04: Arrepentimiento

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Disclaimer: MARVEL & Disney no me pertenecen. Estas historias sí

Notas de la autora: Lo que empiece y terminé con (...) son flashbacks. Más notas al final de la página.

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Domingo en la madrugada.

03:00 am marcaba el reloj digital en la mesita de noche. Invierno en Nueva York. El frío traspasa las paredes del apartamento de Natasha. Su cama está más helada que de costumbre: Steve se había ido.

Habían empezado una especie de relación algo formal no hace más de cuatro meses. Tal vez algo pasajero para ella, pero con el tiempo se había dado cuenta lo mucho que Steve acomodaba su vida y la estabilizaba por completo.

Se dio vuelta del otro lado. Vacío. Aún recordaba la última vez que él durmió y compartió la cama con ella. Cada vez que llegaban de una misión, el llegar al apartamento era como un paraíso para ambos. Su escondite en donde podían amarse sin ser vistos, ser cautelosos. Extrañaba su aroma. Extrañaba ser acariciada por él. Tan sólo pensar en eso, su piel se erizó por completo. Pero eso ya no sería posible, se había ido y tal vez no regresaría nunca más. Natasha se aferraba a la almohada pensando que tal vez si cerraba los ojos, todo se esfumaría y lo vería aquí, acostado a su lado, sonriéndole y mirándole para siempre...

(...)

 ¿Steve...?

— ...Dime

La idea que pasaba por la mente de Romanoff era imposible, pero quería planteársela al capitán, ya que estaban recién empezando a actuar como una pareja de novios o eso era lo que ella percibía al menos. Pero las inseguridades de Natasha hacían a veces que Steve perdiera la cabeza.

— Si algún día te...enamoraras de otra persona ¿Me dirás, verdad? Natasha preguntaba con cierto temor.

— ¿A qué viene eso?

— No lo sé...es algo que siento que puede pasar algún día...y lo entenderé si pasa.

— Nat, no me hagas repetirlo nuevamente. Yo elegí estar contigo y no me he arrepentido de nada...

— Pero...

— ¿Tal vez tú sí?

(...)

Se sentía culpable. Cada recuerdo que pasaba por su mente era cada paso que daba en falso dando lugar a lo que es ahora: Un cuarto vacío. Más que una habitación sin Steve, era su corazón destrozado. Quería salir corriendo, olvidar todo, desaparecer del mapa. Pero ya era suficiente, había huido demasiado tiempo y ya no quería ser presa de la inmadurez e inseguridad de ella misma. 

Lo quería. Pero era más que querer a alguien. Lo deseaba. Natasha sentía que él le pertenecía de alguna manera y ahora le daba terror pensar que podía estar con otra persona ahora por despecho, era una posibilidad...

(...)

— ¡Natasha ya basta!

— ¡Pero es lo que siento! Yo no soy para ti, mírame... quien soy en realidad.

— ¿Qué pasó con aquellos días... en donde lo que más nos importaba era quitarnos la ropa y amanecer juntos? Steve perdía la cabeza. Cada vez que Natasha salía con el tema de que ella no era para él, parecía explotar en cólera.

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