I kissed a boy.

Capítulo 12.

*Narra Alexander*

Cuando Mauro salió del cuarto, tomé mi mochila y guardé el cuaderno. No pude evitar darme una palmada en la cara al verlo. Después Mauro bajó, salimos de la casa y caminamos hasta la escuela. Ninguno de nosotros habló en todo el camino; fue suficiente con lo que nos había pasado en esa loca mañana.

Al llegar a la escuela, Sarah estaba en la entrada y yo corrí a saludarla.

-¡Hola!-le di un beso en la mejilla y ella respondió. Después, ella miró a Mauro, vio sus heridas y preguntó qué había pasado. Al recordar todo lo que pasó, sólo desvié la mirada... No podía mirarlo a los ojos.

-Me caí, solamente-respondió él.
-La suerte te acompaña, ¿verdad? ¡Ja ja!

Por la cara que puso Mauro, parece que no le agradó bastante el comentario de Sarah, y a mí me pareció algo grosero, pero no dije nada. Luego de eso charlamos un rato, hasta que sonó el timbre. ¡Resultó que Sarah estaba en nuestro salón! Eso me puso muy feliz. Corrimos hacia nuestro salón. Para nuestra suerte, el maestro no había llegado aún.

Un chico saludó a Mauro; el mismo chico con quien estaba hablando ayer. Una voz dentro de mi cabeza -la que siempre me está insultando- dijo "¿Celoso?".

Fui hacia mi lugar, al lado de Clara. Sarah me miró con tristeza. Ella no tenía un lugar asignado, así que sólo se quedó parada frente al salón esperando al maestro.

Luego de un rato, el maestro llegó al salón y le indicó a Sarah el lugar donde se sentaría: al lado de una chica con el cabello teñido de morado... Lilith, creo que se llama.

Volteé a ver a Mauro. Él estaba hablando con ese chico, pero dejó de ponerle atención para mirar a Sarah sentarse. En eso llegó el profesor.

-Buenos días jóvenes.
-Buenos días-respondimos todos a coro.
-Muy bien... Por si no lo han notado aún, tenemos una alumna nueva. Sarah, por favor, preséntate.
-Uhm...-se puso de pie- Mi nombre es Sarah, tengo 15 y vengo de otro país. Espero que nos llevemos bien.
-Espero que traten bien a su nueva compañera. Sarah, puedes sentarte. Ahora por favor saquen su libro en la página 92.

Todos nos pusimos a estudiar, y luego de unas horas al fin salimos al receso. Estaba guardando mi cuaderno cuando Sarah se acercó a mí y me tocó el hombro.

-Comeremos juntos, ¿verdad, Bobby?
- ¡Claro!-respondí yo.
-¿Mauro no se junta contigo?-Miraba a la puerta, un poco curiosa, mientras Mauro y su amigo salían.
-Eh... pues, no. Soy sólo su tutor.
-Ah, yo pensaba que eran amigos. Se llevan muy bien...
-No sé... Eh, vamos a comer, ¿si?-La verdad es que sí me estaba poniendo algo celoso.
-Está bien-sonrió.

Decidimos comer afuera. En el patio había algunas mesas, pero casi nadie las usaba. Nos sentamos en una que estaba junto a un árbol que daba una buena sombra. Ella llevaba unas galletas y yo un sandwich de jamón y queso. Comenzamos a hablar del tiempo en el que ella y yo solíamos estar juntos todos los días, antes de que ella se fuera.

Sarah y yo habíamos sido amigos prácticamente toda la vida. Nos conocimos cuando yo tenía siete y ella seis, mas o menos. En la secundaria ella se fue, y me quedé solo...; sin embargo, siempre he sabido que puedo contar con ella. Es mi mejor amiga, la única que si se ha quedado junto a mí siempre. 

-Jaja, ¿recuerdas aquella vez que te caíste del columpio y lloraste el resto de la tarde?-le comenté.
-¡Me dolió!
-Claro, llorona.

Me dio un zape y yo me sobé.

-Auch.
-Tonto-se rió-. Eso me recuerda a aquella vez que mi hermano pensó que yo te gustaba y casi te mata, ¡ja ja!
-No me lo recuerdes...

El hermano de Sarah, Max, es muuuy celoso.

Hubo un tiempo en el que había rumores de que unos secuestradores estaban cerca de nuestra escuela, y a Sarah comenzó a darle miedo regresar a casa sola, así que yo la acompañaba. A veces me quedaba a platicar con ella, y bueno... un día Max me iba a golpear, pero después de hablar con él un rato pude hacer que se tranquilizara, y comprendió que ella y yo no somos más que amigos.

En eso, Sarah hizo que volviera a prestarle atención jalándome de la camisa.

-Eh... A-Alex, ¿puedo decirte algo?
-Por supuesto-No entendía por qué estaba nerviosa.
-L-La verdad es que... tú... yo, pues...
-¿Sí?

Se sonrojó, e intentó continuar hablando.

-T-Tú me-e-e...-Lo siguiente lo dijo con una voz tan baja que no lo entendí-
-¿Qué?
-Tú me gus... Me gustas.

********************************************************************************* 

*Insertar música de chan chan chan chaaaaan*

Bueno, es que Alexander es un pequeño uke irresistible~. UwU

¡Por favor comenten qué les parece el capítulo! No quiero lectoras fantasmas. ;3; Necesito que comenten para saber si voy bien, o mal, o bien mal. (?) Me molesta un poco que nadie comente.

De nuevo, ¡gracias por leer!

-Fangirl.