, escucha a su madre gritar.

— ¡Jack que estas esperando se hace tarde, debes ir a la universidad!

—Y así es como muere la inspiración... del olimpo al tártaro -dijo Jack en tono sarcástico-.

Realizó todo lo que se hace en la mañana, todo lo que nosotros podríamos considerar normal, luego de ir a tomar sus libros, lentes y su nuevo accesorio (bastón), nuestro joven amigo estaba listo para irse, se despidió de su madre con un beso en la mejilla y tomó vuelo hacia la universidad. Su padre había salido y su madre no sabía conducir así que ese día se permitió ir por su cuenta. Durante su camino en el tren hacia su alma mater, Jack seguía pensando si realmente era necesario hacer uso de la mimesis para poder adentrarse en el mundo de los homínidos, no tenia amigos en quien confiar; de hecho la única persona además de sus padres que demostraba tener cierto interés en el, es Andrea su colega, a la que Jack llamaba Homínido del sexo femenino, él sabía que ella era especial y que en cierta forma pero no intrínsecamente relacionada ella podría ayudarlo a ser más cortés, más humano por decirlo de la manera más tosca, con los organismos de su misma edad. Una vez el tren se detuvo, tomó rumbo hacia su respectivo lugar, llego a la universidad, esta pues, estaba tranquila debido a que era un día común y corriente para los demás, se dirigió a su salón de clases en el edificio de ciencias, y justo antes de abrir la puerta que daba acceso al salón, observó por la ventana, que Andrea ya estaba allí; para el era algo extraño, ya que el siempre y usualmente la mayoría de las veces era el primero en estar allí, por lo que parecía estar muy sorprendido.

«Algo debe de estar tramando».

Apoyándose firmemente en su bastón, empujo la puerta e inmediatamente Andrea se percató de ello; De manera muy simpática y con una sonrisa bellísima que demostraba toda la calidez humana que ella tenía, observo a Jack y con un tono dulce dijo:

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