*ESTE PROYECTO ESTÁ RETIRADO*
Alexander asiste a la preparatoria. Desde el día que le confesó a sus padres que es gay, su vida se ha vuelto prácticamente un infierno. Sus dos mejores amigos lo dejaron solo, sus padres ya no lo trataban como antes, c...
Al separarnos, nos miramos fijamente y sonreímos, y en susurro admitimos nuestros sentimientos.
-Te amo-dijimos al mismo tiempo, y nos abrazamos. Nos mantuvimos unos segundos así, pero sonó el timbre. -Espera aquí-le dije. -Está bien... pero vuelve rápido~-respondió ella.
-¡Qué dulce es Lilith!-pensé.
Salí de la habitación, bajé las escaleras y abrí la puerta de la casa. Al hacerlo, me di cuenta de que quien tocaba era...
-¡ALEXANDER!-exclamé, y lo abracé- ¿Escuchaste mi mensaje de voz? ¿Dónde estabas? ¿Estás bien?-estaba muy alegre de verlo. -Eh... ¡je je!-se rió un segundo, antes de responder a todas mis preguntas- No he escuchado tu mensaje. Estaba en... una cosa con los amigos de mis padres, y bueno... escapé, pero estoy bien-sonrió. -¿Qué? ¿Pero por qué escapaste? ¿No te regañaran o si?-Al decir esto sonaba verdaderamente emocionado. Hasta parecía que fuera otra persona. -Pues... digamos que no es tan grave, ¡ja ja! -Bueno... por favor pasa.
Entró, y admiró la casa.
-Wow...-dijo mientras daba una vuelta con los brazos abiertos-. Es magnífica, tu casa. -¡Gracias!-respondí yo.
En ese momento, Lilith venía bajando las escaleras. Al ver a Alexander, lo saludó con una sonrisa.
-A-Alexander, ¡hola! -Ah... Hola, Lilith-Noté que no sonaba muy contento al decir esto. -¿Qué haces aquí?
Pasaban los segundos y Alexander no respondía. Tenía una expresión extraña en su rostro.
-¿...Alex?-Trataba de despertarlo de su mundo. -¡B-Bueno, pasaba por aquí así que decidí visitar a Mauro, para ver cómo estaba! -Es muy amable de tu parte-sonreí y le seguí el juego.
En eso, sonó el celular de Lilith.
-Mauro, mi mamá me envió un mensaje; debo volver a casa. -¿Tienes que irte ya?
La verdad es que me ponía triste que Lilith se fuera. Me hacía una gran compañía.
-Sí, lo siento. Tal vez venga a verte mañana, ¿sí? -¡C-Claro! Eres bienvenida-le contesté. -Gracias-respondió, sonriente-. Adiós, Alex. -Adiós-se despidió él. -Adiós, Mauro-besó mi mejilla, lo que hizo que recordara el momento cuando nos besamos en mi habitación, y no pude evitar sonrojarme. -A...Adiós.
Ella se rió un poco al verme avergonzado, y después salió de la casa. Alexander y yo nos quedamos solos. Él se quedó pensativo por un momento.
-E-Entonces... ¿Lilith y tú...? -¡...Noooo!-Sabía perfectamente a que se refería. -Uff, menos mal...-Entonces se quedó paralizado , probablemente por el raro comentario que acababa de hacer. -¿Qué? -Digo... se deberían de conocer mejor. Puede que no sea como tú pensabas, je... -Uhm... tienes razón-le sonreí-. ¿Y a qué viniste exactamente? -Pues, como te dije, no quise estar con mis padres. Salí huyendo y terminé aquí. Al principio no supe dónde estaba, pero entonces vi esta casa, y recordé que ya me habías dicho que vivías aquí mientras te daba la tutoría. La verdad es que estaba asustado, por si no era tu casa, ja ja... pero creo que tuve suerte-sonrió.
Él tenía razón. Cuando estábamos estudiando tomamos un pequeño descanso, y aprovechamos para hablar y conocernos mejor. Entonces él me preguntó dónde vivía, y yo le describí mi casa.
-Bueno... siéntete en casa. -Gracias. Por cierto... ¿no deberías estar en cama?
Sólo me quedé callado. La verdad es que con todo esto de Lilith y él, ya me había olvidado de lo que me sucedió.
-¡Ah! Quería decirte que olvidaste tu camiseta en mi casa-dijo, mientras tomaba la mochila que llevaba sobre sus hombros y sacaba de ella mi camiseta. -Ah, ¡gracias! Y... ¿quieres ir a mi habitación? -Eh... b-bien-Me preguntaba porque había sonado tan avergonzado al responder. -Bueno, subamos.
Al subir y entrar al cuarto me di cuenta que en la cama estaban los chocolates que Lilith había traído. No quería que Alexander supiera nada de lo que pasó cuando estábamos y yo ahí, solos, así que los tomé y los guardé en un cajón.
-Y bien... ¿te gustan los videojuegos?-Tenía que sacar un tema de conversación. -Pues no soy muy bueno que digamos... pero sí. Me gustan un poco. -¡Genial! ¿Quieres jugar? -¡C-Claro!
Encendí el Xbox One que no había comprado hace mucho y me dispuse a jugar un videojuego que era de mis favoritos: TitanFall.
-Bien, ¿Sabes cómo se juega esto?-pregunté. -Eh... no. -Pues mira...
Empecé a explicarle los controles y la trama del juego. Él estaba muy atento, y lo entendió rápidamente. Comenzamos a jugar.
(...)
-Rayos, ¡este juego es difícil!-exclamaba Alex. -No tanto, ¡ja ja!
Después de unas cuantas partidas nos aburrimos y dejamos de jugar. Nos recostamos en la cama. Yo sabía que algo estaba mal con él, y pensaba que era hora de descubrir qué era.
-Oye, Alex, no se como decírtelo, pero siento que algo te molesta cuando estoy con Lilith. Te sonrojas mucho, y eres un poco raro. Ya, dime sinceramente... ¿qué te pasa?-hice cara de gato en la lluvia-. No quiero mentiras. ¿sí?
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