Ambos se miraron sorprendidos.
–¿Qué haces aquí? –Preguntaron al mismo tiempo.–Pregunté primero. –Dijeron igual.–¡Ya basta!–Gritaron atrayendo la atención de varias personas.
–Trabajo aquí.–Respondió altanera Bárbara.–¿Qué haces tú aquí?
–Pues, como sabrás no soy de aquí. Y necesitaba un hotel.–Dijo encogiéndose de hombros.
–Bien.–Bárbara se disponía a seguir su camino cuando escucho a Antonio decir.
–Es increíble, sigues idéntica...
—Es que hice un pacto con el diablo, me mantiene jóven.—Se burló.
—Y por lo visto tu carácter tampoco se ha endulzado.—Dijo sin salir de su asombro. ¿Realmente estaba en frente de la misma Bárbara? Había algo distinto en ella.
—Hay cosas en la vida que nunca cambian...—Suspiró.—Ahora me tengo que ir, que disfrutes tu estadía.
—Bárbara...—La tomó del brazo para detenerla. Ella se volteó con ganas de propinarle un golpe, pero no quería llamar la atención.—Realmente, siento mucho como terminaron las cosas en el pasado.—Ella se quedó sin poder creer lo que estaba escuchando ¿realmente Antonio estaba disculpándose? Si él fue de los primeros en juzgar.—Realmente me tomó muchísimos años tratar de entender tu dolor y en parte es porque tengo una hija y yo...
—Sin rencores, Sandoval.—Pudo a penas decir. Sentía que su corazón saldría por la boca en cualquier momento.
—No, yo entiendo que realmente te lastimamos muchísimo en el pasado, y ahora que estás aquí y te tengo en frente creo que es justo que yo me disculpe. Pensé que nunca te volvería a ver y estás muy cambiada y tu mirada no es la misma de antes y yo...
—Antonio, realmente todo quedó atrás.—Lo calmó ella, Antonio sentía que las palabras salían disparadas sin control por lo nervioso que estaba, tenía que buscar a Santos, decirle que ella estaba ahí.
—Lo siento, de verdad.
—Hace muchísimos años solté todo el rencor que llegué a sentir, así que no hay nada que perdonar...—Antonio quedó atónito ante eso, realmente era otra Bárbara.—¿Qué haces por aquí?
—Tuve que venir por un regalo de aniversario, y él...—Guardó silencio. ¿Podría mencionarlo?
—¿Santos?—Preguntó con un nudo en el estómago.
Antonio asintió despacio, pudo ver cómo en su mirada el dolor volvió a alojarse.
Bárbara cerró los ojos y trató de contener las lágrimas, solo una logró escapar. Antonio no sabía que hacer, sabía que era una mala idea.—Si realmente estás arrepentido, si así como dices quieres que te perdone, no le digas que me viste.
Antonio no podía creer lo que escuchaba, ¿realmente no quería verle?
—Bárbara él...
—No, él nada. Olvida que me viste, Sandoval.
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Doña Bárbara: Ojos Color Sol.
RomanceAun queda una historia que contar. ---- Código de registro: 1605247844883 Fecha de registro: 24-may-2016 21:00 UTC Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Portada gracias a: @MarySalazarS13