Capítulo 17. ''Digna hija de su padre''

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A la mañana siguiente los Sandoval ya habían llegado a Altamira para desayunar. Entre su esposo y sus hijos tuvieron que hacer mucho esfuerzo en convencer a Cecilia de ir.

Ya todos en Altamira estaban de pies, Santos pudo comprobar de primera mano lo malhumorada que se ponía Charley en las mañana ya que le tocó a el despertarla.

***
Deja y yo la despierto.Le dijo Santos a Bárbara.

Será mejor que no, Luzardo. Aún no estás listo para enfrentarte a la fiera menor.Dijo haciendo que ambos rieran.

Casi pude domar a la mayor... No creo que esta sea peor.Dijo divertido.Es pan comido.

¿Casi, eh? Por favor, eso es mucho. ¿Pero sabes qué? Adelante, pero vas bajo tú propio riesgo.Y bajó las escaleras sonriendo.

Santos tocó la puerta del cuarto de Charley sin recibir respuesta, así que se arriesgó y entró.

El cuarto estaba a oscura así que prendió la luz. Murió de ternura al ver como dormía Charley, abrazaba con fuerza una almohada. Santos sin poder evitarlo sacó su teléfono y le tomó una foto.

Se sentó en la cama y con delicadeza la movió. Como respuesta recibió un manotón donde tenía la mano por parte de Charley.

Buenos días, princesa.—La movió delicadamente.—Es hora de levantarse.—Le quitó el cabello de la cara.

—No.—Gruñó ella.

—Vamos, mi amor.—Siguió insistiendo dulcemente.—Lucia y Toño ya vienen para desayunar todos juntos.—Le recordó.

—Bien por ti.—Dijo sin siquiera abrir los ojos.—Ve con tu niña y déjame en paz.—Dijo mientras con la sábana se tapaba de pies a cabeza. Santos suspiró.

—Vamos, mi amor.—Dijo nuevamente moviéndole.—Yo quiero compartir con mi niña de ojos color sol...

—Santos Luzardo, ya dije que no.—Dijo enojada.

—No me iré de aquí hasta que tú me hayas perdonado por lo que sea que te haya hecho y vengas a comer conmigo y los demás.

—Ya de seguro está ahí tu princesa, no le hagas esperar más.

—Yo quiero desayunar con mis dos princesas.—Al momento de decir aquello se arrepintió.

Charley se quitó el cubrecama y se levantó de un salto de la cama, fue hasta la puerta la abrió y con toda la fuerza que tenía gritó.

¡MAMÁ!Fue tanta que Santos se tuvo que tapar los oídos.

Bárbara caminó con lentitud hasta pararse frente de la puerta viendo a Santos con superioridad y diversión.

—¿Pan comido, no?—Le preguntó con burla a Santos. El suspiró en respuesta.—Charlotte, ve a bañarte y baja antes de que los Sandoval estén aquí.

Ella zapateó en forma de protesta pero sin decir nada se fue director al baño dando un portazo que hizo que Santos se espantara.

—Me gritó.—Le dijo a ella al tiempo que salían de la habitación.

—Bien merecido lo tenías por confiado.

***

Rato después Charley se encontraba con un vestido de flores en el jardín jugando con Reyes y Lucia. No le había dirigido la palabra ni a Bárbara ni a Santos.

Doña Bárbara: Ojos Color Sol.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora