Capítulo 14.

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*Narra Alexander*


Mi cara se puso completamente roja. No sabía qué responder eso.

 Ella es mi mejor amiga, la quiero pero... ¡Rayos! No quiero herir sus sentimientos. ¿Cómo le digo que...?

-P-Por favor, no me odies... si dejas de hablarme, lo entenderé, pero... es que...
-Sarah...
-Siempre, desde que eramos pequeños me has gustado, sólo que no sabía cómo decirte...
-Sarah...
-¿...S-Sí?-Por fin me prestó atención.
-Sarah, yo te quiero mucho. Eres una gran chica. Eres linda, inteligente, buena onda... básicamente eres lo que cualquier chico desea, pero...
-S-Sólo...-bajó la cabeza- me ves como una... amiga, ¿no?

Con un demonio, qué mal me sentía. 

-Así es, pero no es porque no me gustes. Es más, si me gustas, pero lo que pasa es que...
-¿...?
-Es que... no me gustan las chicas. S-Soy gay-Juro que en este instante, sentía una mirada sobre mí.

Ella se quedó pasmada. Me miraba completamente sorprendida, y estaba a punto de llorar. Soy una terrible persona.

-O-O sea que...
-Me gustan los chicos... De verdad, de verdad lamento no poder corresponderte. Me siento horrible...-No podía mirarla a los ojos.
-Y-Yo... Eh... Es-Está bien...-se limpió las lágrimas.
-¿En serio?
-Sip... E-Eres mi mejor amigo. Acepto tus gustos. Estoy triste... pero si tú estás feliz, yo lo estaré-sonrió.
-¡Gracias, Sarah!-le di un abrazo fuerte-. Eres la mejor amiga del mundo, ¡de verdad!
-G-Gracias...-correspondió mi abrazo- Te quiero, Bobby.
-Yo también te quiero-le besé la cabeza.

¡Me sentía tan... tan feliz en ese momento! Tenía miedo de que no quisiera estar conmigo jamás, o me odiara, pero se lo tomó tan bien, a pesar de que de seguro estaba muy triste... Tengo la mejor amiga del mundo.

Después de un rato de estar abrazados, ella sugirió que volviéramos al salón, lo cual hicimos. Aún no sonaba el timbre, pero ambos estábamos más cómodos dentro. Seguimos hablando un rato, hasta que el timbre sonó. Luego de eso, Mauro y su amigo entraron al salón y Mauro se tropezó con la chica que se sienta al lado de Sarah y hablaron un poco.

¿Ella... le gusta?

-¡Tierra llamando a Alexander! ¿Hola?-Sarah trataba de sacarme de mi trance.
-¡A-Ah! Eh... ¿qué decías?

Volteó a ver a Mauro y a Lilith.

-Wow. ¿Ellos son novios?
-¡¿Eh?! ¡No! No creo... No puede...

Ella me miró algo confundida, pero luego arqueó una ceja y sonrió de manera acosadora.

Oh no.

-Mauro te gusta, ¿no?
-¡¿QUÉ?! ¡N-NO!-No podía ser más obvio.
-Bobby...
-...-suspiré- Ya te lo explicaré luego, ¿si?
-Bueno, te diré qué: Voy a hablar con esa chica para enterarme de qué ocurre entre los dos. Después de todo, se sienta a mi lado.
-No es necesario, en serio...
-¡Ups, no te escuchooo!-se fue corriendo hasta su lugar.
-¡Cobarde!-le grité.

Me senté, y seguimos estudiando. Luego de dos clases teníamos una hora libre, así que fui a hablar con esa pequeña molestia rosada.

-Bien; la chica se llama Lilith. Me dijo que Mauro la invitó a comer helado después de clases para disculparse por haber chocado con ella o algo así, pero cualquiera sabe que esa es sólo una excusa para salir con ella. Tal vez a ella le gusta Mauro.

Me puse los dedos en la frente, e iba empezar a quejarme, pero...

-Ay, Sarah. Te dije que no... Espera, ¿a Lilith le gusta Mauro?
-Nunca me dijo que le gustara, pero estoy segura de que es así. Llámalo mi sexto sentido femenino.

Me sentí algo triste de pronto. Seguro a él también le gusta ella.

-Pero... ¿adivina qué?
-Odio cuando pones esa cara.
-Le pregunté a Lilith si no estaba nerviosa por salir con Mauro, ella dijo que si, y me dijo...-intentó imitar la voz de Lilith de pésima manera, podría agregar- "¿Me harías un favor?". Yo dije sí. "¿Podrías venir tu con nosotros? Podrías invitar a cualquier chico... Será una cita doble, y así no estaré tan nerviosa".
-¿...Y?
-¡Tonto! ¡TÚ irás CONMIGO!
- P-Pero yo...
-Sólo es una excusa-me interrumpió-para que puedas, o mejor dicho, podamos ver lo que pasa entre ellos.
-¡No podemos hacer eso! Sarah, ¿en qué lío te has metido?

De pronto ella dejó de prestarme atención para mirar hacia la dirección, así que yo también dirigí la mirada hacia allá. Ahí estaban Lilith y Mauro, riendo.

-¡Ven, vamos a hablar con ellos!-Me tomó de la mano y me jaló, pero yo la detuve.
-¡Espera! Es que... yo no puedo ir.
-¿Por qué?
-Mis padres tendrán una especie de junta hoy... La verdad no estoy seguro de qué sea, pero me dijeron que debo ir yo también. ¿No puedes ir sola?
-¡NO haré eso! ¡Seré el mal tercio! Por eso debo ir contigo, una cita doble es MUY diferente a una salida de tres personas. ¡Todos lo saben!
-¿Y por qué yo no lo sé?
-Pues... tú eres... Alexander.

I kissed a boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora