*Narra Alexander*
-¿¡A qué te refieres con eso!?-pregunté ofendido.
-Nada, que a veces eres un poco tonto para este tipo de cosas-bromeó y se rió. Sólo pude suspirar.
-Como sea... pero de veras no puedo ir. Lo siento.
-Está bien...-suspiró- Ya veré cómo me las arreglo.Luego de eso fui al baño y me lavé la cara. Todo esto me estaba desesperando. Había demasiadas cosas en mi cabeza, pero había una oración que siempre se repetía:
¿En serio me estoy enamorado?
Me quedé parado unos segundos pensando, cuando alguien me empujó. Eran esos dos chicos que me estaban molestando el otro día. Solté un pequeño chillido y ellos me tomaron por los brazos antes de que pudiera correr.
-Hola, tarado-dijo Kile-. Aún estamos molestos por lo de la otra vez, ¿sabes?
-Así es. Ese noviecito tuyo si que me molesta-continuó Billy.
-¡S-Suéltenme!Intenté zafarme, pero era inútil; ellos eran mucho más fuertes que yo. Kile me detuvo mientras Billy comenzó a golpearme. Sentía tanta impotencia por no hacer nada... No quería continuar así, por lo que seguí intentando soltarme hasta que lo logré. Inmediatamente salí corriendo del baño hacia donde sea. Tenía mucho miedo, pues sabía que estaban detrás de mí, a pesar de que nunca miré hacia atrás. Sabía que en cualquier momento me cansaría, pero continué corriendo.
Al final me alcanzaron, y estaban dispuestos a golpearme de nuevo. Se iban acercando más y más a mí, y me iba desesperando. Lo único que podía hacer era correr, pero esa opción no me había funcionado. ¿¡Qué más podía hacer!?
-¡M-MAURO!-grité.
Puse mi mano derecha sobre mi boca. La verdad es que no estaba seguro de por qué dije eso.
Ellos se me quedaron mirando unos segundos para después echarse a reír.
-Ja ja, ¿ahora resulta que en serio te gusta?-dijo Kile.
-Tu héroe no puede defenderte ahora, maldito marica.Cerré mis ojos mientras me preparaba psicológicamente para los golpes. Me sentía horrible por no poder hacer nada.
Quiero defenderme.
Quiero gritarles.
Quiero golpearlos.
Quiero lastimarlos.Mientras pensaba en esto, sentía cómo ellos se iban acercando a mí. El miedo recorría mi cuerpo, pero de pronto Billy soltó una maldición, escuché un golpe, y alguien dijo...
-¿¡Qué quieren con Alex, malditos abusivos!?
Sí. Se trata de quien están pensando.
-Ja ja, ya llegó el héroe.
El timbre ya había sondo. Abrí los ojos y levanté la cabeza para toparme con Mauro golpeando a esos tipos.
No puedo creer que de nuevo Mauro está siendo golpeado por mi culpa. ¿Por qué? ¡¿Por qué soy tan tonto?!
Notaba cómo Mauro se cansaba después de tantos golpes. Billy y Kile eran dos; eran más fuertes que él. En cierto punto, luego de que Kile le diera un golpe, Mauro cayó rendido al suelo, y a ellos pareció que ya no les importaba yo, ya que se fueron después de eso.
Me acerqué a Mauro y lo tomé de los hombros. Estaba a punto de llorar.
-¡M-Mauro, ¿por qué hiciste eso?! E-Estás todo lastimado...
-Eso no importa...-sonrió- ¿T-Tú estás bien?
-¿¡Acaso estás loco!? ¡Yo soy quien debería estarte preguntando eso! Por favor... Por favor levántate. Vamos a la enfermería.Lo tomé de la mano y lo ayudé a levantarse, y él comenzó a caminar junto a mí, con su brazo derecho sobre mis hombros para detenerse. Puede que suene algo loco... pero me gustó.
-¡ALEXANDER!
Era la voz de Sarah. Al mirar hacia atrás vi que ella y Sarah venían corriendo hacia nosotros.
-¿¡Q-Qué te pasó, Mauro!?-preguntó Lilith, desesperada.
-En realidad esto no es nada, ja ja...-respondió Mauro. Se hacía el fuerte.
-¡Claro que es algo! De veras que no sé por qué me defiendes...
-¿¡Y tú no hiciste nada!? ¿No los golpeaste o algo? ¡Eres un hombre, maldita sea!Esta vez Lilith se dirigía hacia mí, pero no pude responderle. Ni siquiera yo sabía por qué no había hecho algo.
-P-Por ahora, hay que llevarlo a la enfermería...-comentó Sarah.
-Hacia allá nos dirigíamos.Seguí caminando junto a Mauro, y las chicas iban detrás de nosotros. Llegamos a la enfermería, y cuando Mauro entró la enfermera Rosy casi grita al ver lo lastimado que estaba. Hizo que se acostara en una camilla, nos dio las gracias por ayudarlo a llegar hasta allá y nos pidió que volviéramos a clases.
-Estará bien-dijo.
La enfermera siempre había sido muy buena con todos nosotros, los alumnos. Nos apoya, nos cuida y nos escucha. Tal vez por eso estaba tan preocupada por Mauro.
Tocamos la puerta del salón. Obviamente, el maestro que nos tocaba estaba enojado porque habíamos llegado tan tarde. Lilith le dijo que "un chico se cayó por las escaleras y lo estábamos ayudando", y el maestro nos dejó pasar.
Esa fue la clase más larga de la historia. No pude prestar atención, sólo pensaba en Mauro, y en por qué no hice nada para ayudarlo.

ESTÁS LEYENDO
I kissed a boy.
Romansa*ESTE PROYECTO ESTÁ RETIRADO* Alexander asiste a la preparatoria. Desde el día que le confesó a sus padres que es gay, su vida se ha vuelto prácticamente un infierno. Sus dos mejores amigos lo dejaron solo, sus padres ya no lo trataban como antes, c...